domingo, 24 de junio de 2012

Cucu y Cricri, en la noche de San Juan


Caía la noche en un gran verano tedioso, con gran bochorno, en la granja de Ingenio. Una granja tranquila, donde el ruido dormía y sólo los murmullos de los animalitos se escuchaban en la oscuridad.
Tras la ventana de una casita hecha de hojas, dentro del bebedero,  vivía la rana CUCU, una ranita muy alegre, con grandes ojos y patitas cortas. Miraba embobada como caía la  noche  lentamente como si estuvieran planchado el cielo.
En la casa de Ingenio, como ya sabemos también vivían otros animalitos, pero eran muy orgullosos y presumidos, sólo el saltamonte  Cricri quería de verdad a la ranita CUCU.
Era un saltamonte  verde, muy verde, pero muy educado y elegante, tenía un bonito sombrero que sólo se ponía en las grandes ocasiones.
Llego el día que todos esperaban, la fiesta de San Juan, la rana y el saltamonte , tenían muchos deseos de ver todas las hogueras de la gran ciudad y pensaban acercarse a ver un gran fuego, para poder saltar por encima de ella. Les gustaba mucho cantar isas, folias etc. A veces se ponían un poquito tristes de estar tan solitos, pero enseguida recordaban dónde jugaban los niños, y disfrutaban de verlos correr y reir.¡Todas las penas se marchaban|.
Cucu y Cricri se prepararon para ir a la ciudad. Cucu se puso su chaleco y su bufanda a cuadros y Cricri su sombrero de copa.
Atravesaron la granja . Algunos animalitos se burlaron de ellos, diciendo:
¡Mirad que pintas llevan| ,¡ Se creen muy finos|.
Pero nuestros amigos no le dieron importancia y siguieron su camino.  Al poco tiempo oyeron un gemido, se preguntaron: ¿Qué es eso?.
Cada vez lo oían más cerca. De pronto, descubrieron un pobre grillo que estaba aterido de calor.
¡Pobrecito, qué te pasa?. Dijo Cucu.
Estaba saltando y se me echó la noche encima, me quedé tan agotado que no podía moverme. Los animalitos me vieron pero ninguno me ayudó.
¡Ves Cricri|. – Dijo Cucu. -Todos son muy orgullosos, pero no tienen corazón.
Tanto Cucu, como Cricri, le prestaron sus ropas y le abrigaron, mimándolo para que entrara en calor.
El grillo agradecido, les dijo:
Conozco un lugar donde podeis pasar las mejores fiestas de San Juan, además hay una Gran hoguera tan bonita que no se os olvidará nunca.
Allí, fueron los tres. Era cierto lo que les contó el grillo. Había un gran muñeco de madrea y cartón lleno de colores, era un ninot traído desde Valencia, para hacer la hoguera más hermosa del mundo.

Cucu, le explica Cricri, la tradición de las fiestas: La festividad de la Noche de San Juan, tradición antiquísima, está ligada al fuego y las hogueras y a la celebración de la llegada del solsticio de verano, pues uno de los motivos por los cuales se celebraba era para dar más fuerza al sol, que a partir de entonces iba a debilitarse (haciéndose los días más cortos hasta el solsticio del invierno). Así, el fuego, como elemento purificador y de fortaleza, y el agua, como representación del devenir, forman parte de esta tradición especialmente arraigada en Las Palmas.

Cucu se dio la vuelta y de repente el Cricri chilló:
¡Cucu, Cucu , ha comenzado la hoguera!|.
Era verdad, una gran hoguera iluminaba los alrededores de la playa, donde se hacían las hogueras tradicionalmente.
Cucu, se decide a dar ¡El gran salto!
Respira tranquilo y asegura de contar con la distancia necesaria para tener carrerilla suficiente para hacer un salto lo más alto y largo posible. Una vez  percatado de que no hay nadie ni nada que se pueda cruzar en su camino se lanza a la carrera y… ¡saltó!
Muchos aplausos para Cucu, la  rana, que hizo un salto impecable y maravilloso, todos fueron enhorabuenas y plácemes para Cucu, que se puso colorado, que ya está bien, con lo verde que es.
Ahora le tocaba a Cricri, que hizo la misma operación y ¡ saltó !, que maravilla, aún más alejado  que la ranita Cucu, este le dijo' diciendo «¡qué maravilla!».

Los amigos volvieron a casa, y esa fue la noche de San Juan más feliz de su vida.
Fin

No hay comentarios: