miércoles, 23 de mayo de 2012

ALGO MÁS QUE PÁJAROS

Todos los pájaros son ovíparos. Es decir, nacen de huevos que las hembras ponen después de ser fecundadas. Los huevos de los pájaros son de formas diversas; de colores y tamaños diferentes, y su cantidad, en la nidada, es variable.

El huevo más grande es el del avestruz; uno de los más pequeños es el del colibrí. Un ave ya extinguida, el pájaro-elefante de Madagascar, ponía enormes huevos, casi como balones de futbol.

Te preguntarás como nacen los pájaros.

Bajo la cáscara se encuentra una masa gelatinosa que llamamos clara; en su interior está la yema y, en ella, la célula del embrión, o sea, el futuro pájaro. Enseguida que pone los huevos, la hembra se echa sobre ellos para darles calor. Esto es la incubación, proceso que permite crecer al embrión y convertirse en polluelo. Durante su crecimiento, el embrión se alimenta de la yema. Cuando ya está desarrollado, el propio polluelo rompe la cáscara desde el interior y sale del huevo.

Algunos polluelos nacen desnudos; otros cubiertos de suave pelusa o de plumas, con los ojos cerrados o bien abiertos. Algunos pueden valerse por sí mismos desde que nacen; otros dependen de sus padres que deben alimentarlos directamente. En general, los pájaros tardan un tiempo en volar bien. Los terrestres, entre 14 y 20 días; los acuáticos, de 6 a 12 semanas. Estos últimos, nadan apenas se ponen en contacto con el agua.

La mayoría de las aves pueden caminar y correr. Otras son magníficas nadadoras o excelentes buceadoras. Entre los pájaros voladores, algunos alcanzan grandes velocidades.

Los pájaros que vuelan son aerodinámicos. Esto es, están formados para volar. Por lo tanto, tienen un cuerpo que ofrece la menor resistencia al aire; un esqueleto liviano, de huesos huecos; dos alas musculosas, y patas que funcionan como tren de aterrizaje. Cada pluma, todo el cuerpo, está adecuado para el vuelo. Al volar, la mayoría de las aves mueve las dos alas al mismo tiempo.

Cada especie tiene su estilo de vuelo: los petirrojos aletean, los colibríes revolotean, las gaviotas planean, se deslizan o se remontan.

El despegue no es problema. Los pájaros despegan al encuentro del viento. Ciertas aves acuáticas, igual que los aviones, necesitan tomar impulso, corriendo un trecho antes del despegue. Ya en vuelo, la cola hace de timón para regular el equilibrio y la dirección. Hay pájaros muy veloces, como el águila dorada que alcanza los 200 kilómetros por hora; los aguanieves, los 160; el vencejo, los 100. Y más lentos, como los patos y los gansos, que difícilmente superan los 70 kilómetros por hora.


Cuando emigran, los pájaros recorren cientos o miles de kilómetros y no se pierden nunca.

Las migraciones son de día o de noche. Por ejemplo, en el día migran las golondrinas, los halcones, los patos y otras especies.

De noche, pájaros como los zorzales, los cucús, los tordos o los gorriones. Como los marinos, se guían por la posición del sol o de las estrellas.

Y un dato para tu agenda: Cristóbal Colón se ayudó en su ruta siguiendo el vuelo de pájaros migratorios.

Desde tiempos muy antiguos, los pájaros han simbolizado virtudes, valores o defectos. La paz se representa con una paloma; la felicidad, con un pájaro azul; la sabiduría, con el buho; la soledad, con el pelícano; la cobardía con el avestruz; la dignidad, con el águila. Hay pájaros que representan a algunos países; el quetzal a Guatemala, el cóndor a Chile, el gallo a Francia, y el águila azteca a México.

El pavo real es el ave ornamental más antigua de que se tiene noticia. Dos mil años antes de nuestra era, fue llevado de la India, su lugar de origen, hacia Persia y Grecia. Su impresionante cola, que se despliega como un abanico de colores, es un gran espectáculo. Según la mitología griega, los círculos que la adornan son los cien ojos del gigante Argos, puestos allí por Hera, la reina de las diosas, para perpetuar su memoria.

Pero es mejor evitar las comparaciones, porque no sólo las plumas hacen la belleza de los pájaros; también sus trinos, sus melodías y sus vuelos.

