Caía la
noche en un gran verano tedioso, con gran bochorno, en la granja de Ingenio. Una
granja tranquila, donde el ruido dormía y sólo los murmullos de los animalitos
se escuchaban en la oscuridad.
Tras la
ventana de una casita hecha de hojas, dentro del bebedero, vivía la rana CUCU, una ranita muy alegre, con
grandes ojos y patitas cortas. Miraba embobada como caía la noche lentamente como si estuvieran planchado el
cielo.
En la casa
de Ingenio, como ya sabemos también vivían otros animalitos, pero eran muy
orgullosos y presumidos, sólo el saltamonte Cricri quería de verdad a la ranita CUCU.
Era un
saltamonte verde, muy verde, pero muy
educado y elegante, tenía un bonito sombrero que sólo se ponía en las grandes
ocasiones.
Llego el día
que todos esperaban, la fiesta de San Juan, la rana y el saltamonte , tenían
muchos deseos de ver todas las hogueras de la gran ciudad y pensaban acercarse
a ver un gran fuego, para poder saltar por encima de ella. Les gustaba mucho
cantar isas, folias etc. A veces se ponían un poquito tristes de estar tan
solitos, pero enseguida recordaban dónde jugaban los niños, y disfrutaban de
verlos correr y reir.¡Todas las penas se marchaban|.
Cucu y
Cricri se prepararon para ir a la ciudad. Cucu se puso su chaleco y su bufanda
a cuadros y Cricri su sombrero de copa.
Atravesaron la
granja . Algunos animalitos se burlaron de ellos, diciendo:
¡Mirad que
pintas llevan| ,¡ Se creen muy finos|.
Pero
nuestros amigos no le dieron importancia y siguieron su camino. Al poco
tiempo oyeron un gemido, se preguntaron: ¿Qué es eso?.
Cada vez lo
oían más cerca. De pronto, descubrieron un pobre grillo que estaba aterido de
calor.
¡Pobrecito,
qué te pasa?. Dijo Cucu.
Estaba
saltando y se me echó la noche encima, me quedé tan agotado que no podía moverme.
Los animalitos me vieron pero ninguno me ayudó.
¡Ves Cricri|.
– Dijo Cucu. -Todos son muy orgullosos, pero no tienen corazón.
Tanto Cucu,
como Cricri, le prestaron sus ropas y le abrigaron, mimándolo para que entrara
en calor.
El grillo
agradecido, les dijo:
Conozco un
lugar donde podeis pasar las mejores fiestas de San Juan, además hay una Gran
hoguera tan bonita que no se os olvidará nunca.
Allí, fueron
los tres. Era cierto lo que les contó el grillo. Había un gran muñeco de madrea
y cartón lleno de colores, era un ninot traído desde Valencia, para hacer la hoguera
más hermosa del mundo.
Cucu, le explica Cricri, la tradición de las fiestas: La festividad de la Noche de San Juan, tradición antiquísima, está ligada al fuego y las hogueras y a la celebración de la llegada del solsticio de verano, pues uno de los motivos por los cuales se celebraba era para dar más fuerza al sol, que a partir de entonces iba a debilitarse (haciéndose los días más cortos hasta el solsticio del invierno). Así, el fuego, como elemento purificador y de fortaleza, y el agua, como representación del devenir, forman parte de esta tradición especialmente arraigada en Las Palmas.
Cucu se dio
la vuelta y de repente el Cricri chilló:
¡Cucu, Cucu
, ha comenzado la hoguera!|.
Era verdad,
una gran hoguera iluminaba los alrededores de la playa, donde se hacían las
hogueras tradicionalmente.
Cucu, se decide a dar ¡El gran salto!
Respira tranquilo y asegura de contar con la distancia necesaria para tener carrerilla suficiente para hacer un salto lo más alto y largo posible. Una vez percatado de que no hay nadie ni nada que se pueda cruzar en su camino se lanza a la carrera y… ¡saltó!Muchos aplausos para Cucu, la rana, que hizo un salto impecable y maravilloso, todos fueron enhorabuenas y plácemes para Cucu, que se puso colorado, que ya está bien, con lo verde que es.
Ahora le tocaba a Cricri, que hizo la misma operación y ¡ saltó !, que maravilla, aún más alejado que la ranita Cucu, este le dijo' diciendo «¡
Los amigos
volvieron a casa, y esa fue la noche de San Juan más feliz de su vida.
Fin
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