Todos los pájaros son ovíparos. Es decir, nacen de huevos que las
hembras ponen después de ser fecundadas. Los huevos de los pájaros son
de formas diversas; de colores y tamaños diferentes, y su cantidad, en
la nidada, es variable.
El huevo más grande es el del avestruz;
uno de los más pequeños es el del colibrí. Un ave ya extinguida, el
pájaro-elefante de Madagascar, ponía enormes huevos, casi como balones
de futbol.
Te preguntarás como nacen los pájaros.
Bajo
la cáscara se encuentra una masa gelatinosa que llamamos clara; en su
interior está la yema y, en ella, la célula del embrión, o sea, el
futuro pájaro. Enseguida que pone los huevos, la hembra se echa sobre
ellos para darles calor. Esto es la incubación, proceso que permite
crecer al embrión y convertirse en polluelo. Durante su crecimiento, el
embrión se alimenta de la yema. Cuando ya está desarrollado, el propio
polluelo rompe la cáscara desde el interior y sale del huevo.
Algunos
polluelos nacen desnudos; otros cubiertos de suave pelusa o de plumas,
con los ojos cerrados o bien abiertos. Algunos pueden valerse por sí
mismos desde que nacen; otros dependen de sus padres que deben
alimentarlos directamente. En general, los pájaros tardan un tiempo en
volar bien. Los terrestres, entre 14 y 20 días; los acuáticos, de 6 a 12
semanas. Estos últimos, nadan apenas se ponen en contacto con el agua.
La
mayoría de las aves pueden caminar y correr. Otras son magníficas
nadadoras o excelentes buceadoras. Entre los pájaros voladores, algunos
alcanzan grandes velocidades.
Los pájaros que vuelan son
aerodinámicos. Esto es, están formados para volar. Por lo tanto, tienen
un cuerpo que ofrece la menor resistencia al aire; un esqueleto liviano,
de huesos huecos; dos alas musculosas, y patas que funcionan como tren
de aterrizaje. Cada pluma, todo el cuerpo, está adecuado para el vuelo.
Al volar, la mayoría de las aves mueve las dos alas al mismo tiempo.
Cada
especie tiene su estilo de vuelo: los petirrojos aletean, los colibríes
revolotean, las gaviotas planean, se deslizan o se remontan.
El
despegue no es problema. Los pájaros despegan al encuentro del viento.
Ciertas aves acuáticas, igual que los aviones, necesitan tomar impulso,
corriendo un trecho antes del despegue. Ya en vuelo, la cola hace de
timón para regular el equilibrio y la dirección. Hay pájaros muy
veloces, como el águila dorada que alcanza los 200 kilómetros por hora;
los aguanieves, los 160; el vencejo, los 100. Y más lentos, como los
patos y los gansos, que difícilmente superan los 70 kilómetros por hora.
Cuando emigran, los pájaros recorren cientos o miles de kilómetros y no se pierden nunca.
Las migraciones son de día o de noche. Por ejemplo, en el día migran las golondrinas, los halcones, los patos y otras especies.
De
noche, pájaros como los zorzales, los cucús, los tordos o los
gorriones. Como los marinos, se guían por la posición del sol o de las
estrellas.
Y un dato para tu agenda: Cristóbal Colón se ayudó en su ruta siguiendo el vuelo de pájaros migratorios.
Desde
tiempos muy antiguos, los pájaros han simbolizado virtudes, valores o
defectos. La paz se representa con una paloma; la felicidad, con un
pájaro azul; la sabiduría, con el buho; la soledad, con el pelícano; la
cobardía con el avestruz; la dignidad, con el águila. Hay pájaros que
representan a algunos países; el quetzal a Guatemala, el cóndor a Chile,
el gallo a Francia, y el águila azteca a México.
El pavo real es
el ave ornamental más antigua de que se tiene noticia. Dos mil años
antes de nuestra era, fue llevado de la India, su lugar de origen, hacia
Persia y Grecia. Su impresionante cola, que se despliega como un
abanico de colores, es un gran espectáculo. Según la mitología griega,
los círculos que la adornan son los cien ojos del gigante Argos, puestos
allí por Hera, la reina de las diosas, para perpetuar su memoria.
Pero
es mejor evitar las comparaciones, porque no sólo las plumas hacen la
belleza de los pájaros; también sus trinos, sus melodías y sus vuelos.
