Cuando era pequeña, pensaba que 12 de octubre fue un día de fiesta porque era el Día del Niño. Y
es obvio que no era el único, porque seamos realistas, cuando no
estamos teniendo brat clase combinando + juguete ganador es largo
(muuuucho) más importante ir a la procesión de Nuestra Señora de
Aparecida.
Aquí también es un día de fiesta en España el 12 de octubre. No
porque el día es gastar dinero en regalos para los niños (día, según el
funcionario de la ONU, debe ser celebrado 20 de noviembre), y mucho
menos ese día porque alguien arrojó una red sobre de Río Paraíba y
rescató a la imagen de la patrona haría Brasil. Se
debe a que ese día, hace muchos, muchos años, una cierta navegador que
se llama Cristóbal Colón pisó sus pequeños pies en las Bahamas.
El Día de la Hispanidad se celebra el "descubrimiento" de América. También
se conoce como el día del Pilar (Patrona de América y de la Guardia
Civil española ¿?), Día de la Raza, Día de la Patria ... hispanidad La
palabra también significa que todas las personas, los países y
comunidades que comparten el idioma y la cultura españolas tienen una
relacionada con España.
Muchas
personas en los países de América (Norte y Sur) no vienen con buenos
ojos esa fecha, lo que realmente se conmemora el día en que comenzó el
exterminio de muchos pueblos y culturas, una participación social,
económica y ambiental en muchos casos dura hasta hoy en día.
Algunos
afirman que Colón pisó América fue cuando empezó lo que hoy conocemos
como la globalización, el cristiano consumado navegaciones-capitalista e
implementado políticamente por el colonialismo. Estoy
totalmente a favor de esta teoría, y también estoy en el lado de pensar
que la fiesta debe ser llamado y 'celebración' no sería la mejor
palabra para acompañarlo.
De
todos modos, en Brasil no celebrar el día que empezamos a ser explotado
- en un sentido muy amplio de la palabra - por los españoles. Somos más parroquial y acabamos de celebrar nuestro "descubrimiento" por Cabral, en abril.
Yo
quería ver el día en que la palabra 'descubrimiento' no siguió la
"celebración" de los dos (y la mayoría) las fechas, el día en que los
libros de texto dejan de decirle a alguien que nos descubrió, como si no
hubiera nada antes o como si necesitamos a alguien para darnos a conocer en todo el mundo. Eso
sería un buen regalo para el Día del Niño, el día en que nuestro pueblo
realmente lo descubrieron, no para los demás, sino para sí mismos, de
modo que la fecha puede ocupar con dignidad la categoría de fiesta y
celebración.
lunes, 24 de junio de 2013
Primer Viaje
Primer Viaje
El 23 de mayo de 1492, a las puertas de la Iglesia de San Jorge de Palos, en presencia de Cristóbal Colón, fray Juan Pérez y las autoridades locales, se da lectura a la Real Provisión, firmada por los Reyes Católicos, en la que se ordenaba a ciertos vecinos de la villa palerma poner a disposición de Colón dos carabelas totalmente armadas y aparejadas.
La llegada a América
La llegada a América
El viaje no resultó fácil para nadie de hecho hubo conatos de
amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de
Martín Alonso Pinzón se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando
ya se habían agotado todos los cálculos y previsiones realizadas por
Colón, se oyó desde la Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana
«¡Tierra a la vista!», dos horas después de la medianoche del 12 de
octubre.
El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a Guanahani:
El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a Guanahani:
Jueves 11 de octubre:... A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.
Segundo viaje
Segundo viaje
La segunda expedición salió de Cádiz el 24 de septiembre de
1493. Este viaje tenía como finalidad asentar la presencia española en
los territorios descubiertos y encontrar el camino hacia India y Catay.
La primera isla a que arribó fue La Deseada (3 de noviembre); después
descubrió Puerto Rico y llegó a La Española, donde encontró destruido el
Fuerte de La Navidad por una ofensiva de Caonabo. En la misma isla
fundó la ciudad de la Isabela (6 de enero de 1494). Continuó su viaje de
exploración y recorrido las costas de Juana (Cuba) y Santiago
(Jamaica). A fines de 1494 o principios de 1495 se dirigió hacia el sur.
Los escritos de este viaje registran algunas situaciones de violencia sexual contra mujeres indígenas, como la que relata uno de los hombres de su tripulación.
Tras este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. En 1496 regresó a España, llegando a Cádiz el 11 de junio.
