domingo, 13 de junio de 2010

Los gigantes de la luna

Los gigantes de la luna

Los gigantes de la luna

Titulo: Los gigantes de la luna
Autor: Gonzalo Moure
Editorial: Luis Vives, Zaragoza, 2003
Colección: Edelvives



Recomendado
: A partir de 10 años.
Temas: Saharauis, Refugiados, Enfermedad, Amor adolescente

Resumen escrito del libro

Pablo disfruta de una vida bastante cómoda, pero está un poco encerrNational Geograplyado en sí mismo. Por eso su padre le llama "El caracol mutante". Naísma, una niña saharaui procedente de un campamento de refugiados, le contará el secreto de los gigantes de la luna, que no consistirá como él creía, en un barco repleto de plata, sino enotra cosa.

Información que aporta el autor del libro Gonzalo Moure:

Gonzalo MoureAfirma que tiene 13 años, porque son los que lleva dedicado a la literatura infantil y juvenil, y porque se siente más cercano al pensamiento infantil que al adulto. Sostiene que su lucha está con los niños porque está con el futuro. " Lucho por hacer cada día un nuevo lector. Es decir, un nuevo hombre libre y sabio. Mi casa, mi lugar de trabajo, es la mente de un niño."

Resumen de Estudiantes.info (Patricia)

Un día los padres de Pablo, un niño de 11 años, le preguntaron a su hijo unas semanas antes de vacaciones si querían que adoptaran durante dos meses a un niño del Sahara. Al principio a Pablo no le pareció una buena idea ya que estaba bastante encerrado en sí mismo. Su padre le solía llamar el caracol mutante, porque cuando no sabía como actuar ante una situación agachaba los hombros y se escondía.

Después de pensarlo bien Pablo cambio de opinión. Aceptó tener en su casa a un niño que estaba 12 meses en un campo de refugiados. Tendría que compartir con él cosas que no había vivido nunca. Pablo en verano se iba a un pueblo llamado Veredas en el que se podía correr y hacer muchas cosas y pensó que con el niño saharaui se lo pasaría mucho mejor...

fotoPablo se imagino que el niño se llamaría Salamo, porque un niño que adoptaron sus primos el verano pasado se llamaba así. Empezó a buscar información sobre el Sahara en enciclopedias y muchos sitios más. El desierto, los camellos, los hombres con turbantes y todo aquello le llamaba mucho la atención.

Su sorpresa fue cuando un día al llegar a su casa, su madre le contó que ese niño de Sahara no iba a ser un niño, sino ¡una niña! A Pablo le pareció una noticia dolorosa. Cuando fueron a recogerla al aeropuerto, vio que era una niña con una sonrisa preciosa unos ojos negros y el pelo con brillos rojizos. Su madre enseguida se encanto de Naísma, que así se llamaba la niña, mientras que a Pablo permanecía distante.

Camilo, el padre de Pablo cuando llegaron a casa le dijo a Ana, la madre de Pablo, que Naísma tenia una rara enfermedad que aparecía y desaparecía, aunque era grave, a Ana se le llenaron los ojos de lagrimas, parecía que era su hija, pensó que iba a hacer lo posible para que fuera feliz.

fotoPablo poco a poco se fue haciendo amiga de la niña y va descubriendo que es muy interesante, jugaba con ella porque le había dicho que tenia un secreto guardado muy importante sobre una duna del Sahara, y Pablo quería saber ese secreto... Pablo tenía un lugar muy importante para él, donde nadie o casi nadie a no ser que su padre lo forzara, era una panera donde tenía un telescopio, allí se pasaba toda la noche mirando las estrellas y leyendo libros.

Pablo un día subió a Naísma allí para que le ayudara a preparar una fiesta en la que acudirían duendes... (gente pequeña) que él había imaginado cuando era pequeño y querían que volvieran, según le había explicado a ella. Al estar allí un rato Pablo le pregunto por su secreto y Naísma no dijo nada, Pablo se arrepintió de haberla subido en ese momento, pero al descubrir que ella miraba las estrellas como él, y muchas cosas que compartían se alegro de haberla subido, ella le dijo: espero que algun día puedas ver mis estrallas. Él no entendió la frase pero no dijo nada.