Los pájaros están presentes en las leyendas de casi todos los pueblos.
Una
leyenda cora cuenta que, cuando empezó el Diluvio, Nakawé ordenó al
hombre construir una caja y encerrarse allí con un loro y una guacamaya.
A los cinco años, estos pájaros avisaron al hombre el fin del Diluvio y
dividieron las aguas en cinco mares.
En casi todas las tradiciones sobre el Diluvio, un pájaro anuncia su inicio y su fin.
En
los ritos religiosos de los aztecas, huicholes y otros pueblos, el
loro, la guacamaya, el colibrí y el águila, se ofrendaban al Sol. Las
plumas más vistosas adornaban los altares y centros ceremoniales.
Algunas tenían el significado de oraciones: las del loro, para la
lluvia; las de la guacamaya, para el Sol.
¿Has visto la danza de
los voladores? En ella, los bailarines se disfrazan de pájaros sagrados
y, con los cuatro vientos, vuelan hacia los cuatro puntos cardinales.
Desde
hace siglos, nosotros recibimos grandes beneficios de las aves. Las
gallinas, los patos, los gansos, los pavos y los faisanes,
especialmente, nos dan carne y huevos para el sustento diario. Los
pájaros contribuyen también a impedir la sobrepoblación de animales como
insectos, diversas moscas, y peces. Son entonces algunos de los grandes
planificadores de la naturaleza.
Ciertos pájaros se convierten
en buenos ayudantes para la agricultura al eliminar plagas dañinas para
las cosechas. Otros, como los cormoranes en Asia, ayudan en la pesca.
Y no es todo.
Muchas
aves acarrean las semillas de algunas plantas a zonas donde éstas no
existen, permitiendo así que nazcan y se desarrollen en otro lugar.
Además, se comen las semillas de las malas hierbas, limpiando de este
modo las zonas de cultivo, y algunos la carroña de otros animales.
Sus
cantos y trinos alegran el ambiente. Con las plumas se fabrican
diversos objetos de adorno y de utilidad doméstica, como los cojines.
Y, en muchas regiones del mundo, sus excrementos se emplean como fertilizantes o abono.
Cuando
tengas que criar un polluelo abandonado, dale de comer con frecuencia
porque son muy hambrientos. Para ello, ábrele el pico y coloca la comida
profundamente en su garganta. ¡Hazlo con mucha suavidad! El menú debe
ser nutritivo: pedacitos de huevo cocido, mosquitos, pedazos de
lombrices y trocitos de fruta o huevos de hormiga.
No
hay pájaros buenos y malos. Ellos, como tú y como yo, son parte de la
naturaleza. Por eso, tenemos que combatir todos los peligros que los
acechan: los cazadores, la contaminación de las aguas y los cambios que
provoca el hombre en el equilibrio natural.
A todos nos gustan los pájaros.
Los admiramos porque son bellos, porque cantan, porque hacen nidos, porque tienen variados colores y, sobre todo, porque vuelan.
Según
los sabios, el tatarabuelo de los pájaros vivió hace 150 millones de
años y tenía un nombre muy raro. Se llamaba archaeopterix.
Hoy,
los pájaros se encuentran en todas partes: en los polos, en los
trópicos, en los desiertos, en las estepas, en los bosques, en el campo,
en los mares y en las ciudades.
¿Pero qué es un pájaro?
La mayoría de la gente dice: "Un pájaro es un animal que vuela".
Sin embargo, los pingüinos son pájaros y no vuelan; las moscas vuelan y no son pájaros.
Quizás
sea mejor decir: "Un pájaro es un animal con plumas", porque todos los
animales que tienen plumas son pájaros. Claro que, además de plumas,
tienen columna vertebral, dos patas, dos alas, un pico, y algo más:
nacen de huevos.
Las plumas son lo que hace a los pájaros diferentes de otros animales.
¿Sabías tú que en la Tierra hay miles de millones de pájaros, divididos en casi nueve mil especies?
Y
son de muchísimos tipos: acuáticos y terrestres, grandes y pequeños, de
patas largas o cortas, de picas fuertes o débiles, diurnos y nocturnos.
El pájaro más grande es el avestruz, que mide dos metros y medio, pesa
más de cien kilos y corre tanto como un automóvil. El más pequeño es el
colibrí abeja que mide unos pocos centímetros y es tan liviano como una
mota de algodón.
En México existen más de mil especies de pájaros.
