¡Rompe ya las cadenas que tú mismo te has impuesto! A lo único que
le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo
que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo
que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres parte de la vida y como todos,
puedes caminar con la frente en alto. Los errores del pasado ya han sido
olvidados y los errores del futuro serán perdonados Date cuenta de que nadie
lleva un registro de tus faltas, sólo tú mismo. Ese juez que te reprocha, ese
verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo!.
Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograrlo.
El amor que no demuestres hoy, se perderá para siempre. Recuerda
que la vida es tan corta y tan frágil que no tenemos tiempo que perder en
rencores y estúpidas discusiones. Hoy es el día de perdonar las ofensas del
pasado y de arreglar las viejas rencillas.
Entrégate a los que amas sin esperar cambiarlos, acéptalos tal
como son y respeta el don más valioso que han recibido: su libertad.
Disfruta de tus relaciones sin hacer dramas. Si pretendes que
todos hagan lo que tú quieres o que sean como tú has decidido, si pretendes
controlar a los que te rodean, llenarás tu vida de conflictos. Permite a otros
que tomen sus propias decisiones como has de tomar las tuyas, tratando siempre
de lograr lo que es mejor para todos. Así podrás llenar tu vida de armonía.
Yo sé que la vida no es perfecta, que está llena de situaciones
difíciles. Tal vez, así es como se supone que sea. Tal vez por eso se te han
brindado todas las herramientas que necesitas para enfrentarla: una gran
fortaleza que te permite soportarlas pérdidas, la libertad de elegir cómo
reaccionar ante lo que sucede, el amor y el apoyo de tus seres queridos.
Extraido del libro "El Esclavo" de Francisco del Real.
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