Los escritos de este viaje registran algunas situaciones de violencia sexual contra mujeres indígenas, como la que relata uno de los hombres de su tripulación.
Tras este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. En 1496 regresó a España, llegando a Cádiz el 11 de junio.
Tercer viaje
Tercer viaje
Posteriormente recorre y explora las tres islas del actual estado de Nueva Esparta, la isla principal la llamó Asunción, las otras son las actuales Cubagua y Coche. Posteriormente Cristóbal de la Guerra, le cambió el nombre a la Asunción por el de Margarita por la gran cantidad de perlas que había.
Finalmente arribó a La Española. En esta isla los españoles se habían sublevado por la falta de riquezas que supuestamente encontrarían. En una de las negociaciones, Colón propuso a un grupo de españoles el regreso a Cubagua para el tráfico de perlas. Se fundó un asentamiento perlífero y más tarde, en 1528, de este asentamiento nació la primera ciudad fundada por españoles en continente americano, Nueva Cádiz.
Cuarto viaje
Cuarto viaje
El objetivo de este viaje fue encontrar un estrecho (el Estrecho de Malaca) que le permitiera llegar a las Indias, al oeste de las Antillas, ya que se veía que éstas no lo eran aunque no podían quedar muy lejos de las tierras por él descubiertas. Salió del puerto de Cádiz con dos carabelas y dos navíos (La Capitana, La Gallega, La Vizcaína y el Santiago de Palos) el día 11 de Mayo. Pasando por Canarias, llegó a las Indias en 30 días.
Por los problemas surgidos en La Española, Nicolás de Ovando, nuevo gobernador de la colonia, no permitió que Colón desembarcase a pesar de una inminente tempestad y que cambiase uno de sus buques por otro de mejores condiciones. Colón capeó como pudo el temporal y pasó a Jamaica, aunque la tormenta no le dejó hasta el 12 de septiembre, 88 días de tormenta.
Siguiendo al oeste, descubriendo la isla de Guanaja, en la costa de Honduras, encontró una embarcación con mercaderes mayas que le ofrecieron cacao. En la Punta Cajina (hoy Punta Trujillo) los tripulantes bajaron a tierra para asistir a la primera misa católica celebrada en la tierra firme de América; siguiendo al este los sorprendió un huracán, durante varias semanas las 4 naves fueron sacudidas por la tormenta y el 12 de septiembre doblaron un cabo. Allí se calmó la tormenta y Colón lo bautizó como Cabo Gracias a Dios (en la costa de Nicaragua) por decir "Gracias a Dios que al fin salimos de esas honduras" y de allí navegó hacia el sur.
Varios viajes siguieron a estas expediciones. Hoy se conocen como los Viajes Menores, los cuales permitieron reconocer la existencia del continente Americano y explorar toda la costa de Venezuela.
Los viajes menores o andaluces
Los viajes menores o andaluces
Muchos marinos como Pedro Alonso Niño, descubridor de las costas de Paria (Venezuela), Andrés Niño, descubridor de las costas centroamericanas, Bartolomé Ruiz, descubridor y navegante del Pacífico que integró como piloto, la famosa expedición de Pizarro de los Trece de la Fama; fray Antonio de Olivares, fundador de la ciudad de San Antonio de Texas, Alonso Vélez de Mendoza, repoblador de la isla de Santo Domingo, Diego García de Moguer que tomó parte en el primer viaje alrededor del mundo junto a Magallanes, Juan Ladrillero, considerado el otro descubridor del Estrecho de Magallanes, Vicente Yáñez Pinzón, descubridor del Brasil, Juan Rodríguez Mafra que participó como piloto de la Nao San Antonio en el viaje de la primera vuelta al mundo.
Gruffalo
Gruffalo
El protagonista de El Gruffalo es un ratón. La historia de la caminata del ratón a través del bosque se desarrolla en dos fases, en tanto, el ratón utiliza la astucia para evadir el peligro.
El ratón va a dar un paseo en el bosque y en su camino se encuentra con varios animales peligrosos (un zorro, un búho y una serpiente). Cada uno de estos animales, es evidente la intención de comer el ratón, le invita a regresar a su casa para una comida. El ratón astuto declina cada oferta. Para disuadir a los nuevos avances, le dice a cada animal que se va a cenar con su amigo, un Gruffalo, cuya comida favorita pasa a ser el animal en cuestión. El ratón se describen las características extrañas de la anatomía de lo monstruoso de Gruffalo. Miedo de que la Gruffalo puede comer ellos, cada uno huye de los animales. El ratón se regodea en sí mismo, sabe que el Gruffalo es un monstruo de ficción:
Tonto viejo zorro / lechuza / serpiente, no lo sabe? no hay tal cosa como un Gruffalo!
Después de que ha visto fuera el último animal, sin embargo, el ratón se sorprende al encontrarse con un Gruffalo real, oso y horribles y con todas las características miedo el ratón pensó que estaba inventando. Fiel a su reputación, la Gruffalo amenaza para comer el ratón, pero de nuevo el ratón es astuto. Él le dice a la Gruffalo que él, el ratón, es el más temible de los animales en el bosque. Riendo, el Gruffalo se compromete a seguir el ratón como demuestra cómo todo el mundo le tiene miedo. La caminata de dos por el bosque, encontrando a su vez, los animales que habían amenazado anteriormente con el ratón. Cada uno está aterrorizado por la visión de la pareja y se va, y cada vez que el Gruffalo se vuelve más impresionado con la dureza aparente del ratón. La explotación de este, el ratón amenaza con comer la Gruffalo, que se huye.
La historia está basada en un cuento popular chino tradicional de un zorro que toma prestado el terror de un tigre. Donaldson era incapaz de pensar en rimas para “tigre” para inventar una para “conocer” en su luga
domingo, 23 de junio de 2013
El lapiz sin Punta
El lapiz sin Punta – Cuento infantil
En un taller de pintura, de un gran pintor, estaban muchos lapices, y todos los usaba para dibujar, bueno casi a todos, porque a un lapiz nunca lo usaba, y eso ponia muy triste al lapicito. Y los otros lapices se burlaban de el y le decian:
“Nunca dibujas, nunca dibujas, nunca te usan ni te usaran”
Ellos le cantaban esa frase y el lapiz se ponia muy triste. asi pasaron muchos dias, y pasaron muchos meses tambien, pero un dia el pintor llego, y limpio su taller, y puso un gran cuadro blanco listo para ser dibujado.
La gran sorpresa es que eligio al lapiz sin punta, ya que lo estaba reservando para esa ocacion especial, para hacer su mejor obra, su obra de arte. Le saco punta y empezo a dibujar.
Entonces el lapiz dibujo y dibujo por largas horas, y dio vida a un hermoso dibujo, el mejor que habia visto jamas. Se sintio feliz y se dio cuenta que habia valido la pena la espera.
Desde entonces ese lapiz es el preferido del pintor, y sus compañeros nunca se volvieron a burlar.
www.cuentosdetita.com
En un taller de pintura, de un gran pintor, estaban muchos lapices, y todos los usaba para dibujar, bueno casi a todos, porque a un lapiz nunca lo usaba, y eso ponia muy triste al lapicito. Y los otros lapices se burlaban de el y le decian:
“Nunca dibujas, nunca dibujas, nunca te usan ni te usaran”
Ellos le cantaban esa frase y el lapiz se ponia muy triste. asi pasaron muchos dias, y pasaron muchos meses tambien, pero un dia el pintor llego, y limpio su taller, y puso un gran cuadro blanco listo para ser dibujado.
La gran sorpresa es que eligio al lapiz sin punta, ya que lo estaba reservando para esa ocacion especial, para hacer su mejor obra, su obra de arte. Le saco punta y empezo a dibujar.
Entonces el lapiz dibujo y dibujo por largas horas, y dio vida a un hermoso dibujo, el mejor que habia visto jamas. Se sintio feliz y se dio cuenta que habia valido la pena la espera.
Desde entonces ese lapiz es el preferido del pintor, y sus compañeros nunca se volvieron a burlar.
www.cuentosdetita.com
sábado, 22 de junio de 2013
El color de la muerte
El color de la muerte
Tendría yo 13 años cuando sucedieron los enfrentamientos entre los de Casado y los comunistas, que se habían hecho fuertes en los Nuevos Ministerios, muy cerca de la calle Ponzano donde vivíamos.
En esos días, anunciaron que había llegado una partida de mortadela y que repartirían 100 gramos por persona a los vecinos de Chamberí. A las cuatro de la madrugada me fui a la cola, pero nos quedamos con las ganas, porque, de noche, la habían robado… Volvía a casa con un grupo de vecinas, cuando comenzó un tiroteo. Nos refugiamos en la entrada del colegio de San Isidro, hoy desaparecido, y, ante mis aterrados ojos, unos soldados colocaron a otro delante de la churrería. Se cuadraron frente a él y lo fusilaron.
Cayó hacia delante, la cabeza de lado. Un chorrito de sangre de su boca corría por el reguero como si fuera agua. Me quedé sola, sin poder moverme, sin poder quitar la mirada de aquel hombre que, poco a poco, se iba poniendo amarillo. Nunca he podido olvidar el color de la muerte.
Sangre, balas, muerte
Sangre, balas, voces de canto de una melodía de muerte por donde pasaba el tirano. Nuestras almas no se vencen ante el poder usurpado, luchemos codo con codo ante el pequeño fascista cabreado, que somos bueyes que no humillan ante el espanto.
Perros aullando, cuando caen hacen socavones de un idioma alemán y/o italiano devorando los cuerpos inertes de quienes fueron a la muerte sin esperarlo… nos vigilan desde el pasado.
Mi Manuel, mi Abelardo, mi Ana Belén, mi Adrián, mi Emiliano… todo mi pueblo despoblado por unos cuantos bárbaros que no acatan un poder legalmente votado.
Hambre, pan ácimo de cada día se antepone al hartazgo. Nuestras camas, nichos profundos, cavados con pucheros sin caldo. La guerra ha terminado, comienza ahora la guerra de los marginados.
Frente a frente
Habian pasado muchos meses que no veía a mi hermano. Un paisano extremeño me dijo que lo veía algunas tardes dándose un baño en el rio Ebro. Fui a esa orilla muchas tardes sin recompensa alguna. Hasta que al final lo encontré un dia metido en el agua. Fue tanta emoción que no dudé en meterme de lleno al rio, al verme nos fundimos en un abrazo. Al salir del agua nos dimos cuenta que nuestros uniformes tendidos en la hierba eran diferentes. No nos asustamos y quedamos varias tardes mas. La ultima tarde quedé con él a las afueras de un pueblo y hable con un fotógrafo para que nos retratara para que madre nos viera a los dos juntos otra vez. Nunca hablábamos de la guerra excepto el ultimo dia que quedé con él. Decidimos decirnos donde íbamos a estar, ya que sabíamos que al amanecer nos enfrentaríamos y asi cuando empezara el tiroteo en Zaragoza no fuera mi bala quien matara a mi hermano.
De Mulas y Arrieros. (Microrrelato)
De Mulas y Arrieros. (Microrrelato)
De Mulas y Arrieros.
“Si hay alguien ahí arriba, aún no me quiere llevar…” Así empezaba el abuelo sus historias de la guerra, logrando dejarnos siempre boquiabiertos a medio bocadillo:
“Aquella mañana preparaba la recua de mulas antes de bajar al rio, cuando se acercó Juan hablándome en voz baja. Más que sus ruegos, fue la palidez de su rostro lo que me convenció para ocupar su puesto en la trinchera. Tanto merecía él un descanso, como yo un cambio de rutina.
Fue un día tranquilo. El calor asfixiante nos brindó aquella tregua no pactada. Compartimos anécdotas, recuerdos, cigarros y silencios. Casi olvido que estábamos allí.
Un estruendo rompió nuestro sosiego. Corrimos camino abajo. Habían arrasado la ribera del rio. Con el alma rota sentí flojear mis piernas, por un instante confundí mi rostro con el de Juan, su cuerpo yacía entre los restos de aquellas pobres mulas, tiñendo de rojo el abrevadero.
Si hay alguien ahí arriba, aún no me quiere llevar, pero bien ha de saber que tengo una cuenta pendiente.”
———————————————————————
Este microrrelato (basado en hechos reales), ha participado en:
El elefante entero.
El elefante entero. Enviado por Floritza Portella
En todos los juicios que yo hago sobre ti, hay un juicio sobre mí mismo... Y ambos son igualmente ciertos o falsos. Mientras piense que yo estoy en posesión de la verdad y tú no lo estás, crearé separación, desigualdad y estableceré las bases para que el sufrimiento se instale en mi vida. Lo mismo ocurre si pienso que tú posees la verdad y yo no.
La realidad es que ambos poseemos una parte de la verdad y una parte de ilusión. Los dos miramos al mismo elefante, pero tú ves la cola y yo veo el tronco. Cuando se mira por separado, la cola y el tronco parecen que no tienen nada en común. Sólo cuando se ve la totalidad del elefante es cuando la cola y el tronco unidos, cobran sentido. No importa cuanto me esfuerce, me es imposible ver el significado de tu parte. La cola no comprende ni el porqué, ni la razón del tronco. La única forma en la que admitiré tu experiencia es aceptarla como cierta, de la misma manera que acepto la mía como tal.
