"El milano y el cuervo"
Hace mucho, mucho tiempo, todas las aves eran de color blanco y se parecían mucho. Las madres tenían problemas para identificar a sus crías.
Un día un milano pensó : "Debe haber algún remedio" y en eso dijo: "¡Voy a colorear mis plumas!"
El milano hizo una tintura con unas plantas y coloreó sus plumas de marrón. "¡Muy bien! ¡Muy bonito!" se dijo a sí mismo.
Al día siguiente el milano se dirigió a todas las aves: "¡Vamos a colorearnos las plumas! ¡Yo soy el tintorero!"
Al ver al milano, todas las aves dijeron: "¡Mira, su pluma es muy bonita. Yo también quiero tener color!"
Un ave decía al milano: "¡Yo quiero la pluma roja! y otra: "¡Yo quiero la pluma azul!"
Todas las aves estaban muy contentas porque sus plumas habían quedado muy bonitas.
Esa noche el milano dijo: "Hoy he trabajado mucho. Ya no me queda fuerza alguna para hacer nada. Voy a descansar."
En ese momento, alguien llamó a la puera "toc tocc", el milano salió y vió a un cuervo que le dijo: "Yo quiero tener el color más bonito del mundo."
El milano dijo al cuervo: "Perdón. Esta noche ya no puedo porque estoy muy cansado. Mañana voy a colorearte."
El cuervo dijo al milano: "¡No! ¡Quiero que me colorees ahora!"
El milano no tuvo más remedio que colorear al cuervo porque éste era muy terco.
El cuervo hacía muchos pedidos al milano: "Quiero la pluma roja, azul, verde, amarillac"
El milano trabajó toda la noche.
El cuervo dijo: "¡Muy bien! Bueno, lo importante es el acabado. Voy a elegir el color negro."
Pero el milano estaba muerto de cansancio y volcó un vaso de tintura negra sobre el cuervo.
El cuervo en un instante se puso completamente negro y exclamó de ira: "¡Por qué me coloreaste de negro!
Todavía el cuervo sigue persiguiendo al milano.
¡Y colorín colorado
este cuento se ha acabado!
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