Tolerancia (cuento)
1. Pepito y las Mil Sonrisas
2. Valor Educativo; TOLERANCIAAceptarnos tal como somos. Alegrar a
los demásTodo lo que nos hace diferentes nos hace a la vez especiales, y
siempre hay formas de aprovechar esos dones.
3. Había una vez
un niño llamado Pepito Chispitas era un niño tan sensible, tan sensible,
que tenía cosquillas en el pelo. Bastaba con tocarle un poco la cabeza,
y se moría de la risa. Y cuando le daba esa risa de cosquillas, no
había quien lo parara. Así que Pepito creció acostumbrado a situaciones
raras: cuando venían a casa las amigas de su abuela, siempre terminaba
cansado de risa, porque no faltaba una viejecita que le tocase el pelo.
4. Los días de viento eran de bastante risa para el, Pepito por el
suelo de la risa en cuanto el viento movía su melena, que era bastante
larga porque en la peluquería no costaba nada que se riera sin parar,
pero lo de cortarle el pelo, no había quien pudiera.
5. Verle
reír era, además de divertidísimo, tremendamente contagioso, y en cuanto
Pepito empezaba con sus cosquillas, todos acababan riendo sin parar, y
había que interrumpir cualquier cosa que estuvieran haciendo. Así que,
según se iba haciendo más mayor, empezaron a no dejarle entrar en muchos
sitios, porque había muchas cosas serias que no se podían estropear con
un montón de risas.
6. Pepito hizo de todo para controlar sus
cosquillas: llevó mil sombreros distintos, utilizó lacas y gominas ultra
fuertes, se rapó la cabeza e incluso hizo un curso de yoga para ver si
podía aguantar las cosquillas relajándose al máximo, pero nada, era
imposible. Y deseaba con todas sus fuerzas ser un chico normal, así que
empezó a sentirse triste y desgraciado por ser diferente.
7.
Hasta que un día en la calle conoció un payaso especial. Era muy
viejecito, y ya casi no podía ni andar, pero cuando le vio triste y
llorando, se acercó a Pepito para hacerle reír. No le tardó mucho en
hacer que Pepito se riera, y empezaron a hablar.Pepito le contó su
problema con las cosquillas, y le preguntó cómo era posible que un
hombre tan anciano siguiera haciendo de payaso.- No tengo quien me
sustituya- dijo él, - y tengo un trabajo muy serio que hacer.Pepito le
miró extrañado; "¿serio?, ¿un payaso?", pensaba tratando de entender. Y
el payaso le dijo:- Ven, voy a enseñártelo.
8. Entonces el
payaso le llevó a recorrer la ciudad, parando en muchos hospitales,
albergues, colegios...etc. Todos estaban llenos de niños enfermos o sin
padres, con problemas muy serios, pero en cuanto veían aparecer al
payaso, sus caras cambiaban por completo y se iluminaban con una
sonrisa.
9. Su ratito de risas junto al payaso lo cambiaba todo,
pero aquel día fue aún más especial, porque en cada parada las
cosquillas de Pepito terminaron apareciendo, y su risa contagiosa acabó
con todos los niños por los suelos, muertos de risa.
10. Cuando
acabaron su visita, el anciano payaso le dijo, guiñándole un ojo.- ¿Ves
ahora qué trabajo tan serio? Por eso no puedo retirarme, aunque sea tan
viejito.- Es verdad -respondió Pepito con una sonrisa, devolviéndole el
guiño- no podría hacerlo cualquiera, habría que tener un don especial
para la risa. Y eso es tan difícil de encontrar... -dijo Pepito, justo
antes de que el viento despertara sus cosquillas y sus risas.
