lunes, 8 de diciembre de 2008

El loro que compraba leña

El loro que compraba leña

INFORMANTE: Dolores Hermosilla (Navas de San Juan, Jaén)

RECOGIDO POR: Juan Ignacio Pérez

Iba un hombre con un borrico vendiendo leña por la calle:
-¿Quién compra leña?
Y salta un loro y dice:
-Váciela usted aquí.
Vacia el hombre la leña y entra a cobrar. Y la mujer:
-¿Qué quiere usted?
-Que vengo a cobrar la leña.
-¿Qué leña?
-¿No me ha dicho usted que descargue aquí?
-No señor, yo no he dicho que descargue leña ninguna.
-Sí, señora, usted me ha dicho que descargue aquí la leña y me la tiene usted que pagar.
-No, que no, que no, que yo no he encargado leña ninguna, que no quiero leña.
Tanto caldeó al hombre que cargó la leña y se fue otra vez. Y va dando vueltas por la calle otra vez:
-¿Quién compra leña?
Y al rato pasa otra vez por allí.
-¿Quién compra leña?
-Váciela usted aquí –en la misma casa. Y la vació otra vez. Y entra el hombre a cobrar otra vez.
-Pero bueno, ¿no le he dicho que no quiero leña?
-¿Y usted por qué me dice que la descargue aquí?
-No, yo no le he dicho que la descargue aquí.
-Pues sí.
Bueno, cargó el hombre otra vez la leña y se va dando vueltas por allí. Y pasa otra vez por allí y dice:
-¿Quién compra leña?
Y salta otra vez el loro:
-Váciela usted aquí.
-Pero bueno, ¿usted la ha tomado conmigo?
-No señora, usted me ha dicho que la descargue. Ahora es verdad que no me llevo la leña, me la tiene usted que pagar.
-¡Ay, el loro ha sido!
Le pagó la leña al hombre y fue corriendo detrás del loro a pegarle, se dejó las sardinas en medio y el gato que tenía se las comió. Y baja a la cocina y dice:
-Ya se comió el gato las sardinas.
Y se va el gato para que no le pegaran y se mete debajo de la cama. Y le pregunta el loro, que también estaba escondido allí:
-¿Tú también compras leña?

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