Los pájaros están presentes en las leyendas de casi todos los pueblos.

Una leyenda cora cuenta que, cuando empezó el Diluvio, Nakawé ordenó al hombre construir una caja y encerrarse allí con un loro y una guacamaya. A los cinco años, estos pájaros avisaron al hombre el fin del Diluvio y dividieron las aguas en cinco mares.

En casi todas las tradiciones sobre el Diluvio, un pájaro anuncia su inicio y su fin.

En los ritos religiosos de los aztecas, huicholes y otros pueblos, el loro, la guacamaya, el colibrí y el águila, se ofrendaban al Sol. Las plumas más vistosas adornaban los altares y centros ceremoniales. Algunas tenían el significado de oraciones: las del loro, para la lluvia; las de la guacamaya, para el Sol.

¿Has visto la danza de los voladores? En ella, los bailarines se disfrazan de pájaros sagrados y, con los cuatro vientos, vuelan hacia los cuatro puntos cardinales.

Desde hace siglos, nosotros recibimos grandes beneficios de las aves. Las gallinas, los patos, los gansos, los pavos y los faisanes, especialmente, nos dan carne y huevos para el sustento diario. Los pájaros contribuyen también a impedir la sobrepoblación de animales como insectos, diversas moscas, y peces. Son entonces algunos de los grandes planificadores de la naturaleza.

Ciertos pájaros se convierten en buenos ayudantes para la agricultura al eliminar plagas dañinas para las cosechas. Otros, como los cormoranes en Asia, ayudan en la pesca.

Y no es todo.

Muchas aves acarrean las semillas de algunas plantas a zonas donde éstas no existen, permitiendo así que nazcan y se desarrollen en otro lugar. Además, se comen las semillas de las malas hierbas, limpiando de este modo las zonas de cultivo, y algunos la carroña de otros animales.

Sus cantos y trinos alegran el ambiente. Con las plumas se fabrican diversos objetos de adorno y de utilidad doméstica, como los cojines.

Y, en muchas regiones del mundo, sus excrementos se emplean como fertilizantes o abono.

Cuando tengas que criar un polluelo abandonado, dale de comer con frecuencia porque son muy hambrientos. Para ello, ábrele el pico y coloca la comida profundamente en su garganta. ¡Hazlo con mucha suavidad! El menú debe ser nutritivo: pedacitos de huevo cocido, mosquitos, pedazos de lombrices y trocitos de fruta o huevos de hormiga.

No hay pájaros buenos y malos. Ellos, como tú y como yo, son parte de la naturaleza. Por eso, tenemos que combatir todos los peligros que los acechan: los cazadores, la contaminación de las aguas y los cambios que provoca el hombre en el equilibrio natural.

A todos nos gustan los pájaros.

Los admiramos porque son bellos, porque cantan, porque hacen nidos, porque tienen variados colores y, sobre todo, porque vuelan.

Según los sabios, el tatarabuelo de los pájaros vivió hace 150 millones de años y tenía un nombre muy raro. Se llamaba archaeopterix.

Hoy, los pájaros se encuentran en todas partes: en los polos, en los trópicos, en los desiertos, en las estepas, en los bosques, en el campo, en los mares y en las ciudades.


¿Pero qué es un pájaro?

La mayoría de la gente dice: "Un pájaro es un animal que vuela".

Sin embargo, los pingüinos son pájaros y no vuelan; las moscas vuelan y no son pájaros.

Quizás sea mejor decir: "Un pájaro es un animal con plumas", porque todos los animales que tienen plumas son pájaros. Claro que, además de plumas, tienen columna vertebral, dos patas, dos alas, un pico, y algo más: nacen de huevos.

Las plumas son lo que hace a los pájaros diferentes de otros animales.

¿Sabías tú que en la Tierra hay miles de millones de pájaros, divididos en casi nueve mil especies?

Y son de muchísimos tipos: acuáticos y terrestres, grandes y pequeños, de patas largas o cortas, de picas fuertes o débiles, diurnos y nocturnos. El pájaro más grande es el avestruz, que mide dos metros y medio, pesa más de cien kilos y corre tanto como un automóvil. El más pequeño es el colibrí abeja que mide unos pocos centímetros y es tan liviano como una mota de algodón.

En México existen más de mil especies de pájaros.

¡Más que en los Estados Unidos y el Canadá juntos!

Imagen que muestra la variedad de especies de aves que existen, por ejemplo pingüinos, guacamayas, el colibrí, el pato, la gaviota, la garza, etc.”

Igual que tú, los pájaros necesitan de un tipo de ropa para proteger su piel. La ropa de los pájaros es su plumaje. Las plumas son livianas y durables, lo que las hace muy útiles para el vuelo. Funcionan como un sistema de aire acondicionado: cuando hace frío, retienen el calor; cuando hace calor, mantienen el cuerpo fresco. Algunas aves acuáticas, como los patos, tienen una capa profunda de plumas que evita que se enfríen. Tan importante como eso, es el color de las plumas. Los colores atraen a la pareja y, a la mayoría de los pájaros les permiten confundirse con el medio donde habitan. Así, la hembra puede empollar sin atraer la atención de sus enemigos.

¿Sabes cuántas plumas tienen los pájaros?

En general, su número depende del tamaño y de la época.

Por ejemplo, un colibrí tiene 1,500 plumas, en tanto que un cisne tiene más de 25 mil.

Con el uso constante, las plumas suelen desgastares y desprenderse.

Una o dos veces al año los pájaros cambian de plumaje.

Eso es lo que se llama muda, o sea el cambio de sus plumas viejas o gastadas por otras nuevecitas.


Los pájaros son muy aseados. Todos los días, antes de hacer otra cosa, se bañan cuidadosamente. Algunos se sumergen en el agua; otros se revuelcan en el polvo, en la nieve o en el césped; otros, en fin, aprovechan el rocío de la mañana para darse un buen regaderazo. Ciertas aves consiguen que las limpien las hormigas: tendidas lánguidamente, como en la mejor de las peluquerías, esperan a que esas laboriosas obreras eliminen los parásitos de sus plumas.

Después del baño, los pájaros van a desayunar. Son exigentes y les gusta que sus alimentos tengan muchas proteínas.

Son, también, incansables y pueden recorrer kilómetros y kilómetros hasta dar con la comida apropiada.

Un pajarito puede volar casi cien kilómetros, de árbol en árbol, buscando insectos, sin salir de un parque o de un jardín pequeño.

Los pájaros no tienen dientes.

Por ello, para moler la comida, usan el buche. Existen pájaros herbívoros, que son los que sólo comen vegetales; carnívoros, que sólo comen carne, y omnívoros, que comen de todo.

¿Solamente los pájaros tienen pico? ¡No! Las tortugas también lo tienen. Y, además, un mamífero, el ornitorrinco. Pero, todos los pájaros tienen pico. Esa es su boca. Recuerda que el pico puede cortar la comida pero no mascarla. El buche cumple la tarea de desmenuzar el alimento. Con el pico los pájaros obtienen su comida, se defienden de sus enemigos, construyen sus nidos y arreglan sus plumas.

La forma del pico depende de sus hábitos alimenticios y permite a cada especie obtener el sustento de la mejor manera.

Seguramente te han platicado del pelícano. Él tiene un pico en forma de bolsa, donde almacena los peces que comerá durante el día. Las águilas, los búhos y otras aves poseen un pico curvo y fuerte que les sirve para cortar la carne de sus presas. El pico de algunas cigüeñas es muy útil para atrapar a las resbaladizas ranas, uno de sus platos favoritos. Por su parte, el colibrí, que prefiere el néctar de las flores y los insectos, tiene un pico puntiagudo y una larga lengua. O sea que tú podrías concluir: "Dime cómo es tu pico y te diré lo que comes".

Al igual que para el hombre, la voz es para el ave una forma de comunicación y de expresión; así, utilizan desde simples gritos hasta cantos melodiosos.

Con su voz proclaman la delimitación de su territorio, con sus cantos y sus gritos galantean a sus parejas, alejan a los intrusos, advierten de los peligros y llaman al orden a los que se apartan del grupo.

Cuando están contentos, cantan bellas melodías; si están tristes, permanecen silenciosos; cuando están enojados o asustados, gritan. Hay pájaros mudos, como los kiwis y los cormoranes, el buitre americano y las cigüeñas, pero son minoría. Otros, como los loros y las cacatúas, son ruidosos y parlanchines.

