Muñecos viajeros: Cantabria
La semana pasada supimos que los cuatro se dirigieron al norte y que finalmente separaron sus caminos; Edredón y Gamberro se decidieron por ir al País Vasco y disfrutaron de su turismo; en cambio, Colchón y Culito Rana se inclinaron más por un fin de semana de tranquilidad en Cantabria. Con esta escapada, lo que pretendían era compartir tiempo juntos para ponerse al día en sus cosas y realizar un llamamiento a sus sentidos; de esta forma, por un lado, combinaron paseo y descanso mientras conversaban, y por otro, dejaban que la propia naturaleza llenara los silencios. Contemplaron el río Miera correr a su paso por Liérganes; su sonido, la caída de la presa y como el agua rompía contra las rocas para luego encontrar una zona de calma y reposo…
Nuestros muñecos Fluff valoraron esos cambios de velocidad y los compararon con sus propias vidas: cómo tenemos momentos, muchas veces, de estrés y rapidez, sin apenas tiempo de detenernos a reaccionar. Pero también de una forma natural encontramos pequeños ratitos donde nos ralentizamos, como en esta escapada al campo o cuando simplemente paramos a tomarnos un café y observamos por una ventana mientras nos evadimos…
Colchón y Culito Rana se introdujeron a través de la vegetación, sintieron su aroma y detallaron los colores; vieron cómo el entorno conjuga con un montón de elementos y cómo sus cuerpos combinaban con ella. Se sintieron bien, se dedicaron un tiempo a sí mismos, a conocerse más y a plantearse sus elecciones. Llegaron a la conclusión de que efectivamente son felices, que se dedican a lo que realmente les gusta y disfrutan haciendo: ¡ayudar y acompañar a los niños en sus primeros años!
Y no, no es que lo estuvieran dudando, pero siempre está bien plantearnos si nos sentimos satisfechos con lo que hacemos.
Al regreso volvieron a juntarse con Gamberro y Edredón, pusieron en común sus anécdotas y comenzaron a pensar en sus próximas experiencias.
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