Debo dar la misma credibilidad a tus percepciones que a las mías. Hasta que no establezcamos esta igualdad, la semilla del conflicto permanecerá entre nosotros. No es necesario que diga que tú tienes razón y que yo estoy equivocado. No necesito reemplazar mi verdad por la tuya, o vivir mi vida según tus premisas. ni tampoco es preciso que diga que tú estás equivocado y que insista en que debes vivir tu vida según mis condiciones. Estas exigencias provienen de la inseguridad y de la falsa creencia de que, para amarnos los unos a los otros, debemos estar de acuerdo. No es cierto.
Para amarte debo aceptarte tal y como eres. Es lo único que debo hacer. ¡Pero eso es mucho! Aceptarte a ti tal y como eres, es una proposición tan profunda, como aceptarme a mí mismo tal y como soy. Es una tarea formidable, dada mi poco experiencia en este campo.
Permitir que tengas tu experiencia es el principio. Aprendo a respetar lo que piensas y sientes incluso cuando no me gusta o no estoy de acuerdo con ello. Incluso aunque me disguste.
En lugar de hacerte responsable del dolor que siento en relación a ti, aprendo a enfrentarme a mi propio dolor. Mi reacción a tu experiencia -positiva o negativa- me proporciona información sobre mí mismo.
El compromiso conmigo mismo y contigo es trabajar con mi propio dolor, no responsabilizarte a ti de él.
Sólo cuando te devuelva el don de tu propia experiencia, sin importarte mis propios pensamientos y sentimientos sobre ella, te amaré sin condiciones.
Cuando acepte tu experiencia tal cual es, sin sentir la necesidad de cambiarla, te respetaré y te trataré como a un ser espiritual.
Mis pensamientos y sentimientos tienen importancia en sí mismos, pero no como comentarios o acusaciones a tu experiencia. Al comunicar lo que pienso o siento sin hacerte responsable de mis pensamientos o sentimientos, acepto mi propia experiencia y permito que tú tengas la tuya.
En las relaciones, al igual que en la conciencia, las dos caras de la moneda deben ser aceptadas como iguales. Una persona no superará el conflicto hasta que la experiencia de ambas haya sido respetada.
La cuestión no es nunca el acuerdo, aunque lo parezca. La cuestión es: ¿Somos capaces de respetar nuestra experiencia mutuamente?
Cuando sentimos que la otra persona nos acepta tal y como somos, tenemos la motivación para adaptarnos el uno al otro. Adaptarse es hacerle al otro un lugar junto a nosotros; es no imponerse ni que se nos impongan.
Una vez que se llega a la adaptación, ambas partes moran juntas. El hombre y la mujer, el blanco con el negro, el rico con el pobre, los judíos con los cristianos. Aceptar nuestras diferencias es honrar la humanidad que tenemos en común, es bendecir mutua y profundamente la experiencia que compartimos.
De modo que la cola y el tronco discutirán hasta ponerse morados y ninguno de los dos ganará la discusión. Ambas experiencias son igualmente válidas. Al permitir que esto sea posible, el elefante empieza a cobrar forma. Al aceptar la validez de tu experiencia sin intentar cambiarla, sin intentar que sea algo más parecida a la mía, mi propia experiencia empezará a adquirir un mayor significado. Cuando te contemplo como a un igual y no como a alguien que precisa ser educado, reformado o determinado, el significado de nuestra relación se revela por sí mismo. Cuando se le da la bienvenida a cada parte, el todo empieza a tomar forma y resulta más fácil comprender y apreciar el significado de las partes.
Un mundo que pretende conseguir un acuerdo, encontrará conflicto y sectarismo. Un mundo que proporciona un espacio seguro a la diversidad, encontrará la unidad esencial para convertirse en entero. Frente a los opuestos tenemos dos opciones: resistirlos o abrazarlos. Si los resistimos, provocaremos un conflicto entre el yo y el otro. Si los aceptamos, los integraremos como agentes dinámicos y originaremos una transformación alquímica en el interior del yo.