¡Más que en los Estados Unidos y el Canadá juntos!
Imagen
que muestra la variedad de especies de aves que existen, por ejemplo
pingüinos, guacamayas, el colibrí, el pato, la gaviota, la garza, etc.”
Igual
que tú, los pájaros necesitan de un tipo de ropa para proteger su piel.
La ropa de los pájaros es su plumaje. Las plumas son livianas y
durables, lo que las hace muy útiles para el vuelo. Funcionan como un
sistema de aire acondicionado: cuando hace frío, retienen el calor;
cuando hace calor, mantienen el cuerpo fresco. Algunas aves acuáticas,
como los patos, tienen una capa profunda de plumas que evita que se
enfríen. Tan importante como eso, es el color de las plumas. Los colores
atraen a la pareja y, a la mayoría de los pájaros les permiten
confundirse con el medio donde habitan. Así, la hembra puede empollar
sin atraer la atención de sus enemigos.
¿Sabes cuántas plumas tienen los pájaros?
En general, su número depende del tamaño y de la época.
Por ejemplo, un colibrí tiene 1,500 plumas, en tanto que un cisne tiene más de 25 mil.
Con el uso constante, las plumas suelen desgastares y desprenderse.
Una o dos veces al año los pájaros cambian de plumaje.
Eso es lo que se llama muda, o sea el cambio de sus plumas viejas o gastadas por otras nuevecitas.
Los pájaros son muy aseados. Todos los días, antes de hacer otra cosa,
se bañan cuidadosamente. Algunos se sumergen en el agua; otros se
revuelcan en el polvo, en la nieve o en el césped; otros, en fin,
aprovechan el rocío de la mañana para darse un buen regaderazo. Ciertas
aves consiguen que las limpien las hormigas: tendidas lánguidamente,
como en la mejor de las peluquerías, esperan a que esas laboriosas
obreras eliminen los parásitos de sus plumas.
Después del baño, los pájaros van a desayunar. Son exigentes y les gusta que sus alimentos tengan muchas proteínas.
Son, también, incansables y pueden recorrer kilómetros y kilómetros hasta dar con la comida apropiada.
Un
pajarito puede volar casi cien kilómetros, de árbol en árbol, buscando
insectos, sin salir de un parque o de un jardín pequeño.
Los pájaros no tienen dientes.
Por
ello, para moler la comida, usan el buche. Existen pájaros herbívoros,
que son los que sólo comen vegetales; carnívoros, que sólo comen carne, y
omnívoros, que comen de todo.
¿Solamente
los pájaros tienen pico? ¡No! Las tortugas también lo tienen. Y,
además, un mamífero, el ornitorrinco. Pero, todos los pájaros tienen
pico. Esa es su boca. Recuerda que el pico puede cortar la comida pero
no mascarla. El buche cumple la tarea de desmenuzar el alimento. Con el
pico los pájaros obtienen su comida, se defienden de sus enemigos,
construyen sus nidos y arreglan sus plumas.
La forma del pico depende de sus hábitos alimenticios y permite a cada especie obtener el sustento de la mejor manera.
Seguramente
te han platicado del pelícano. Él tiene un pico en forma de bolsa,
donde almacena los peces que comerá durante el día. Las águilas, los
búhos y otras aves poseen un pico curvo y fuerte que les sirve para
cortar la carne de sus presas. El pico de algunas cigüeñas es muy útil
para atrapar a las resbaladizas ranas, uno de sus platos favoritos. Por
su parte, el colibrí, que prefiere el néctar de las flores y los
insectos, tiene un pico puntiagudo y una larga lengua. O sea que tú
podrías concluir: "Dime cómo es tu pico y te diré lo que comes".
Al
igual que para el hombre, la voz es para el ave una forma de
comunicación y de expresión; así, utilizan desde simples gritos hasta
cantos melodiosos.
Con su voz proclaman la delimitación de su
territorio, con sus cantos y sus gritos galantean a sus parejas, alejan a
los intrusos, advierten de los peligros y llaman al orden a los que se
apartan del grupo.
Cuando están contentos, cantan bellas
melodías; si están tristes, permanecen silenciosos; cuando están
enojados o asustados, gritan. Hay pájaros mudos, como los kiwis y los
cormoranes, el buitre americano y las cigüeñas, pero son minoría. Otros,
como los loros y las cacatúas, son ruidosos y parlanchines.
Si
observas bien, la flauta y otros instrumentos tratan de imitar el canto
de los pájaros. A veces lo consiguen, aunque es difícil; porque los
pájaros, que son los grandes cantantes de la naturaleza, tienen muchos
tipos de cantos. Un gorrión puede hacer casi 900 variaciones de tono y
cantar en un día... ¡2305 canciones! Los nahuas admiraban al cenzontle.
Le dedicaron un poema: "Amo el canto del cenzontle, pájaro de
cuatrocientas voces".
Imagen donde aparece una niña observando unas aves
En
distintas épocas, los seres humanos han empleado a ciertos pájaros como
centinelas. Se cuenta que los gritos de los gansos despertaron a los
habitantes de la antigua Roma y así pudieron rechazar un ataque por
sorpresa. En algunas regiones de Chile, el queltehue, un pájaro gritón
parecido a la cigüeña, reemplaza a los perros en la vigilancia nocturna.
A
ciertos pájaros se les pueden enseñar canciones porque son buenos
imitadores. El mejor imitador es el miná del Himalaya. El perico
mexicano de cabeza amarilla, es un gran hablador y algunos son capaces
hasta de imitar canciones populares.
Las aves también se
comunican mediante diversos movimientos, como la manera de abrir el pico
de los polluelos, el movimiento de las alas estando en el suelo o en el
aire, o el rítmico golpeteo producido por el pico de un pájaro
carpintero; todas son formas de comunicación. Desde muy pequeños, los
pájaros cantan. Los polluelos comienzan a ensayar melodías casi al mes
de haber nacido.
Sus primeros trinos son débiles; pero, imitando y
repitiendo las canciones de sus padres, pronto logran perfeccionar el
canto de la especie.
Imagen donde aparece un niño tratando de escuchar y comunicarse con un ave
Cuando
llega el momento de buscar compañero para la reproducción, las aves
mudan de plumaje. Es el plumaje nupcial. También, realizan el cortejo.
Habitualmente, éste empieza en la primavera por iniciativa de los
machos. En el cortejo, a las hembras, que son muy coquetas, les gusta
que los galanes las atiendan, las arrullen y las asedien. El cortejo
puede ser simple, de gesto solamente, o una complicada ceremonia. Las
aves canoras, por lo general, hacen piruetas en el aire y las acuáticas
en el agua.
La mayoría de los pájaros viven con un solo
compañero; esto es son monógamos. Eligen un territorio, hacen su nido y
permanecen juntos. La duración de la vida en común es variable, en
algunas especies se mantiene sólo hasta que la hembra pone los huevos;
en otras puede prolongarse por años. No por eso dejan de ser prácticos:
si un pájaro monógamo enviuda, busca nueva pareja.
Hay también pájaros polígamos, como los faisanes, avestruces y cuervos, que tienen más de una compañera.
Casi
todos los pájaros construyen nidos. Escogen lugares seguros, cercanos
al lugar donde está la comida. Cada especie tiene su estilo para
construirlos; por ello, los hay de gran variedad de formas.
El
nido es el hogar de los pájaros y de sus polluelos. Allí, las hembras,
los machos o ambos, incuban y protegen los huevos, vigilando luego el
crecimiento de los recién nacidos.
El nido más pequeño es el del
colibrí. El más grande es el del águila calva, que pesa dos toneladas, y
tiene algo así como tres metros de profundidad y dos de diámetro. ¡Un
verdadero edificio!
Manual de Primeros Auxilios para Pájaros Heridos o Abandonados.
Artículo
1o. Si encuentras un pájaro herido, levántalo cuidadosamente. Sujétale
la cabeza con suavidad, y examínalo soplando sus plumas para ubicar la
herida. Las heridas leves desinféctalas con yodo; las graves deben ser
atendidas por un veterinario. Llévaselo en una bolsa de papel o en una
caja.
Artículo 2o. Si tiene una pata o algún otro hueso roto,
entablíllaselo o amárraselo usando un trocito de madera y tela... Si ves
que tu tratamiento no resulta, recurre al veterinario.
Artículo
3o. Si sólo ha caído del nido, regrésalo a él. O ponlo en un lugar a
salvo de otros animales, desde donde pueda ser llevado por sus padres al
nido.
Artículo 4o. Si está abandonado y no encuentras el nido, críalo tú mismo hasta que pueda volar. Después, suéltalo.
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