Tritón
El dios del mar Tritón era hijo de Poseidón, el
regidor divino de los mares, y de Anfritrite. Se le representaba
habitualmente como una sirena masculina, una criatura con la parte
superior del cuerpo de un hombre sobre una o incluso dos largas colas
de pez. Sus atributos incluían un tridente y un largo y curvado cuerno
hecho de concha. Tritón tenía el poder de apaciguar las aguas
turbulentas soplando a través de su cuerno de coócha. Según algunas
versiones, había gran cantidad de tritones y todos formaban parte del
séquito de Poseidón.
Tritón fue de gran ayuda en la expedición de
los Argonautas, los héroes que liderados por Jasón acudieron a bordo
del Argo a buscar el Vellocino de Oro.
En un momento del viaje, el barco quedó encerrado en las aguas del lago
Tritonis, en Libia, del cual no podían encontrar salida al mar,
historia que cuenta Apolonio de Rodas en su obra Argonáutica (siglo III
a.C.)
Orfeo sugirió que debían usar el gran tridente
que Apolo le había regalado a Jasón y ofrecérselo a los dioses de la
tierra tan pronto como hubieron cogido el tridente apareció ante ellos
el gran dios Tritón adoptando el aspecto de un hombre joven y les
habló. Tomó un poco de tierra y la alzó dando la bienvenida diciendo:
"Aceptad este regalo, amigos. Aquí y ahora no tengo a nadie mejor a
quien recibir sino a extranjeros como vosotros. Si os habéis perdido,
como muchos otros viajeros en tierras extrañas, y queréis cruzar el mar
de Libia, yo seré vuestro guía. Mi padre Poseidón me ha enseñado todos
sus secretos y yo soy el rey de su litoral. Quizá hayáis oído hablar de
mí aunque vengáis de tan lejos". Eufemo, agradecido, extendió su mano
para recibir el presente y contestó: "Mi señor, si algo sabes sobre el
mar de Minos y sobre el Peloponeso, te rogamos que nos lo digas. Lejos
de tener intención de llegar hasta aquí, hemos sido arrastrados a los
bordes de tu tierra por una fuerte galerna. Perdimos el rumbo de
nuestra embarcación y llegamos a esta laguna. Ahora no tenemos ni idea
de cómo salir y llegar hasta la tierra de Pelops".
Tritón, extendiendo su mano, señaló el mar
distante y la boca profunda del lago. Al mismo tiempo explicó: "Esa es
la salida al mar, las aguas tranquilas y oscuras marcan el punto más
profundo, pero a cada lado hay playas en los que varar; desde aquí
podéis ver la espuma. Lejos, en la distancia entre ellas hay una
estrechura. Una vez que estéis en mar abierto, mantened la tierra a
vuestra derecha y abrazad la costa hacia el norte. Cuando se acerque a
vosotros y se aparte de nuevo tendréis que salir por el punto hacia
donde se proyecta y seguir navegando recto". Animados por el dios, los
Argonautas siguieron su rumbo. Mientras tanto, Tritón tomó el pesado
tridente y se sumergió en las aguas. Todos pudieron verle descender y,
aun así, en un momento había desaparecido, cerca de ellos, con su
tridente. ]asón sacrificó una oveja en la proa con las siguientes
palabras: "Dios del mar, tú que apareces ante nosotros en las orillas
de estas aguas, sé gentil y concédenos el regreso feliz que deseamos".
Mientras rezaba cortó el cuello de su víctima y
la arrojó al agua. El dios surgió de nuevo de las profundidades ya no
transformado sino en su verdadera forma, y, tomando la proa de la
embarcación, los condujo hacia mar abierto. El cuerpo del dios, por
delante y por detrás, desde la corona de su cabeza hasta su cintura y
de los pies a la cintura, era como el de los otros inmortales, aunque
desde ahí no era más que como el de un monstruo con dos largas colas
terminadas en un par de aletas con forma de luna creciente. Con las
aletas removía el agua de la superficie y arrastró al Argo a mar
abierto, donde lo lanzó en su ruta. Después se sumergió en el abismo y
los Argonautas gritaron de maravilla ante una visión tan pavorosa e
inspiradora» (Argonaútica, Libro IV).
En otras historias, Tritón -o los tritones-
también tenían otro lado menos benevolente. Como si fuesen "sátiras del
mar", los tritones tenían la mala costumbre de molestar a las mujeres
que se bañasen en el mar y a los hombres jóvenes. En cierta ocasión,
cuando Tritón corneó a un grupo de seguidoras del dios del vino y la
vegetación Dioniso en Boecia, hubo una pelea entre los dos dioses, que
terminó en una derrota para el dios marino. El gran héroe Hércules
también dijo que en una ocasión tuvo que luchar con un monstruo marino
llamado Tritón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario