Mamá, mamá, quiero un helado
- Mamá, mamá, quiero un helado.
- ¿De qué sabor?
- Me da igual, me gustan todos.
- Pues toma este.
- Mmmmm… Qué rico.
- ¿Te gusta?
- Sí. Mucho.
- Es de turrón.
- ¿De turrón?
- Sí.
- ¿Cómo que de turrón? ¡A mí no me gustan los helados de turrón!
- ¿No decías que estaba muy rico?
- Pero es de turrón.
- Pues dámelo, a mí sí me gusta.
- No, no. Es mi helado.
- Pero…
- Pero nada… Es mi helado.
- Bueno…
- …
- …
- Mi helado…
- Vale, muy bien.
- ¿No lo quieres?
- Hombre, si no me lo quieres dar, no voy a forzarte.
- Vale. Es de turrón.
- Ya.
- Y es mi helado.
- Bien.
- … Toma, te lo devuelvo. No lo quiero. No me gusta.
- Has hecho bien.
- Sí.
- Está bueno.
- Estaba bueno, sí.
- ¿Lo quieres?
- No.
- ¿Ni un poco?
- No.
- …
- Bueno, devuélvemelo.
- Venga, toma.
- Es de turrón.
- Ya.
- Está rico. Pero es de turrón. Y no me gustan los helados de turrón.
- Pues nada. No te lo comas.
- Jo… Toma.
- Ya me lo termino yo.
- Mejor.
- Mmmm…
- … mi helado…
- Era de turrón. Y dices que no te gustan.
- Pero estaba bueno, no sé…
- Pues ya me lo he comido.
- Sí… ¿Y no tienes otro?
- No.
- ¿No?
- No. No tengo más.
- Vale… Pero yo quería un helado… y… y al final…
- ¿Qué pasa?
- Al final te lo has comido tú… Y yo quería un helado.
- ¡Pero si me lo diste!
- Sí… Bueno…
- Pues no tengo más.
- Ya… Pues nada.
- Puedo ir a comprar alguno si quieres.
- Sí, pero seguro que lo traes de turrón.
- De turrón no, de otro sabor.
- ¿Sí? ¿Me lo dices en serio?
- Sí. Si el turrón no te gusta… Para terminar comiéndomelo yo…
- Yo podría comérmelo también.
- No lo voy a comprar de turrón.
- Vale, de otro sabor.
- Ya voy después.
- Vale.
- …
- Quiero un helado.
- Vale…
- Que no sea de turrón.
- Ya lo sé.
- De turrón no.
- ¡Que ya lo sé! ¡Pero deja de decirlo!
- Vale.
- ¿De qué sabor lo quieres?
- De chocolate mismo. O de fresa. De nata… ¡De vainilla, de vainilla!
- Vainilla.
- Sí. Pero no me lo traigas de turrón.
- Al final no iré a por el helado.
- Vale, vale, lo siento. De vainilla.
- De vainilla.
- Sí. De vainilla.
- Ya… Pues voy a bajar.
- Vale.
- Y si no hay de vainilla te lo traigo de cualquier otra cosa, ¿no? Yo
creo que al final me voy a comprar uno también, uno de turrón.
- A mí el turrón no me gusta.
- ¿Acaso quieres que no baje a por ellos?
- ¡¿Qué?!
- ¡Qué pesada eres!
- ¡¿Cómo?!
- Es que no hay quien te aguante…
- Bueno, pues no quiero helado. Ya está.
- Buf… Si te lo iba a traer de vainilla.
- Pues no lo quiero. Ni de vainilla ni de turrón. No quiero. Todos para ti.
Y se fue refunfuñando hacia su cuarto.
- Mamá, mamá, quiero un helado.
- ¿De qué sabor?
- Me da igual, me gustan todos.
- Pues toma este.
- Mmmmm… Qué rico.
- ¿Te gusta?
- Sí. Mucho.
- Es de turrón.
- ¿De turrón?
- Sí.
- ¿Cómo que de turrón? ¡A mí no me gustan los helados de turrón!
- ¿No decías que estaba muy rico?
- Pero es de turrón.
- Pues dámelo, a mí sí me gusta.
- No, no. Es mi helado.
- Pero…
- Pero nada… Es mi helado.
- Bueno…
- …
- …
- Mi helado…
- Vale, muy bien.
- ¿No lo quieres?
- Hombre, si no me lo quieres dar, no voy a forzarte.
- Vale. Es de turrón.
- Ya.
- Y es mi helado.
- Bien.
- … Toma, te lo devuelvo. No lo quiero. No me gusta.
- Has hecho bien.
- Sí.
- Está bueno.
- Estaba bueno, sí.
- ¿Lo quieres?
- No.
- ¿Ni un poco?
- No.
- …
- Bueno, devuélvemelo.
- Venga, toma.
- Es de turrón.
- Ya.
- Está rico. Pero es de turrón. Y no me gustan los helados de turrón.
- Pues nada. No te lo comas.
- Jo… Toma.
- Ya me lo termino yo.
- Mejor.
- Mmmm…
- … mi helado…
- Era de turrón. Y dices que no te gustan.
- Pero estaba bueno, no sé…
- Pues ya me lo he comido.
- Sí… ¿Y no tienes otro?
- No.
- ¿No?
- No. No tengo más.
- Vale… Pero yo quería un helado… y… y al final…
- ¿Qué pasa?
- Al final te lo has comido tú… Y yo quería un helado.
- ¡Pero si me lo diste!
- Sí… Bueno…
- Pues no tengo más.
- Ya… Pues nada.
- Puedo ir a comprar alguno si quieres.
- Sí, pero seguro que lo traes de turrón.
- De turrón no, de otro sabor.
- ¿Sí? ¿Me lo dices en serio?
- Sí. Si el turrón no te gusta… Para terminar comiéndomelo yo…
- Yo podría comérmelo también.
- No lo voy a comprar de turrón.
- Vale, de otro sabor.
- Ya voy después.
- Vale.
- …
- Quiero un helado.
- Vale…
- Que no sea de turrón.
- Ya lo sé.
- De turrón no.
- ¡Que ya lo sé! ¡Pero deja de decirlo!
- Vale.
- ¿De qué sabor lo quieres?
- De chocolate mismo. O de fresa. De nata… ¡De vainilla, de vainilla!
- Vainilla.
- Sí. Pero no me lo traigas de turrón.
- Al final no iré a por el helado.
- Vale, vale, lo siento. De vainilla.
- De vainilla.
- Sí. De vainilla.
- Ya… Pues voy a bajar.
- Vale.
- Y si no hay de vainilla te lo traigo de cualquier otra cosa, ¿no? Yo creo que al final me voy a comprar uno también, uno de turrón.
- A mí el turrón no me gusta.
- ¿Acaso quieres que no baje a por ellos?
- ¡¿Qué?!
- ¡Qué pesada eres!
- ¡¿Cómo?!
- Es que no hay quien te aguante…
- Bueno, pues no quiero helado. Ya está.
- Buf… Si te lo iba a traer de vainilla.
- Pues no lo quiero. Ni de vainilla ni de turrón. No quiero. Todos para ti.
Y se fue refunfuñando hacia su cuarto.
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