** Texto extraido del libro "El Despertar" de Paul Ferrini
LA BOTELLA DE CHICHA
LA BOTELLA DE CHICHA de Julio Ramón Ribeyro
En una ocasión tuve necesidad de
una pequeña suma de dinero y, como me era imposible procurármela por las vías
ordinarias, decidí hacer una pesquisa por la despensa de mi casa, con la
esperanza de encontrar algún objeto vendible o pignorable. Luego de remover una
serie de trastos viejos, divisé, acostada en un almohadón, como una criatura en
su cuna, una vieja botella de chicha. Se trataba de una chicha que hacía más de
quince años recibiéramos de una hacienda del norte y que mis padres guardaban
celosamente para utilizarla en un importante suceso familiar. Mi padre me había
dicho que la abriría cuando yo «me recibiera de bachiller». Mi madre, por otra
parte, había hecho la misma promesa a mi hermana, para el día «que se casara».
Pero ni mi hermana se había casado ni yo había elegido aún qué profesión iba a
estudiar, por lo cual la chicha continuaba durmiendo el sueño de los justos y
cobrando aquel inapreciable valor que dan a este género de bebidas los
descansos prolongados.
Sin vacilar, cogí la botella del
pico y la conduje a mi habitación. Luego de un paciente trabajo corté el
alambre y extraje el corcho, que salió despedido como por el ánima de una
escopeta. Bebí un dedito para probar su sabor y me hubiera acabado toda la
botella si es que no la necesitara para un negocio mejor. Luego de verter su
contenido en una pequeña pipa de barro, me dirigí a la calle con la pipa bajo
el brazo. Pero a mitad del camino un escrúpulo me asaltó. Había dejado la
botella vacía abandonada sobre la mesa y lo menos que podía hacer era
restituirla a su antiguo lugar para disimular en parte las trazas de mi delito.
Regresé a casa y, para tranquilizar aún más mi conciencia, llené la botella
vacía con una buena medida de vinagre, la alambré, la encorché y la acosté en
su almohadón.
Con la pipa de barro, me dirigí a
la chichería de don Eduardo.
—Fíjate lo que tengo —dije
mostrándole el recipiente—. Una chicha de jora de veinte años. Solo quiero por
ella treinta soles. Está regalada.
Don Eduardo se echó a reír.
—¡A mí!, ¡a mí! —exclamó
señalándose el pecho—. ¡A mí con ese cuento! Todos los días vienen a ofrecerme
chicha y no solo de veinte años atrás. ¡No me fío de esas historias! ¡Como si
las fuera a creer!
—Pero yo no te voy a engañar.
Pruébala y verás.
—¿Probarla? ¿Para qué? Si probara
todo lo que traen a vender terminaría el día borracho, y, lo que es peor, mal
emborrachado. ¡Anda, vete de aquí! Puede ser que en otro lado tengas más
suerte.
Durante media hora recorrí todas
las chicherías y bares de la cuadra. En muchos de ellos ni siquiera me dejaron
hablar. Mi última decisión fue ofrecer mi producto en las casas particulares,
pero mis ofertas, por lo general, no pasaron de la servidumbre. El único señor
que se avino a recibirme me preguntó si yo era el mismo que el mes pasado le
vendiera un viejo burdeos y como yo, cándidamente, le replicara que sí, fui
cubierto de insultos y de amenazas e invitado a desaparecer en la forma menos
cordial.
Humillado por este incidente,
resolví regresar a mi casa. En el camino pensé que la única recompensa, luego
de empresa tan vana, sería beberme la botella de chicha. Pero luego consideré
que mi conducta sería egoísta, que no podía privar a mi familia de su pequeño
tesoro solamente por satisfacer un capricho pasajero, y que lo más cuerdo sería
verter la chicha en su botella y esperar, para beberla, a que mi hermana se
casara o que a mí pudieran llamarme bachiller.
Cuando llegué a casa había
oscurecido y me sorprendió ver algunos carros en la puerta y muchas luces en
las ventanas. No bien había ingresado a la cocina cuando sentí una voz que me
interpelaba en la penumbra. Apenas tuve tiempo de ocultar la pipa de barro tras
una pila de periódicos.
—¿Eres tú el que anda por allí?
—preguntó mi madre, encendiendo la luz—. ¡Esperándote como locos! ¡Ha llegado
Raúl! ¿Te das cuenta? ¡Anda a saludarlo! ¡Tantos años que no ves a tu hermano!
¡Corre! que ha preguntado por ti.
Cuando ingresé a la sala quedé
horrorizado. Sobre la mesa central estaba la botella de chicha aún sin
descorchar. Apenas pude abrazar a mi hermano y observar que le había brotado un
ridículo mostacho. «Cuando tu hermano regrese», era otra de las circunstancias
esperadas. Y mi hermano estaba allí y estaban también otras personas y la
botella y minúsculas copas, pues una bebida tan valiosa necesitaba
administrarse como una medicina.