Si observas bien, la flauta y otros instrumentos tratan de imitar el canto de los pájaros. A veces lo consiguen, aunque es difícil; porque los pájaros, que son los grandes cantantes de la naturaleza, tienen muchos tipos de cantos. Un gorrión puede hacer casi 900 variaciones de tono y cantar en un día... ¡2305 canciones! Los nahuas admiraban al cenzontle. Le dedicaron un poema: "Amo el canto del cenzontle, pájaro de cuatrocientas voces".

Imagen donde aparece una niña observando unas aves

En distintas épocas, los seres humanos han empleado a ciertos pájaros como centinelas. Se cuenta que los gritos de los gansos despertaron a los habitantes de la antigua Roma y así pudieron rechazar un ataque por sorpresa. En algunas regiones de Chile, el queltehue, un pájaro gritón parecido a la cigüeña, reemplaza a los perros en la vigilancia nocturna.

A ciertos pájaros se les pueden enseñar canciones porque son buenos imitadores. El mejor imitador es el miná del Himalaya. El perico mexicano de cabeza amarilla, es un gran hablador y algunos son capaces hasta de imitar canciones populares.

Las aves también se comunican mediante diversos movimientos, como la manera de abrir el pico de los polluelos, el movimiento de las alas estando en el suelo o en el aire, o el rítmico golpeteo producido por el pico de un pájaro carpintero; todas son formas de comunicación. Desde muy pequeños, los pájaros cantan. Los polluelos comienzan a ensayar melodías casi al mes de haber nacido.

Sus primeros trinos son débiles; pero, imitando y repitiendo las canciones de sus padres, pronto logran perfeccionar el canto de la especie.

Imagen donde aparece un niño tratando de escuchar y comunicarse con un ave

Cuando llega el momento de buscar compañero para la reproducción, las aves mudan de plumaje. Es el plumaje nupcial. También, realizan el cortejo. Habitualmente, éste empieza en la primavera por iniciativa de los machos. En el cortejo, a las hembras, que son muy coquetas, les gusta que los galanes las atiendan, las arrullen y las asedien. El cortejo puede ser simple, de gesto solamente, o una complicada ceremonia. Las aves canoras, por lo general, hacen piruetas en el aire y las acuáticas en el agua.

La mayoría de los pájaros viven con un solo compañero; esto es son monógamos. Eligen un territorio, hacen su nido y permanecen juntos. La duración de la vida en común es variable, en algunas especies se mantiene sólo hasta que la hembra pone los huevos; en otras puede prolongarse por años. No por eso dejan de ser prácticos: si un pájaro monógamo enviuda, busca nueva pareja.

Hay también pájaros polígamos, como los faisanes, avestruces y cuervos, que tienen más de una compañera.

Casi todos los pájaros construyen nidos. Escogen lugares seguros, cercanos al lugar donde está la comida. Cada especie tiene su estilo para construirlos; por ello, los hay de gran variedad de formas.

El nido es el hogar de los pájaros y de sus polluelos. Allí, las hembras, los machos o ambos, incuban y protegen los huevos, vigilando luego el crecimiento de los recién nacidos.

El nido más pequeño es el del colibrí. El más grande es el del águila calva, que pesa dos toneladas, y tiene algo así como tres metros de profundidad y dos de diámetro. ¡Un verdadero edificio!


Manual de Primeros Auxilios para Pájaros Heridos o Abandonados.

Artículo 1o. Si encuentras un pájaro herido, levántalo cuidadosamente. Sujétale la cabeza con suavidad, y examínalo soplando sus plumas para ubicar la herida. Las heridas leves desinféctalas con yodo; las graves deben ser atendidas por un veterinario. Llévaselo en una bolsa de papel o en una caja.

Artículo 2o. Si tiene una pata o algún otro hueso roto, entablíllaselo o amárraselo usando un trocito de madera y tela... Si ves que tu tratamiento no resulta, recurre al veterinario.

Artículo 3o. Si sólo ha caído del nido, regrésalo a él. O ponlo en un lugar a salvo de otros animales, desde donde pueda ser llevado por sus padres al nido.

Artículo 4o. Si está abandonado y no encuentras el nido, críalo tú mismo hasta que pueda volar. Después, suéltalo.

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