11. Y así, Pepito se convirtió en payaso, sustituyendo a aquel anciano
tan excepcional, y cada día se alegraba de ser diferente, GRACIAS A SU
DON ESPECIAL.Colorín colorado este cuento ha terminado.FIN
12. Acepta a las personas tal y como son con defectos y virtudes, tolerar a los demás ya que nadie es perfecto.
1. Pepito y las Mil Sonrisas
2. Valor Educativo; TOLERANCIAAceptarnos tal como somos. Alegrar a los demásTodo lo que nos hace diferentes nos hace a la vez especiales, y siempre hay formas de aprovechar esos dones.
3. Había una vez un niño llamado Pepito Chispitas era un niño tan sensible, tan sensible, que tenía cosquillas en el pelo. Bastaba con tocarle un poco la cabeza, y se moría de la risa. Y cuando le daba esa risa de cosquillas, no había quien lo parara. Así que Pepito creció acostumbrado a situaciones raras: cuando venían a casa las amigas de su abuela, siempre terminaba cansado de risa, porque no faltaba una viejecita que le tocase el pelo.
4. Los días de viento eran de bastante risa para el, Pepito por el suelo de la risa en cuanto el viento movía su melena, que era bastante larga porque en la peluquería no costaba nada que se riera sin parar, pero lo de cortarle el pelo, no había quien pudiera.
5. Verle reír era, además de divertidísimo, tremendamente contagioso, y en cuanto Pepito empezaba con sus cosquillas, todos acababan riendo sin parar, y había que interrumpir cualquier cosa que estuvieran haciendo. Así que, según se iba haciendo más mayor, empezaron a no dejarle entrar en muchos sitios, porque había muchas cosas serias que no se podían estropear con un montón de risas.
6. Pepito hizo de todo para controlar sus cosquillas: llevó mil sombreros distintos, utilizó lacas y gominas ultra fuertes, se rapó la cabeza e incluso hizo un curso de yoga para ver si podía aguantar las cosquillas relajándose al máximo, pero nada, era imposible. Y deseaba con todas sus fuerzas ser un chico normal, así que empezó a sentirse triste y desgraciado por ser diferente.
7. Hasta que un día en la calle conoció un payaso especial. Era muy viejecito, y ya casi no podía ni andar, pero cuando le vio triste y llorando, se acercó a Pepito para hacerle reír. No le tardó mucho en hacer que Pepito se riera, y empezaron a hablar.Pepito le contó su problema con las cosquillas, y le preguntó cómo era posible que un hombre tan anciano siguiera haciendo de payaso.- No tengo quien me sustituya- dijo él, - y tengo un trabajo muy serio que hacer.Pepito le miró extrañado; "¿serio?, ¿un payaso?", pensaba tratando de entender. Y el payaso le dijo:- Ven, voy a enseñártelo.
8. Entonces el payaso le llevó a recorrer la ciudad, parando en muchos hospitales, albergues, colegios...etc. Todos estaban llenos de niños enfermos o sin padres, con problemas muy serios, pero en cuanto veían aparecer al payaso, sus caras cambiaban por completo y se iluminaban con una sonrisa.
9. Su ratito de risas junto al payaso lo cambiaba todo, pero aquel día fue aún más especial, porque en cada parada las cosquillas de Pepito terminaron apareciendo, y su risa contagiosa acabó con todos los niños por los suelos, muertos de risa.
10. Cuando acabaron su visita, el anciano payaso le dijo, guiñándole un ojo.- ¿Ves ahora qué trabajo tan serio? Por eso no puedo retirarme, aunque sea tan viejito.- Es verdad -respondió Pepito con una sonrisa, devolviéndole el guiño- no podría hacerlo cualquiera, habría que tener un don especial para la risa. Y eso es tan difícil de encontrar... -dijo Pepito, justo antes de que el viento despertara sus cosquillas y sus risas.
11. Y así, Pepito se convirtió en payaso, sustituyendo a aquel anciano tan excepcional, y cada día se alegraba de ser diferente, GRACIAS A SU DON ESPECIAL.Colorín colorado este cuento ha terminado.FIN
12. Acepta a las personas tal y como son con defectos y virtudes, tolerar a los demás ya que nadie es perfecto.
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