¿Indomable o Gamberro?
Imágenes tomadas de fotogramas de la película Brave de Disney/Pixar.
Hoy os traemos un tema original y divertido, que para eso es viernes, y nosotros también tenemos puesta la mente en el fin de semana.
¿Conocéis a Mérida, esa intrépida pelirroja que con la que Pixar nos ha deleitado últimamente? Mérida es una princesa Disney de lo más guerrera y razón no le falta a la chiquilla: su madre, la Reina Elinor, está todo el día encima de ella recordándole cómo tiene que hacer las cosas, cómo ser una buena princesa, cómo elegir un buen príncipe... En fin, el tipo de cosas que no van con ella. Me encanta que Mérida, siendo tan joven sea tan segura de sí misma, con las ideas tan claras y dispuesta a romper tópicos, y además... ¡tiene una melena que más quisiera yo para mí! Pero Mérida también es terca como una mula; sí, sí, testaruda como ella sola. Su madre intenta hacerla razonar a su manera, pero eso no hace más que empeorar las cosas. Madre e hija parecen incompatibles, no hay comunicación entre ellas, no se entienden... Puede que os suena esta situación, o que os hayáis sentido alguna vez así con vuestros hijos o con vuestros padres. Ahora os hago una pregunta...
¿Y si Mérida y Elinor hubiesen tenido la ayuda de nuestro muñeco Gamberro?
¿Creéis que la princesa más guerrera hubiese hecho buenas migas con nuestro personaje más gamberro? ¿Que creéis que habría pasado? ¿Habría sido distinta la relación entre ambas si su majestad hubiese leído nuestro ebook “Miedo al Rechazo”?
Pues para empezar, si Elinor hubiese leído nuestro eBook habría sabido cómo comunicarse y afrontar el instinto impulsivo y rebelde de su hija. Esto habría contribuido directamente a que Mérida no tomase decisiones equivocadas y acabase convirtiendo a su familia en un zoológico (si habéis visto la peli ya sabéis a lo que me refiero).
Reina Elinor a Mérida: "Una princesa persigue la perfección".
Todos
hemos pasado por alguna situación parecida cuando eramos niños.
“Eso no se hace en la mesa” “Así no se comporta un niño
bueno” etc. Parece que los padres tienen muy claro lo que quieren
de sus hijos y seguramente razón no les
falte. Sin embargo, cuando se aferran a unas expectativas sin
escuchar al niño, puede ocurrir lo contrario y es que se oponga
rotundamente a lo que le piden. Esto es justo lo que le pasa a
Mérida. Ser niño es fuente de continuas exigencias por parte de los adultos, pero ¡imaginaos en el caso de
una princesa!
Las pautas son
necesarias para que todo niño se vaya adaptando a su entorno. Sin
embargo, no podemos olvidarnos de la importancia que tiene el afecto
y la aceptación. Pues es así como a través de la exploración
libre irá descubriendo sus potenciales y motivaciones, que le
permitirán crear su propia identidad.
Por ello desde Fluff creamos a nuestro
muñeco Gamberro, que junto al ebook que le acompaña ayudará a que
los peques y sus papás logren un entendimiento mutuo y disfruten de
su relación sin peleas ni rabietas. Así que si tenéis un/a indomable en casa, Gamberro
puede echaros una mano a la hora de establecer pautas, además de métodos para comunicarlas y llevarlas a cabo.
P.D.: Quiero agradecer la colaboración de la psicóloga Irene Plata en este post. Ha aportado su visión psicológica de la película y su aplicación del muñeco Fluff Gamberro ;)
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