jueves, 14 de febrero de 2013

¡YA LLEGA LA PRIMAVERA!




¡Qué bonito se estaba poniendo el jardín de Milagritos! Todos los árboles tenían unos brotes tiernos y verdes, que parecían bolitas de caramelo de menta. Los almendros florecían y con aquellas flores blancas parecía como si les hubiera caído encima una copiosa nevada y los alhelies, perfumaban todo el jardín.
Aquel día de sol y un cielo azul que parecía hecho con plastilina, las cochinillas se encargaron de dejar bien limpio el estanque y además de la carpa Doña Bigotona que vivía allí desde siempre, el Caracol Tadeo como Alcalde que era del Jardín, se encargó de comprar unos peces de colores que todos fueron a mirar como nadaban cuando supieron que los habían llevado.
Los días eran largos porque ya se había cambiado la hora y por las tardes cuando los papás y las mamás salían de trabajar, se iban a pasear con los niños por el jardín y era todo muy divertido. Unos se subían al tobogán, otros patinaban, otros se montaban en los columpios y mientras los papás charlaban de lo difícil que se estaban poniendo las cosas en el mundo, las mamás se explicaban como hacer comidas nuevas y donde comprar las cosas más baratas.
Aquella tarde estaba Milagritos hablando con la Abubilla Felicitas que estaba muy guapa porque se había hecho la permanente en la peluquería de la Alondra Doña Copete y también estaba con ellas la Lagartija Trapisondas que ya sabéis no se perdía una, siempre con su cámara de fotos colgada del cuello por si acaso... y que llevaba puesto un gorrito de lana de color rosa porque tenía un catarro primaveral de aquí te espero y no quería enfriarse pues las noches todavía eran fresquitas.
En esas estaban, charla que te charla, cuando apareció la Coneja Señorita Priscilla paseando por el jardín ¡montada en una bicicleta! ¡¡¡Buenooo¡¡¡ La verdad es que Milagritos se puso un poco verde de envidia y lo primero que pensó fue en ir a comprarse una, ella también. Pero cuando se lo dijo al Caracol Tadeo, éste le contestó:
-Milagritos, ¡no!. Las bicicletas son muy caras y tu no necesitas ninguna. Los niños empiezan el colegio este curso que viene y tenemos que ahorrar para comprarles los uniformes, los libros y todas esas cosas que necesitan cuando van al colegio, así que no hay bicicleta- y muy serio, se puso las gafas, se sentó en la mecedora y empezó a leer el periódico para saber qué pasaba por el mundo.
Milagritos se puso muy enfurruñada pero, ni corta ni perezosa, ella que era muy terca como ya sabéis, dijo que tenía que hacer unas compras y se fue a la tienda del Topillo Pitymy “Todo es un Chollo” para curiosear el precio de las bicicletas. Y cuando lo vio, a la pobre casi le da un soponcio porque eran carísimas incluso las que venían de China y pensó que Tadeo tenía razón. Pero eso de que ella no tuviera ningún vehículo y la Conejita Priscilla sí, no le hacía mucha gracia y curioseando, curioseando por la tienda, encontró algo que le gustó y se lo compró. ¿A que no sabéis qué era? ¡Un patinete! ¡Sí señor! Estaba un poco oxidado y no tenía frenos pero bueno, eso le sirvió para regatear con el topillo Pitymy que le hizo una rebaja fenomenal.
Al día siguiente era sábado y hacía un día hermoso aunque algo ventoso y eso los tenía a todos algo malhumorados, el caso es que Milagritos, cuando salió de paseo iba montada en su patinete delante de su familia el Caracol Tadeo y sus hijos Fidelio y Maritere. Tadeo la miraba con cara de decir: “verás ésta, la que se va a dar con tanto patinete” pero no le dijo nada porque sabía que Milagritos era muy suya y no hacía caso de lo que se le decía. Iba saludando a unos y otros muy contenta, y en esto que se cruzó con la bicicleta de la señorita Priscilla. Cuando vio que la adelantaba porque la bicicleta tenía más velocidad que su patinete, Milagritos pensó que ella también podía hacerlo y le dio marcha con el pie al patinete. Cuando cogió velocidad, puso los dos pies encima y salió despedida de cabeza al estanque.¡Otra vez la que se armó! Milagritos subiendo y bajando del agua, la carpa Doña Bigotona que estaba de mal humor, detrás de ella pegando bocados a ver si podía tragársela porque estaba ya de Milagritos hasta el moño, los peces de colores, que nunca habían visto una Babosa, iban a por ella y la pellizcaban y la mordisqueaban creyendo que era un juguete y Tadeo intentando agarrarla por donde fuera para que su Milagritos no se ahogara.
Nadie sabía qué hacer, y Milagritos haciendo “glu-glu” subiendo y bajando de algua. Los niños lloraban asustados y los moscardones policías llamaron por sus radios a los bomberos para que vinieran a ayudarlos y cuando ya todos se creían que aquello terminaba pero que muy mal, al Topillo Pitymy se le ocurrió una idea. Fue a su tienda y corriendo volvió con un cazamariposas muy bonito que lo vendía a 50 céntimos de Euro y pescó a la Babosa Milagritos que echaba más agua por la boca que toda la que había en el estanque. La llevaron deprisa al Hospital y allí le encontraron un brazo roto, una torcedura en el tobillo, y llena de pequeños mordisquitos de los peces de colores. ¡Y no veaís los pelos que se le pusieron! La pobrecita lloraba más que nunca y menos mal que Tadeo, la cogió entre sus brazos y dándole besitos le dijo:
-¡No te preocupes, Milagritos, que yo te quiero mucho y no me importa que estés con esos pelos!
Bueno, al final todo acabó bien, Milagritos volvió escayolada a su casa, Trapisondas hizo fotos y un editorial que tituló: “Desgracia en el jardín de Milagritos, sin consecuencias funestas” y que ocupaba dos páginas de la Revista “Dimes y Diretes” además de que, en la portada se veía el patinete hecho una chatarra y a Milagritos volando por los aires derechita al estanque.
Cuando a la semana siguiente salieron a pasear toda la familia, Milagritos que todavía llevaba el brazo en cabestrillo y muletas, al ver otra vez a la señorita Priscilla con su bici, pensó que sería mejor y más seguro comprar un coche. Y ya empezó a buscar una escuela donde pudiera aprender a conducir... ¡Madre mía... Si es que esta Milagritos no para...!

1 comentario:

Magda R. Martín dijo...

Otro cuento másregistrado y puesto en este blog sin permiso. Denunciable.