Cuento
Había una vez un hombre que era muy, pero muy mentiroso, que tenía una
hija muy bonita y laboriosa que llevaba adelante el hogar. Un día, las
historias de este hombre llegaron a oídos del propio rey que lo mandó
llamar.
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1869 |
Sin amedrentarse frente a la presencia del soberano, el hombre le dijo:
"¿Sabeis majestad que tengo una hija tan talentosa que es capaz de hilar
la paja? ¡Y no solo eso! ¡También la convierte en oro!". El rey estaba
tan maravillado que mandó llamar a la joven, pero aunque esta trató de
explicarle que lo que había dicho su padre no era cierto, el rey sin
escucharla la condujo a una de las torres de palacio donde había mandado
llevar una parva de paja y un huso. Y seremoniosamente le dijo:
"Deberás hilar esta paja y convertirla en oro. Si descubro que me han
estado mintiendo, te cortaré la cabeza." En vano fue que la joven
suplicara. El rey la encerró en la torre dejándola sola. La muchacha
comenzó a llorar amargamente cuando escuchó una voz que el decía: "¿Qué
te ocurre bella doncella?".
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1870 |
Ante la jóven se apareció de la nada un extraño enano que la miraba
interrogador. Animada por la compañía le relató su desgracia. El enano
la escuchó atentamente y luego le preguntó: "¿Qué cosa me regalas si la
hilo y la transformo por tí?". Buscando en torno suyo algo de valor, la
muchacha le contestó: "Te puedo dar mi collar". "Trato hecho"-dijo el
enano, y se puso a trabajar enérgicamente. Por la mañana, cuando el rey
acudió a la torre, vió satisfecho que la habitació se hallaba repleta de
delicados hilos de oro. "Muy bien, le dijo a la joven". Como lo has
hecho tan eficientemente, esta noche deberás hilar el doble de oro. Y
nuevamente la dejó llorando en la torre.
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1871 |
Pero una vez más acudió a su llanto el enano que le dijo: "¿Qué cosa me
regalas si la hilo y la trnasformo por tí?". "Te puedo dar mi
anillo"-dijo la joven, y tomándolo, el enano trabajó toda la noche con
afán. Al día siguiente el rey estaba maravillado. "Espléndido, dijo a la
jóven. Esta noche deberás hilar la paja en oro una vez más. Pero si lo
haces bien, no solo no te cortaré la cabeza, sino que me casaré contigo y
te convertirás en mi reina". Pero por mucho que la joven intentó pasar
la paja por el huso, no logró hilarla, ni mucho menos convertirla en
oro. Cuando iba ya a desesperar, una vez más se apareció el enano y le
dijo: "¿Qué cosa me regalas..?" Pero la muchacha lo interrumpió: "Lo
siento enanito, pero ya no tengo nada que darte." "¿Nada de nada? Mmm
eso es una lástima.
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1872 |
Te propongo algo. Yo trabajo una vez más para tí, pero cuando te cases y
seas reina, deberás darme a tu primer hijo". Desesperada, la joven
accedió, y cuando a la mañana siguiente el rey vió una vez más la
habitación repleta de hebras doradas, se casó con la muchacha.
La pareja real fue muy feliz durante un año, y cuando pasado ese tiempo
hubo nacido su primer hijo, la dicha se extendió por todo el reino. Tan
feliz estaba la reina que olvidó por completo la promesa que le hiciera
al enano. Sin embargo, éste no la había olvidado, y poco después del
nacimiento, se apareció frente a la reina y le dijo: "Majestad, he
venido a llevarme al niño". Desesperada, la reina comenzó a sollozar y a
rogarle al enano que le permitiera conservar a su hijo.
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1873 |
Tanto pero tanto le rogó, que finalmente el enano le dijo: "Muy bien,
podrás conservar al principito con una condición: en el lapso de tres
días deberás adivinar cuál es mi nombre. Si lo haces me iré y no me
volverás a ver. Sino, me quedaré con el niño." Sin demasiadas opciones,
la reina accedió, y dedicó los días siguientes a recolectar por todo el
reino nombre extraños. Cuando el primer día el enano acudió ante ella la
reina le dijo: ¿Acaso te llamas: Totó, Ptolomeo, Ermenegildo,
Eustaquio, Guarampino, Revientacaballos..?" Y así siguió leyendo una
lista interminable de nombres, cada uno más extraño que el anterior.
Pero a todos el enano negaba enérgicamente: "Lo siento, volveré mañana".
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Alemania Oriental 1976
Nº Yvert 1874 |
Lo mismo ocurrió al segundo día. Cuando al tercer día la reina estaba a
punto de perder toda esperanza, uno de sus mensajeros llegó jadeante
junto a ella y le dijo: "Majestad, ¡no sabeis lo que acabo de ver!".
"Habla pronto"-dijo la reina. "Estaba buscando nombres como lo ordenaste
cuando en un claro del bosque vi a ese extraño enano que ha estado
visitando palacio. Danzaba en torno a una hoguera y canturreaba "Nadie
lo sabe, nadie lo sabe, yo soy Rumpelstilzchen, yo soy Rumpelstilzchen".
Feliz, la reina esperó la llegada del enano, y cuando éste la hubo
interrogado por tercera vez, ella le contestó: "¡Tú te llamas
Rumpelstilzchen!!". "¡Nooo!-Gritó furioso el enano-¿Quién te lo dijo?
¡El Diablo! ¿Cómo lo sabes? ¡No es posible!" Y tan furioso estaba que
dió una patada tan tremenda en el piso, que partió al enano en dos.
El nombre del enano varía en muchas partes del mundo: Panczimanczi
(Hungría), Purzinnigele (Austria), Whuppity Stoorie (Escocia),
Ricdin-Ricdon (Francia), Tom Tit Tot (Inglaterra), Trit a Trot o Even
Trot (Irlanda), Trwtyn-Tratyn (Gales), aunque sin duda la versión más
popular es la alemana: Rumpelstiltskin
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