Las
aventuras de los Reyes Magos
Los
Reyes de Oriente recibieron un correo electrónico que les informaba
de que la Navidad se acercaba y también el nacimiento del Niño
Jesús.
Era 16 de diciembre, como todos los años los Reyes Magos se pusieron en marcha.
Tardaban una semana en llegar a Belen y comenzaron los preparativos. Por supuesto al estilo tradicional: compraron los camellos, alquilaron la estrella de Navidad más barata, contrataron a los pajes y entonces dispusieron en la alforjas los regalos del Niño Jesús, oro, incienso y mirra; también metieron comida y agua para alimentarse durante una semana.
Una vez todo preparado decidieron salir hacia Belén, caminaban por terrenos llanos, arenosos, pedregosos y, durante el trayecto, Melchor comenta a sus compañeros:
— Chicos, esto de ir en camello está muy bien para un ratito, pero un viaje tan largo ... Creo que al próximo año nos traeremos el todo terreno.
— Tienes razón Melchor, porque me están saliendo las mayores agujetas de mi vida en el trasero.
— Bueno, bueno... - dice Baltasar - no será para tanto, ¡qué sois unos quejicas!
Era 16 de diciembre, como todos los años los Reyes Magos se pusieron en marcha.
Tardaban una semana en llegar a Belen y comenzaron los preparativos. Por supuesto al estilo tradicional: compraron los camellos, alquilaron la estrella de Navidad más barata, contrataron a los pajes y entonces dispusieron en la alforjas los regalos del Niño Jesús, oro, incienso y mirra; también metieron comida y agua para alimentarse durante una semana.
Una vez todo preparado decidieron salir hacia Belén, caminaban por terrenos llanos, arenosos, pedregosos y, durante el trayecto, Melchor comenta a sus compañeros:
— Chicos, esto de ir en camello está muy bien para un ratito, pero un viaje tan largo ... Creo que al próximo año nos traeremos el todo terreno.
— Tienes razón Melchor, porque me están saliendo las mayores agujetas de mi vida en el trasero.
— Bueno, bueno... - dice Baltasar - no será para tanto, ¡qué sois unos quejicas!
Era
la segunda noche y decidieron parar a descansar, cenaron con los pajes
y durmieron bajo las estrellas.
A
la mañana siguiente se dieron cuenta de que la estrella de
Oriente se había esfumado:
— ¿Por qué motivo habrá desaparecido la estrella? - dijo Gaspar.
— Porque hemos alquilado la estrella más barata y de la peor calidad. ¡Pero no nos desanimemos y sigamos adelante, pues el Niño Jesús nos espera!- dice Baltasar.
Anduvieron todo el día y al caer la noche cenaron con sus pajes alrededor del fuego como solían hacer.
Estaban agotados y cayeron rendidos en sus sacos de dormir. A medianoche unos bandidos les robaron las alforjas donde guardaban la comida, suerte que los regalos estaban guardados bajo los sacos de dormir.
—
Ya
os decía yo que había sido mejor traer una brújula
para guiarnos y una linterna de dinamo para ver el camino - comentó
Melchor.
— ¿Por qué motivo habrá desaparecido la estrella? - dijo Gaspar.
— Porque hemos alquilado la estrella más barata y de la peor calidad. ¡Pero no nos desanimemos y sigamos adelante, pues el Niño Jesús nos espera!- dice Baltasar.
Anduvieron todo el día y al caer la noche cenaron con sus pajes alrededor del fuego como solían hacer.
Estaban agotados y cayeron rendidos en sus sacos de dormir. A medianoche unos bandidos les robaron las alforjas donde guardaban la comida, suerte que los regalos estaban guardados bajo los sacos de dormir.
Al
despertar exclamó Melchor:
—
¡Ladrones! ¡Ladrones! Nos han robado toda la comida.
Gaspar
y Baltasar se despertaron sobresaltados al oir los chillidos de Melchor.
—
¿Cómo? Con el hambre que tengo hoy...
—
Seamos positivos hombre, no pasa nada con la comida, allí tenemos
unos campesinos, ¡eh amigos! ¿tenéis un poco de chorizo
casero y queso manchego? Pues la estrella se nos ha esfumado y nos han
robado la comida esta noche.
—
¡Claro! Aquí hay chorizo, queso, jamón y la bota de
vino para que saciéis la sed - dijo el bondadoso campesino.
—
El próximo año nos traemos la caravana con nevera incorporada
- dice Melchor.
—
¿No sabrá usted, buen campesino, cuánto queda para
llegar a Belén?- preguntó Baltasar.
—
Es su día de suerte, ven ustedes toda la gente de allí,
pues todos van a Belén.
Por
fin los Reyes Magos llegaron a tiempo a Belén para entregar los
regalos - oro, incienso y mirra - al Niño Jesús.
Guillermo
S. 4º EPO
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