domingo, 30 de septiembre de 2012

:::Animales interjectivos:::

:::Animales interjectivos:::

Pastor de Los Realejos, en Tenerife, con su rebaño de cabras
La posibilidad de que casi cualquier palabra (o incluso frase) pueda emplearse en un momento dado para expresar una impresión súbita, una estimación o una emoción más o menos profunda, es decir, que desempeñe las funciones de una interjección o exclamación, ha hecho que este procedimiento retórico ayude a conservar diversas voces y formas gramaticales de las antiguas hablas isleñas que, de otro modo, quizá habrían desaparecido. Así, fijadas en el habla cotidiana como signos unitarios un tanto ajenos a las fronteras canónicas de la lengua, han resistido el paso del tiempo y las influencias externas.
Tras la conquista europea, el amazighe insular quedó confinado en la vida campesina que había constituido el sustento de la población durante siglos. Esto ha condicionado que buena parte del vocabulario disponible hoy pertenezca a ese ámbito, incluida la mitad de las interjecciones más o menos vigentes todavía. No obstante, cabe sospechar que algunas de ellas llegaron durante la primera época colonial con los esclavos moriscos (amazighes arabizados), como es el caso del repertorio vinculado a la aparición del camello en las Islas:
¡rech! interj. Lz. Sin. ¡rueh! Var. ¡recho!, ¡reiso!, ¡reso! Voz que, repetida, se da al camello para que vaya a beber. Forma imperativa, de origen árabe, del verbo ‘ir(se), partir’ o ‘volver, regresar’, acepción que explica el término:
¡reih! interj. Lz. Voz que, repetida, se da al camello para que regrese.
¡reh! interj. Var. ¡ré!, ¡reet!, ¡reistete! Voz que, repetida, se da al camello para que marche más despacio. Nombre verbal, de origen árabe, que indica ‘calma, descanso, sosiego, reposo’, que también aclara el vocablo siguiente:
¡reijoo! interj. Fv. Var. ¡ro! Voz que, repetida, se da al camello para que se detenga.
¡rua! interj. Fv. Voz para llamar al asno. Se trata de un substantivo, de origen árabe, que señala al animal el ‘establo o cuadra’.
¡rua! interj. Fv. En pl., voz que, repetida, se da para que beban las bestias. En cambio, aquí el antecedente árabe remite al verbo ‘regar’ o ‘calmar la sed’.
¡rueh! interj. Fv. Sin. ¡rech! Voz que, repetida, se da al camello para que vaya a beber. Forma imperativa, de origen árabe, que ordena ‘volver’ al animal.
Aunque figura también algún caso relacionado con el pastoreo de especímenes tan conocidos como la oveja:
ñejo. interj. GC. Voz para que se detenga el rebaño de ovejas. Un substantivo plural, de origen árabe, que designa a estos animales.
Algunos otros vocablos de ascendencia indudablemente amazighe hacen referencia a especies cuya presencia en época precolonial no ha sido atestiguada. Con todo, nada impide que pervivieran en la memoria lingüística de la primera población norteafricana instalada en el Archipiélago o bien que sus nombres se adjudicaran a animales similares. Pensamos, por ejemplo, en dos casos concretos:
cachi. interj. Fv. desus. Var. chica, chicá. Voz que, repetida, se usa para llamar a las gallinas. Un substantivo muy extendido en el dominio tuareg para designar al ‘gallo’ (kaših) y las ‘gallinas’ (tikahit).
cu. interj. Sin. cachi. Tf. Voz que, repetida, se usa para llamar a las gallinas. Variante (kw) registrada para el ‘gallo pequeño’ o el ‘pollo’.
¡igua! interj. GC. Voz que se dirige a las vacas en el momento de ordeñarlas para que se pongan en buena posición. Un substantivo, aplicado al ‘bovino adulto’, todavía vivo en las hablas de Níger y Malí, donde encontramos además:
teite. interj. Tf. Var. te, tei, teih. Voz utilizada para llamar a la vaca. Una llamada que se realiza precisamente por el nombre del animal (tas´t, por aspiración de la sibilante implosiva). Sin embargo, por extraño que resulte, también en Gran Canaria existe el topónimo Lomo de Chiguinique, en San Mateo, donde la secuencia inicial del compuesto, ešeg, recibe en las mismas hablas continentales el significado: ‘toro de gran tamaño’.
varacá. interj. Tf. Voz para llamar a las vacas. Y, aunque en la tãhãggart de Argelia el término eberkaw se confiere al ‘ternero no destetado’, parece más apropiado adscribir esta forma al substantivo, también tuareg, concedido más genéricamente al ‘rebaño de carneros, borregos, corderos’.
Con el resto de la fauna que aparece en estas fórmulas, queda alguna duda para:
chita. interj. Hi. Voz que, repetida, se usa para llamar a la oveja y a la cabra, empleada también Salamanca, lo cual no excluye, claro está, una mutua e independiente procedencia amazighe. En concreto, se trata de una exclamación (hit´) propiamente dicha, frecuente en la tãhãggart argelina, que se traduce por ‘¡toma!’, ‘¡mira!’, ‘¡oye!’
misio. interj. Fv, Go y Tf. Voz que, repetida, se usa para llamar al gato. El español posee la forma miso, interjección coloquial de igual valor. Sin documentación insular antigua que acredite otra cosa, siempre hay que contar con la eventualidad de una importación románicoamazighe. Pese a todo, las investigaciones arqueológicas muestran restos precoloniales de este felino, por lo que, de nuevo, tampoco se debe descartar el discurrir paralelo y autónomo de este substantivo (miššaw) en el archipiélago canario y en la península ibérica.
A partir de aquí, la documentación antigua y la transmisión oral rinden un caudal bastante fiable:
ajá. f. Tf. ant. desus. Var. aja, axa, axá. Cabra. (2) Tf. interj. desus. Voz empleada por los pastores para que el rebaño de cabras avance en una dirección determinada. Forma colectiva (aghad´) para denominar al ‘rebaño o hato de cabras’.
bare. f. e interj. Tf. desus. Cabra. Substantivo dedicado genéricamente al ‘ganado lanar’.
chib. interj. Voz que, repetida, se usa para llamar a las cabras. He aquí otra expresión (chchiw), en este caso onomatopéyica, también vigente en el Marruecos central con idéntico sentido.
chito. m. Tf. Voz que, repetida, se usa para llamar al cerdo. Forma imperativa (šettu), habitual en el susí del sur y sudeste marroquí, que ordena al cochino: ‘busca’.
¡guojó! interj. GC. Var. ¡gojó!, ¡guó! Voz empleada para detener a las reses cuando están arando. Otra forma imperativa (wugh) que indica al animal: ‘para, detente’.
¡ju! interj. Hi. Voz que se usa para azuzar a los perros. Forma imperativa (hw), conocida también en las hablas de Níger y Malí con el mismo valor, que reclama: ‘atrapa’, ‘¡trae!’, ‘¡cógelo!’
miná. interj. Go. Var. mina. Voz que se usa para llamar a la cabra. Este adjetivo plural, cuya forma singular vimos como burla adjudicada al ‘hombre cobarde’ (mané), se refiere en realidad a los animales ‘dóciles’ en general.
ña. interj. Go. Sin. haña. Voz que, repetida, se usa para llamar a las cabras. He aquí un nombre verbal concreto (nza), aplicado al ‘(animal) que baja la cabeza’.
turre. Interj. Fv, GC y Tf. Voz para hacer mover o ahuyentar a los cerdos, que en el Continente se relaciona hoy con el ‘correr’ (tèwèrwèr /turrur/) de ciertas aves y la idea de ‘asperjar, rociar’ (finas gotas, granos, arena, etc.).
Un concepto este último que hemos incluido aquí gracias a la diligente memoria de nuestro querido compañero Víctor Perera, que a su vez nos ha proporcionado una locución viva en Artenara, pero que desconocíamos:

