lunes, 20 de agosto de 2012

Los viejos

    Los viejos
    Texto: Teresa Cárdenas Angulo
    Ilustración: Sonmy

    Los viejos
    Una vez, hace ya mucho tiempo, los jóvenes se cansaron de los ancianos que poblaban el mundo. Ya no querían ver sus rostros arrugados ni escuchar sus voces débiles y entrecortadas. Les disgustaban sus pasos lentos y sus olvidos de nombres y sucesos.  
    Por eso acudieron a Olofi, el Creador, para que los liberara de aquella carga que consideraban demasiado pesada e injusta. Y Olofi, entristecido por el destino de los ancianos, los recogió a todos en una nube y se los llevó lejos.
    Los jóvenes respiraron aliviados. Al fin eran libres. Todo iba bien hasta que uno  olvidó cómo tejer una red de pesca. Otros trataron de ayudarlo, pero ninguno recordó el camino de la aguja y los hilos.
    Otro día, un joven no supo cómo hacer fuego para calentarse en la noche. Y una joven no tenía idea de cómo calmar el llanto de su pequeño hijo. Y así, uno tras otro, perdieron la memoria de lo que los viejos les habían contado.
    Desde su palacio de nubes, Olofi veía lo que pasaba y se resistía a intervenir. Pero una mañana, Ochanlá, la más anciana de entre todos los viejos, le pidió regresar para ayudar a los jóvenes.
    —¿Acaso olvidaste que ellos los despreciaron? –preguntó muy serio Olofi.
    —Tienes razón en estar molesto, pero... yo creo que merecen otra oportunidad –dijo la anciana con firmeza-. Mal comenzaría el mundo si los que se equivocan no pueden enmendar sus malos actos.  
    Olofi reconoció que la anciana tenía razón y perdonó a los humanos. Eso sí, dispuso que desde ese momento la anciana los guiara en el camino hacia la comprensión y la armonía. Según dijo, nadie mejor que la anciana más vieja del mundo para enseñar a los hombres el respeto a la vida y al conocimiento.    
    Teresa Cárdenas Angulo: Premio Casa de las Américas en Literatura Infantil y premio La Edad de Oro.

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