—Ahora que todos estamos reunidos
—habló mi padre—, vamos al fin a poder brindar con la vieja chicha —y agració a
los invitados con una larga historia acerca de la botella, exagerando, como era
de esperar, su antigüedad. A mitad de su discurso, los circunstantes se
relamían los labios.
La botella se descorchó, las
copas se llenaron, se lanzó una que otra improvisación y, llegado el momento
del brindis, observé que las copas se dirigían a los labios rectamente,
inocentemente, y regresaban vacías a la mesa, entre grandes exclamaciones de
placer.
—¡Excelente bebida!
—¡Nunca he tomado algo semejante!
—¿Cómo me dijo? ¿Treinta años
guardada?
—¡Es digna de un cardenal!
—¡Yo que soy experto en bebidas,
le aseguro, don Bonifacio, que como esta ninguna!
Y mi hermano, conmovido por tan
grande homenaje, añadió:
—Yo les agradezco, mis queridos
padres, por haberme reservado esta sorpresa con ocasión de mi llegada.
El único que, naturalmente, no
bebió una gota fui yo. Luego de acercármela a las narices y aspirar su
nauseabundo olor a vinagre, la arrojé con disimulo en un florero.
Pero los concurrentes estaban
excitados. Muchos de ellos dijeron que se habían quedado con la miel en los
labios y no faltó uno más osado que insinuara a mi padre si no tenía por allí
otra botellita escondida.
—¡Oh, no! —replicó—. ¡De estas
cosas solo una! Es mucho pedir.
Noté, entonces, una consternación
tan sincera en los invitados que me creí en la obligación de intervenir.
—Yo tengo por allí una pipa con
chicha.
—¿Tú? —preguntó mi padre,
sorprendido.
—Sí, una pipa pequeña. Un hombre
vino a venderla... Dijo que era muy antigua.
—¡Bah! ¡Cuentos!
—Y yo se la compré por cinco
soles.
—¿Por cinco soles? ¡No has debido
pagar ni una peseta!
—A ver, la probaremos —dijo mi
hermano—. Así veremos la diferencia.
—Sí, ¡que la traiga! —pidieron
los invitados.
Mi padre, al ver tal expectativa,
no tuvo más remedio que aceptar y yo me precipité hacia la cocina. Luego de
extraer la pipa bajo el montón de periódicos, regresé a la sala con mi trofeo
entre las manos.
—¡Aquí está! —exclamé,
entregándosela a mi padre.
—¡Hum! —dijo él, observando la
pipa con desconfianza—. Estas pipas son de última fabricación. Si no me
equivoco, yo compré una parecida hace poco —y acercó la nariz al recipiente—.
¡Qué olor! ¡No! ¡Esto es una broma! ¿Dónde has comprado esto, muchacho? ¡Te han
engañado! ¡Qué tontería! Debías haber consultado —y para justificar su actitud
hizo circular la botija entre los concurrentes, quienes ordenadamente la olían
y, después de hacer una mueca de repugnancia, la pasaban a su vecino.
—¡Vinagre!
—¡Me descompone el estómago!
—Pero ¿es que esto se puede
tomar?
—¡Es para morirse!
Y como las expresiones aumentaban
de tono, mi padre sintió renacer en sí su función moralizadora de jefe de
familia y, tomando la pipa con una mano y a mí de una oreja con la otra, se
dirigió a la puerta de calle.
—Ya te lo decía. ¡Te has dejado
engañar como un bellaco! ¡Verás lo que se hace con esto!
Abrió la puerta y, con gran
impulso, arrojó la pipa a la calle, por encima del muro. Un ruido de botija
rota estalló en un segundo. Recibiendo un coscorrón en la cabeza, fui enviado a
dar una vuelta por el jardín y mientras mi padre se frotaba las manos, satisfecho
de su proceder, observé que en la acera pública, nuestra chicha, nuestra
magnífica chicha norteña, guardada con tanto esmero durante quince años,
respetada en tantos pequeños y tentadores compromisos, yacía extendida en una
roja y dolorosa mancha. Un automóvil la pisó alargándola en dos huellas; una
hoja de otoño naufragó en su superficie; un perro se acercó, la olió y la meó.
El reloj dormilón
El reloj dormilón
Toda
esta historia ocurrió en Relojelandia, el país de los relojes, donde
nacen todos, todos, los relojes que existen en el mundo entero.
