- Te voy a contar un secreto. Yo estaba jugando en Agáldar y descubrí junto a la Cueva Pintada un pequeño pasadizo oculto tras unos recipientes de barro grandes y unas esteras de junco. Me metí dentro y cuando salí vi que el cielo estaba cubierto con un gran techo y que el poblado estaba destruido. Al principio me sorprendí y me dio un poco de miedo, pero conocí a unas personas que me explicaron que estábamos en otra época y nos hemos hecho muy amigos. Yo utilizo ese pasadizo continuamente.
- ¿Y te gusta venir a visitarnos?
- Mucho. Al principio venía yo sola, pero ahora vengo con Fernandillo, mi cabra Guama... Tengo mucha suerte, porque gracias a la Cueva Pintada he conocido a mucha gente y he tenido la oportunidad de hacer muchos amigos.
- ¿Cómo has encontrado la ciudad de Gáldar después de tantos siglos?
- Es muy diferente a nuestro poblado. Las casas son cuadradas y muy grandes y las nuestras son redondas por fuera y con forma de cruz por dentro. Agáldar ha crecido mucho y no se parece en nada al de hace cinco siglos. Pero la gente sigue siendo igual en nuestra isla. Gente buena y amable que se preocupa mucho por los demás. Pero me da pena cuando miro hacia las montañas.
- ¿Por qué?
- Porque cuando yo vuelvo a mi casa, miro hacia las cumbres y veo los bosques y la vega de Agáldar muy verde... Pues en mi tiempo, la isla está cubierta de pinos, dragos, palmeras, mocanes y árboles de todo tipo. Y eso ahora ha desaparecido. Los niños de ahora deberían exigir a las personas mayores que recuperaran todos esos bosques.
- Háblanos de tu poblado...
- Pues es uno de los más grandes de la isla. Hay muchas casas y la gente cultiva los campos que están en la vega y cuida los rebaños de cabras y ovejas. También tenemos cerdos. La vida no es fácil, pero somos felices en nuestras casas y con nuestras familias. Lo que ustedes pueden ver desde el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada sólo es un trocito de Agáldar. Aún hay muchas casas enterradas y queda mucho por desenterrar. Las personas que se dedican a descubrir las cosas que hay en Agáldar aún tienen mucho por trabajar.
- ¿Qué te parece el trabajo de las personas que se dedican a la Arqueología?
- Es muy importante y muy difícil. Yo los veo y me da la risa porque yo sé dónde están las cosas y a veces los veo trabajando en el poblado en sitios donde no hay nada. Pero hacen un trabajo muy importante para que todos sepan cómo vivimos en mi tiempo y cómo somos.
- Entonces, ¿hay muchas cosas del pasado de Gáldar que no conocemos?
- Sí. Hay cosas que se han destruido al hacer las casas donde viven los habitantes de hoy, pero hay otras en bancales de cultivo y solares que están esperando a ser descubiertas. Las personas que trabajan en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada aún tienen mucho trabajo que hacer para descubrir todas esas cosas y protegerlas. Los niños y niñas de este tiempo deben aprender a cuidar y respetar todas las cosas que hicieron mis antepasados, porque también son los suyos.
- ¿Qué les dirás a todos los niños y niñas de Gran Canaria durante tu gira?
- Muchos han venido a verme a mi casa y ahora yo quiero devolverles la visita y ver toda la isla. Yo quiero hablar con los niños y decirles que deben respetar a las personas mayores porque son las que nos enseñan todas las cosas que sabemos. También quiero contarles cómo vivimos en la isla y qué hacemos. Los niños deben saber cómo pescábamos, cómo cultivábamos la tierra, cómo almacenábamos las cosechas. Yo quiero enseñarles eso y también que deben cuidar los restos que hoy quedan de mi tiempo porque son muy importantes y son de todos, incluidos ellos.
- ¿Te gusta hacer tantas cosas?
- Sí, porque me han dicho que es muy importante para que todos los niños aprendan. Y eso es divertido. Porque a través de los juegos y los cuentos ellos aprenden cosas y yo también.
- Tú eres la hija de Guanarteme el bueno. ¿Es divertido tener un padre tan importante o te hace ser una niña más responsable?
- Mi padre es muy bueno con todo el mundo, incluso con los castellanos que llegan en los barcos. Él es una persona muy respetada en la isla y yo lo quiero mucho. Todos los niños de Agáldar somos obedientes y escuchamos con atención las enseñanzas de los fayzajes y las maguadas. Todos respetamos mucho a nuestros mayores y hacemos caso en casa, pero también nos gusta mucho jugar, ir a la playa a coger burgados y cangrejos en los charcos... Siempre es divertido ser un niño.
- Y los niños y niñas de ahora, ¿son diferentes a los de Agáldar?
- Ahora hacen cosas distintas y juegan con juguetes muy extraños con luces y ruidos. Pero también les gusta correr y hacer piruetas como Fernandillo. Pero ellos tienen que ir a sitios a los que llaman parques y yo voy a las montañas, a las playas y a los bosques. No somos muy diferentes, pero las cosas han cambiado mucho. Los niños de hoy deben salir más al campo, hacer mucho ejercicio y comer cosas sanas como el gofio.
- ¿Tú vas al colegio?
- No se llama así, pero las maguadas nos enseñan a las niñas todo lo que debemos saber. A portarnos bien, a ser buenas con nuestros padres y vecinos; a ser trabajadoras y honestas. Ellas dicen que los canarii somos gentes buenas y amables y que debemos obedecer a los mayores y no tener miedo de los espíritus bondadosos que nos cuidan a todos desde el cielo.
- ¿Te quedarás mucho tiempo entre nosotros?
- Yo quiero venir muchas veces. Ya he visto a muchos niños y niñas en Gáldar, pero tengo que venir muchas veces más para pasar por todas las ciudades y pueblos de Gran Canaria y jugar con todos.
- Y dinos, ¿vas a hacer algo especial durante estas fiestas?
- Yo al principio no sabía lo que era eso de la Navidad, pero me dijeron que es una fiesta muy bonita como las que hacemos nosotros en Agáldar y que todos están de vacaciones y no tienen que ir al colegio. Yo voy a aprovechar para ir a Arucas, y a la ciudad grande que está junto al río Guiniguada y a otros sitios para que todos me conozcan y sepan cómo vivo. Y te voy a decir otro secreto, pero me tienes que prometer que no se lo vas a decir a nadie.
- Sólo se lo diré a los chiquitines...
- Pues entonces te lo digo. Un día vamos a ir a jugar a la playa para hacer dibujos gigantes en la arena. Va a ser muy divertido. A mí me gusta mucho ir a la playa y nadar. Todos los habitantes de mi poblado son muy buenos nadadores y yo sé nadar desde que era más chiquita que un perenquén. Yo iré avisando a todos los niños de la isla para que vengan a verme y a jugar con nosotros. Mis amigos del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada han creado una página web especial para que nadie se lo pierda (www.armindaylacuevapintada.com).
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