En el siglo II de nuestra era, Claudio Ptolomeo, astrónomo, matemático y geógrafo, en su Guía Geográfica (Libro-IV-6-34), describe las Islas de los Bienaventurados, Insulas fortunatas en latín, Makáren Nésoi en griego, hoy Islas Canarias, comenzando por Aprositus Nesos y cinco más del Archipiélago. Aprósitus, la isla a la que no se puede llegar o que no se muestra. Debido a sus características y comportamientos extraños, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras una cortina de humos, niebla o nubes, ha sido llamada 'la Inaccesible', 'la Nom Trubada', 'la Encubierta', 'la Perdida', 'la Encantada' y algún que otro apelativo. Desde tiempos de la conquista de las Canarias han sido muchos los que han intentado hacerse con la posesión de esta isla situada a cuarenta leguas de la Palma en dirección oeste, y al noreste de la isla herreña. Ya los romanos la denominaron "Aprositus" que significa "isla a la que no se puede llegar" y fue el nombre que prevaleció hasta la edad media con la llegada de las tropas castellanas y normandas para la conquista del archipiélago canario. Según se cuenta, esta " isla" debe su actual nombre a San Brandano, irlandés nacido en Tralea en el 484 y muerto en Annaghdown en el 577. Se relata en las crónicas que este personaje residió en esta isla durante sieta años, y tras ello regresó a su país. Poco después empezó a conocersela como "San Borondon" , nombre que ha perdurado hasta el día de hoy. Entre los personajes ilustres que han intentado arribar a la escurridiza isla se encuentran D. Juan Mur y Aguirre (Capitán general de las Canarias en el 1721), Fernando Villalobos (Regidor de La Palma en 1570), Alonso de Espinosa (Gobernador del Hierro 1570), y estos son sólo algunos, ya que por tiempo sería imposible nombrarlos a todos, sin poder evitar el aburrir al lector. Hoy en día se han conseguido despejar las posibles incógnitas que aún quedaban sobre la existencia de la isla misteriosa, y es que en realidad nunca existió más que en los sueños de aquellos que ansiaban gloria y fortuna, en un intento de expoliar el último secreto de Las Canarias. Y es que por aras del destino esta isla y su secreto permanecerán inmaculados, para deleite de los canarios y viajeros que la descubran en el horizonte. |
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