domingo, 24 de junio de 2012

Colín la Primera Mariposa

Colín la Primera Mariposa

Hace mucho tiempo atrás, en el Jardín de las Margaritas, existió una malvada y vanidosa Libélula llamada Lea.

Ella, era la reina en este hermoso jardín y gobernaba sobre todos los insectos que allí vivían.Pero las pobres orugas, eran las esclavas en este reino y por esa razón estaban obligadas a servir a la reina y a todos sus súbditos.
Las orugas desde pequeñas, eran llevadas al palacio real, para aprender distintas labores de servicio.
Pero cuando las orugas se hacían adolescentes, eran enviadas a los parrones recoger uvas y de allí, nunca volvían a salir... y nadie sabía el porqué.
La reina usaba el suave néctar de las uvas, para bañarse, pues, como era tan vanidosa, cuidaba en forma exagerada de su belleza.

Todo su cuerpo, era de un color púrpura satinado y sus alas, eran de un bello color violeta brillante... En realidad, la reina Lea, era el insecto más hermoso, en todo el Jardín de las margaritas.

Pero tanta belleza merecía un cuidado especial, al menos así lo creía la reina y por eso tenía cien orugas, que solo se encargaban de mantener su belleza reluciente.
Entre estas orugas, se encontraba Poli, una oruga muy inteligente, junto a su hermana menor llamada Colín.

Poli estaba a punto de convertirse en adolescente y muy pronto sería enviada a los parrones.

Pero a ella le preocupaba dejar a la pequeña Colín, abandonada en manos de la reina, pues esta Libélula, era muy cruel con las oruguitas y no perdía oportunidad para maltratarlas o insultarlas.
Pero cuando llegó el momento de la separación, los ruegos y lagrimas de las hermanas orugas, fueron ignorados por las malvadas libélulas y Poli fue sacada a la fuerza, por la guardia del palacio.
Pasaron muchos días, sin que Poli recibiera noticias de Colín y estaba muy preocupada.

Pero una noche, una oruga recién llegada a los parrones, le contó a Poli, que Colín había roto una de las alas de la reina y en castigo la habían desterrado al “Cementerio de Tulipanes”.
Poli se preocupó mucho al oír esta noticia, pues todos sabían, que muy pocas orugas sobreviven en el Cementerio de Tulipanes... Ahí vive la joven Arañacota, que teje sus redes por todas partes y las orugas que quedan atrapadas entre las redes, mueren de hambre y sed. Si es que antes, no son comidas por esta fea araña.
Poli comenzó su viaje rumbo al Cementerio de Tulipanes de inmediato, rogando no llegar muy tarde, pues no quería perder a su única hermana.

Por fortuna, llegó justo a tiempo, ya que tal como se imaginaba, Colín llevaba días atrapada entre las redes de la Arañacota y estaba moribunda.

Poli miró a todos lados buscando algún alimento para Colín, pero solo encontró un Tulipán, el alimento prohibido para las orugas, por la reina Lea.

Pero en ese momento, las reglas de la reina, era lo que menos le importaba, ya que la vida de su hermana estaba en peligro.

Luego de tres días de haber comido el Tulipán, Colín comenzó a sentirse muy extraña, pues su cuerpo estaba hinchado y le picaba mucho, además tenía sueño como nunca antes.

Poli se sintió muy inquieta, incluso lamentó haberle dado el Tulipán a Colín.
En la mañana siguiente, cual sería la sorpresa para Poli, al encontrar a Colín dentro de un capullo de seda muy extraño, del cual no pudo sacarla.

¡¡Pobre Poli, había perdido a su hermanita, para siempre!!... Pero aún no perdía todas las esperanzas y dejó pasar unos días antes de enterrar a Colín, pues algo en su corazón le decía que ese no era el fin.
Luego de días esperando, Poli notó que el capullo comenzaba a romperse y del salió una hermosa criatura que ella nunca antes había visto.

Tenía unas grandes alas azules, ribeteadas de un color celeste brillante, era su hermana Colín, que ahora estaba muy diferente, toda esa mezcla de colores era como estar mirando el mar cuando quieto en la orilla se posa… ¡Eso era! Algo como “mar-i-posa”.

Que maravilloso descubrimiento habían hecho, esa era la razón por la que la reina Libélula prohibía comer Tulipanes, pues conocía el poder que esa flor ocultaba.
Poli reunió durante la noche, a todas las orugas que ahí se encontraban y luego de contarles lo sucedido, les ofreció la oportunidad de liberarse de una vez y para siempre, del dominio de las libélulas.

Como primer objetivo, decidieron que Colín recolectara muchos Tulipanes para que se alimentara la mayor cantidad de orugas posible.

Ahora, esperarían que estas orugas se transformaran en mariposas y luego, todas unidas, irían a la batalla contra la reina Lea y todos sus súbditos... Así, de una vez para siempre, serían libres.

Pasaron dos semanas, desde aquella noche y la cantidad de orugas convertidas en mariposas triplicó a la de las libélulas.

Cuando por fin se realizó la batalla entre ambas, la victoria para las mariposas fue fácil de conseguir, pues las libélulas al ver que su reina era capturada, huyeron del palacio y la abandonaron a su suerte.

Lea, la reina, fue desterrada a los pantanos en donde nunca más podría hacerle daño a una oruga o a una mariposa y como es lógico, la pequeña Colín, se convirtió en la reina de todas las mariposas, Poli, por su parte, decidió esperar un poco antes de transformarse en mariposa, puesto que quería que ese momento fuera muy especial.

Pero esa historia, te la cuento la próxima vez y ya lo sabes, cada vez que veas a una oruga en un Tulipán, no la espante, pues de seguro, ella sé esta preparando para ser una linda mariposa.

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