La alondra
Una alondra que había caído en un lazo se lamentaba así: ¡Ay! de mí, infeliz avecilla, no he tomado ni oro ni plata ni cosa alguna preciosa, solamente un grano de trigo me ha traído a la muerte.
Esta fábula amonesta a los que por cosas de ningún valor se exponen a graves peligros ESOPO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario