domingo, 24 de junio de 2012

Una Lección para Catrina

Una Lección para Catrina

Era el primer día de primavera y todos los insectos en el Jardín de las Margaritas, estaban muy emocionados.

Porque la reina mariposa, que era nieta de Colín, ofrecería la mano de su hija Catrina en matrimonio.

Atrás habían quedado los días en que las orugas eran esclavas de las libélulas y no podían transformarse en mariposas.

Ahora era todo un lujo poder casarse con una joven mariposa y por esta razón, fueron muchos los pretendientes que llegaron.

Catrina era sin duda, la mariposa más bella del lugar, pero también debo decirles, que era la más vanidosa y esto en verdad, le traería grandes problemas.
Pero por el momento, poco a poco fueron llegando todos los aspirantes a la mano de Catrina.
El primero en llegar fue el Señor Chinita, que venía vestido con su rojo e impecable traje, con simpáticos lunares negros.

Cuando Catrina lo vio, le preguntó burlonamente: ¿No crees que estas un poco gordo para ese traje tan ajustado?

Deberías mirarte a un espejo antes de salir de casa, pareces un rabanito de la huerta, solo te faltan las hojas verdes en la cabeza.

Al terminar de decir esto, se rió con muchas ganas y le dio la espalda.
¡El pobre Señor Chinita se fue muy triste y avergonzado!.La reina estaba muy enojada con la actitud de su hija, pero decidió no intervenir todavía.
Luego llegó el turno del Señor Abejorro. El se sentía muy confiado, pues tenía mucha miel que ofrecer.

Todas el mundo sabe que a las mariposas les encantan las cosas dulces y casarse con un abejorro, era una verdadera fortuna.

Pero Catrina era la excepción, pues mirándolo le preguntó muy irritada: ¿Acaso pretendes que me convierta en una mariposa gorda y golosa?

Si es así, estas muy equivocado, ya que no voy a pasar el resto de mi vida con un feo abejorro comiendo miel.Entonces al Señor Abejorro, no le quedó mas que marcharse por donde había llegado.
Ahí se iba otro de los pretendientes, tan humillado como el primero y los que aún no habían sido presentados, estaban muy arrepentidos de haber asistido y comenzaron a retirarse.

Aunque no fue el caso del Señor Caracol. Primero, por que tenía una casa que ofrecer a diferencia de los otros pretendientes.

En segundo lugar, le tomaría una semana volver a su planta de donde había venido y no estaba dispuesto a perder el arduo viaje. Cuando Catrina lo vio acercarse, no esperó que llegara a su lado, si no que le gritó desde lejos, que podía irse con su pequeña y húmeda casa sin ventilación…
Y ahí se iba el penúltimo pretendiente, ya que los demás se habían retirado en silencio y solo quedaba el valiente Señor Hormiga.Este le dijo a Catrina directamente: Yo soy una hormiga muy trabajador y quiero a mi lado, a una mariposa trabajadora.

Así es que tú decides, pero no estoy dispuesto a ser humillado como los demás insectos... Entonces Catrina, bajó su mirada y le respondió con un tímido “no gracias”.
Ya casi había llegado el final del día y la reina estaba muy furiosa con la actitud de Catrina. Por eso le dijo, que si no cambiaba su mala actitud, tendría que tomar otras medidas.
Catrina un poco confundida por la reacción “exagerada” de su madre, se fue a volar cerca de los juncos de la laguna para distraerse.

Ahora quería pasear y pensar un rato, en quien llegaría a ser su esposo, pues con la belleza que ella poseía, veía muy difícil hallar a un esposo que estuviera a su altura.
De pronto, se sintió deslumbrada por un hermoso juego de colores que pasaba frente a sus ojos ¿Quién sería ese guapo señor? Se preguntó.

Luego pensó, que ella se merecía algo tan bello como el Señor Libélula, tal parece, que no había escuchado nunca la historia de su abuela Colín...A Catrina le extraño de que nadie le hubiese avisado a este caballero, que su mano estaba en oferta y se acercó a saludarlo.
Lo que ella no sabía, era que el alimento favorito del Señor Libélula, son las hermosas mariposas, ya que ahora, solo de esa forma consiguen el bello color de sus alas satinadas.Cuando el Señor Libélula vio a Catrina acercarse, se extrañó un poco, pero luego pensó que tal vez era un regalo de su hada madrina y esperó feliz y atento, para poder comérsela...
... Cuando estaba apunto de poner sus filudas garras sobre Catrina, apareció de la nada, Cricri el Saltamontes, que ahora ya era un joven sabio y muy valiente.

Con un gran salto, empujó al Señor Libélula hasta la misma boca de una rana que bostezaba por ahí cerca, la cual también pensó que el Señor Libélula e era un regalo de su hada madrina.
Catrina aún asustada, estaba agradecida por la valerosa acción de Cricri y en ese momento pensó que una persona desinteresada y valiente como él, sería un esposo perfecto.
Atrás había quedado la preocupación por la apariencia física, ya que ahora descubrió, que la belleza exterior no sirve de nada sin un bello corazón y hasta puede ser peligrosa.
Cuando Catrina volvió al reino junto a Cricri el Saltamontes, su madre quedó muy sorprendida por la sencillez de su apariencia.Cuando supo que él sería el elegido, para ser su esposo, se sintió feliz al ver que algo había cambiado en su hija y era muy bueno.

Catrina y Cricri nunca le contaron a nadie lo que ocurrió ese día en la laguna, ya que lo más importante, es que fueron muy felices y ella nunca volvió a ser una vanidosa mariposa.
FIN

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