viernes, 2 de noviembre de 2012

El gusano medidor

Una mañana soleada, el gusano medidor descansaba tranquilamente sobre una rama. De pronto se apareció el ruiseñor, que es un pájaro muy presumido el cual se acercó para comérselo.

El gusano le dijo: “¡No, no me comas! Tu no sabes pero yo soy muy útil y, y, y sabes que yo… eh puedo medir tu hermosa cola y decirte cuanto mide” el pájaro le dijo: “¿Puedes medirla? Bien mídela”.

El gusano medidor


El gusano medidor Como el ruiseñor tenía curiosidad aceptó que la midiera, entonces el gusano comenzó a medir dando de pasitos y dijo: “Uno, dos, tres, cuatro… tu cola mide cuatro pasitos”.

El ruiseñor le preguntó: “¿Qué otra cosa puedes medir?” le contestó el gusano: “Mmm… pues todo lo que me pidas”.
El gusano medidor Para probar si era cierto el ruiseñor llamó al tucán, la garza y al pavo real y le dijo: “¡Mide lo más hermoso que tienen ellos, si no lo haces te comeré!”.

En poco tiempo el gusano comenzó a medir el pico del tucán, el cuello de la garza y la cola del pavo real, las aves en premio las aves lo dejaron ir, pero el ruiseñor muy enojado se puso frente a él.
El gusano medidor Muy furioso el ruiseñor le dijo: “Mide lo más bonito que tengo, mi canto”, le contestó el gusano: “Pero yo solo mido cosas, no cantos”, como el ruiseñor ya se lo iba a comer el gusano le dijo: “Está bien, empieza a cantar y mediré tu canto”.

El ruiseñor comenzó a cantar, cantó una canción tan bonita que el venado, la ardilla y el pato se acercaron para escucharlo.
El gusano medidor El ruiseñor al darse cuenta, cantó aún mejor mientras el gusano se escapaba lentamente sin que se diera cuenta el ruiseñor.

Cuando por fin el orgulloso ruiseñor terminó de cantar, el gusano ya se había escapado muy lejos de ahí.

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