joh jaira. interj. GC. Expresión que, repetida, sirve para ordenar a la cabra (ghayèr) que se mueva. Y, aunque el segmento inicial joh recuerda a la interjección imperativa ¡ju! (hewhew ‘¡cógelo, trae!’) que vimos relacionada con los perros, otra lectura parece más ajustada a este caso: el verbo äghwu ‘balar’, de donde obtendríamos el mandato ‘¡bala, cabra!’ o ghwu ghayr.
Y ya concluida esta primera relación, un amigo del foro de Mundo Guanche, Artenteyfak, nos llama la atención a propósito de una voz recogida en San Mateo, también en Gran Canaria:

fus. interj. GC. Expresión que, prolongando la pronunciación de la sibilante final, se emplea para instar a las vacas a moverse. En realidad, la factura original de esta forma imperativa debió ser fsus (‘rápido’), como en los dialectos marroquíes.
Interjecciones algo menos zoológicas, así como invocaciones y juramentos, conjuntos que informan de realidades sociolingüísticas también muy interesantes, habrán de quedar para una próxima entrega.

Bibliografía

CORRALES ZUMBADO, Cristóbal; Dolores Corbella Díaz, y Mº Ángeles Álvarez Martínez. 1996. Diccionario diferencial del español de Canarias (DDEC). Madrid: Arco.
NARANJO MONZÓN, Domitila. San Mateo. Vivencias de un Pueblo.
REYES GARCÍA, Ignacio. 2004. Diccionario etimológico de insulismos amazighes. S/C de Tenerife: Foro de Investigaciones Sociales.
Autor: Ignacio Reyes

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