Naísma un día en la playa le contó su secreto: Había un tesoro en una duna, un barco lleno de plata cerca de donde ellos vivían, su tía Magalis que era adivina se lo había dicho. A Pablo no le emociono tanto ese secreto... pensó que había perdido el tiempo con ella ¡él, con una niña! Naísma le dijo que Magalis adivinaba el futuro también, Pablo le pregunto: ¿ A ti te lo a dicho? Ella le respondió que a ella le acariciaba y no decía nada, cosa que no hacía con el resto de sus hermanos y primos, le miraba con una mirada triste.

Cada vez que Naísma se iba con las primas de Pablo a la verbena, él veía a ella como a una chica guapísima y sorprendente ¡ A Pablo, una chica hermosa! ¡No se lo creía ni él!

Una semana antes de irse, cayó enferma, el medico iba a casa y las visitas al hospital eran continuas. Pablo no preguntaba por miedo a la respuesta. Un día Ana acompañó a Pablo a ver a Naísma y le dijo que no le hiciera hablar. Naísma tenía la piel gris y el pelo sin brillo, sino llega a ser por su sonrisa no la hubiera reconocido. En una de estas visitas Ana lo dejo solo con ella, Naísma se durmió, y Pablo se agachó y le estrechó la mano, sintió sentimientos nuevos para él, volvió a su habitación y se puso a llorar, ni él entendía aquel llanto.

Al día siguiente Naísma se encontraba perfectamente, la enfermedad desapareció igual que había aparecido, sin aviso, todos se alegraron mucho. Cuando llegó el momento de irse todos se pusieron muy tristes y ella le pidió por favor a Camilo que quería ir a verla al Sahara, el se negó con le argumento de que el próximo verano ella volvería...

Pero el tiempo pasa y deciden ir a verla, Pablo no sabe muy bien porque ese cambio de opinión. Cuando llegan toda la familia le recibe muy bien, las tiendas de campaña eran de color verde muy sucias y viejas, pero en cambio por dentro estaban llenas de sábanas de colores y cojines, parecía un pequeño palacio precioso.

Naísma había vuelto a caer enferma, Pablo conoció a Magalis, un chica joven y guapa. Una noche Pablo salíó a dar una vuelta por el campo y casualmente se tropiezó con Naísma que le contó que había salido por la noche sin que nadie se enterara para poder ver las estrellas... Se sentaron junto a un anciano que estaba rezando, a mirar el cielo.

-Pablo le dijo: ya he visto tus estrellas.
-Naísma ríe y dice: no, aún no.

Pablo no entendió nada. Al día siguiente había una excursión a la duna, ¡Era su gran oportunidad para encontrar el barco y salvar a los niños saharauis! Ana dijo que no, tenía que quedarse con Naísma pero Camilo le dijo a Ana que tenía que conocer cosas nuevas, y le dejaron ir!

Al día siguiente Pablo se encontró a Magalis que le regaló un turbante y le dijo que cuando no quisiera que lo vieran que se lo pusiera. Llegaron al lugar y todos los niños se quedaron jugando por allí. Espero a la hora de irse, cuando todos estaban en el autobús y se iban, el se tumbo y se puso el turbante. Cuando ya se habían ido, cogió con un vaso del té que se había guardado y empezó a cavar hasta que se fue haciendo de noche y más de noche...foto

Pablo oyó unas voces que le llamaban, se pensó que eran los gigantes de la luna que iban a por él. Luego resulto ser el conductor del autobús que se había dado cuenta de que faltaba... Pablo le contó a él todo lo de Magalis y Naísma y el barco de plata y sus historias. Él le dijo que el barco de plata y todo ese secreto era el cielo el cielo parecía un verdadero mar de plata por todas las estrellas que había. Pablo comprendió en ese momento que ahora sí que había visto las estrellas de Naísma, y que ella se estaba muriendo, el conductor le dijo que ahora que sabía todo eso ya era un saharaui, Pablo iba a hacer lo imposible por salvar la vida de ella y ayudar a todos los saharauis...

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