jueves, 2 de agosto de 2012

Mónica y el Fanfaniego

Mónica y el Fanfaniego

Para mi hija MÓNICA. Con todo mi cariño, va dedicado a ti. Feliz 32 cumpleaños hija mía. Te quiero muchísimo.
Desde muy pequeñita Mónica recorrió muchos rincones de España, practicando la acampada libre.
Unas veces iba sola con sus padres y su hermano David.



Muchas veces llevaron con ellos a dos hermanos, dos vecinos pequeños como ellos, Toni y Piluchi y otras veces, iban junto con algunos amigos de sus padres y sus respectivos hijos.


Aprendió muchas cosas de esas vivencias, así como muchos valores, como por ejemplo....


Supo desde chiquitina,  amar y respetar a  la Naturaleza y a sus habitantes, fueran personas, plantas, animales o su entorno.


Aprendió a dejar el lugar en el que acampaban, mucho más limpio de como lo habían encontrado.


También aprendió a pescar en los ríos y en los pantanos, así como en el mar, dejando en libertad a los peces y crustáceos pequeñines y solo pescar lo que se iba a comer. Por supuesto, con su correspondiente licencia para ello, todos tenían cada cual la suya.


En una de esas acampadas, iba con sus padres, su hermano y sus amiguitos vecinos. Habían acampado en la ribera del río Cardoner, un lugar situado entre los pueblos de Súria y Cardona. Un lugar muy bello, tranquilo y recogido, tanto.... que eran visitados por algunos jabalíes durante la noche y en el cual ya habían estado en más ocasiones.


Como tantas noches habían encendido una profunda hoguera, rodeada de piedras grandecitas. Siempre con el cuidado de no hacerla bajo los árboles, muy cerquita de la orilla del río y con dos cubos de agua preparados, por si acaso.
La noche junto a la hoguera, se transformaba en un momento muy especial. Hablaban de los momentos pasados durante el día, de las excursiones realizadas, de los animales que habían visto en el camino, las flores, las plantas....


También se contaban cuentos.... historias.... se reía.... se tostaban nubes de azúcar insertadas en palitos, en las llamas.... en fin, algo muy relajante antes de irse a dormir.


Una noche mientras estaban todos sentados,  hablando,  rodeando la hoguera, algo golpeó la cabeza de Mónica y después al fuego cayó.


Enseguida, Mónica se levantó para ver lo que era y un grito profundo, mezclado entre terror, lágrimas y pena, de su pequeña garganta salió....
¡¡¡ Que se quemaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....!!!  ¡¡¡ Que se quemaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....!!!


¡¡¡ Papaaaaaaaaaaaaaaa.... Mamaaaaaaaaaaaaa.... Que se quemaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa....!!! .... gritaba siendo esta vez toda ella, un mar de lágrimas.


Su padre se levantó corriendo y de entre las llamas.... un escarabajo sanjuanero sacó.


¡¡¡ Qué es papá ? está vivoooooooooooooo? trae que lo curooooooooooo !!!!, preguntaba Mónica llorando sin consuelo, alargando sus manos hacia las de su padre, al mismo tiempo.


- Es un  Fanfaniego Moniquilla -, respondió el.... (dijo el pobre lo primero que se le ocurrió, al verla así ) y no hija mía, el pobrecito se ha quemado tanto, que los ángeles se lo han llevado al cielo con sus papás, para que no sufra....


La verdad es, que era conmovedor, ver a Mónica así, no paraba de llorar y llorar, con el pequeño Fanfaniego entre sus manitas, llenándole de besos y tiernas caricias.


Por fín se calmó un poco y entre todos decidimos preparar un funeral, para el pobrecito Fanfaniego.


En una cajita de cerillas, forrada con un  blanco y suave copo de algodón, Mónica depositó al Fanfaniego en su interior.
Tras ello,  por fin, todos se fueron a dormir. Al día siguiente sería el entierro, así que todos a descansar, porque el día venidero iba a ser muy triste y duro.




A la mañana siguiente, Mónica se despertó muy temprano, bueno no solo ella, ya que despertó a todo el mundo.


Desayunamos y aleeeeeeeeeeeee, a la triste tarea todos no fuimos.


Su padre cavó un hoyo bajo un árbol, en un lugar muy hermoso junto a río.




Su hermano David, hizo una pequeña cruz con unas ramitas de un árbol.




Sus amiguitosTony y Piluchi, fueron en busca de flores silvestres y prepararon un bonito ramo.


Mónica y su madre, mientras tanto....  velaban las dos juntitas, el pobre cuerpo sin vida de Fanfaniego, en espera del triste momento.


Este llegó y la cajita que contenía a Fanfaniego, con mucho cuidado, despacito...y entre amargos sollozos, Mónica en el hoyo lo dejó. Entre todos lo cubrimos de tierra, después.... David, la cruz colocó, Tony y Piluchi , dejaron las bonitas flores al pie de esta y por supuesto, se le rezó.
Durante los días siguientes, antes de la vuelta a casa, cada día Mónica iba en busca de florecillas, que depositaba en la tumba de su querido amigo Fanfaniego. Le rodaban  lágrimas  por sus tiernas mejillas, pero cada día que iba pasando....el dolor de su alma, poquito a poco, se iba mitigando. Al fin su encantadora sonrisa, volvió a brillar en sus bonitos ojos y en sus labios.
....Y colorín ....colorado, espero  querida hija, que te haya gustado
Elvira Moreno Dolz ( chagall )

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