ABRELATAS En 1809, el francés Nicolas Apert ideó un nuevo método para conservar los alimentos. Se basaba en calentar y cerrar herméticamente la comida en recipientes de cristal. Algo más tarde, el inglés Peter Durand ideó sustituir el delicado cristal por latas de hojalata. Sus principales consumidores eran el ejercito y los exploradores.
Como las latas eran muy gruesas y los abrelatas no se habían inventado todavía, los saldados las habrían con las puntas de las bayonetas. Los clientes civiles utilizaban martillos y punzones. Desde 1850 empezó a usarse una hojalata más fina, pero hubo que esperar ocho años para que el americano Ezra Warner patentara el primer artilugio para abrir latas. La cuchilla del abrelatas de Warner, parecida a una pequeña bayoneta, perforaba la tapa, gracias a un efecto de palanca, ya que el abridor se podía encajar en el borde del bote.
Veinte años más tarde, en 1878, el norteamericano William inventó un abridor provisto de una pequeña rueda metálica giratoria, que actuaba a modo de cuchilla.
Como las latas eran muy gruesas y los abrelatas no se habían inventado todavía, los saldados las habrían con las puntas de las bayonetas. Los clientes civiles utilizaban martillos y punzones. Desde 1850 empezó a usarse una hojalata más fina, pero hubo que esperar ocho años para que el americano Ezra Warner patentara el primer artilugio para abrir latas. La cuchilla del abrelatas de Warner, parecida a una pequeña bayoneta, perforaba la tapa, gracias a un efecto de palanca, ya que el abridor se podía encajar en el borde del bote.
Veinte años más tarde, en 1878, el norteamericano William inventó un abridor provisto de una pequeña rueda metálica giratoria, que actuaba a modo de cuchilla.
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