Vivía entre todos lore relojes del reino uno al que llamaban el reloj Dormilón. Porque desde su nacimiento nunca había sido capaz de marcar bien la hora y por lo tanto como el tiempo no pasaba para él, siempre estaba durmiendo.
Aquella mañana, Dormilón se despertó a las 12. Vamos a imitarle.
Comenzó moviendo el pie derecho, más tarde el pie izquierdo, movió los hombros, el cuello y por fin aunque es muy perezoso decidió levantarse.Cuando ya estaba levantado comenzó a llorar, y a pensar tristemente:
Soy el reloj más desgraciado de todos los relojes del país, todos funcionana perfectamente y pronto podrán irse al reino de los hombre, pero yo por tonto y dormilón, tendré que quedarme en mi país con todos los viejos relojes.
Y pensando en los viejos relojes comenzó a andar, siguiendo algún ritmo, todos imitamos:
Todos estaban sentados, cuando de pronto Temporín se levantó y dijo: “El que supere la prueba será el encargado de ir a la casa de Agujín-tin-tin (el gran mago de la montaña) y pedir consejo.
La prueba consiste (hagamosla):
Como vereis hay colocados sobre el suelo 4 aros, por los cuales deberemos de pasar.
Todos los habitantes de Relojelandia realizaron la prueba y el más rápido de todos fue Temporín, el gran amigo de Dormilón, quien muy decidido recogió lo más importante de su casa y partió al largo viaje.
Primero iba muy rápido, dando saltos de alegría:
1º sobre sus dos pies.
2º sobre un pie nada más.
3º sobre sus talones.
Daba saltos y saltos de un lado para otro tomando al final las posturas más extrañas que puedas imaginar. Cuando se cansaba de dar saltos, continuaba dando volteretas, por todas las zonas de césped que encontraba a su paso. Daba volteretas hacia delante y hacia atrás.
Entre saltos y volteretas no se dio cuenta de que ya había llegado a casa del mago. El mago estaba en la puerta de su casa y corriendo preguntó a Temporín lo que ocurría; éste le contó el problema que tenían en el pueblo con Dormilón.
Agujín-tin-tin después de pensar un largo rato, decidió que lo mejor era ir al reino de Tuerquilandia donde había una hermosa tuerca que era mágica y que se era utilizada por Dormilón, lograría solucionar su problema.
Temporín volvía a saltar de alegría porque seguramente Dormilón quedaría curado, gracias al buen mago.
Pero para llegar a Tuerquilandia, deberá atravesar diez extraños países, cada uno de los cuales posee una enorme locura que se contagiaba a todo el que llegaba a ese país, por esto sería peligroso si Temporín se contagiaba en alguno de ellos. A pesar de esto el amigo de Dormilón optó por ir. El primer país en el que penetró fue Bambolín “El reino del balón”.
Todos sus habitantes no paraban de lanzar un balón hacia arriba parándolo cada vez con unaparte distinta del cuerpo y nombrándola. La paraban con:
Pero muy pronto se dio cuenta de que tenía que continuar buscando la tuerca mágica. Y traspasó la frontera de aquel país. Se sentó un momento para descansar y poder entrar en el segundo país. Este país se llamaba Lateralilandia. En éste todos los habitantes se lanzaban pelotas, pero lo único que importanba era recoger con la mano no dominante. Porque un gran mago se había encargado de paralizar las manos dominantes a todos los habitantes. ¿Nos saldrá a nosostros?
Estuvo Temporín inmerso en esta locura muy poco rato porque le parecía muy aburrida, así es que no tuvo ningún problema para poder traspasar la frontera de salida. Después de un pequeño descanso decidió penetrar en el tercer país, se llamaba Espacilandia.
Era un país enorme, sin embargo, sus habitantes se empeñaban en desplazarse de un sitio para otro, pero sólo por el centro del país, dejando todo lo demás vacío. Hagámoslo.
Todos se desplazaban por el centro, sin embargo, lo hacían con tal cuidado que no chocaban, porque si esto ocurría caían tendidos en el suelo sin saber por cuánto tiempo. A Temporín le parecían tontos, pero poco a poco fue entrando en el juego, tuvo mucho cuidado de no chocar con nadie, porque sería un verdadero desastre, no podría recoger la famosa tuerca.
Pronto entró en el cuarto país. Era un país de nombre desconocido porque nadie había logrado salir de él. Cuando entró en él pudo ver como todos sus habitantes estaban colocados en parejas y jugaban a ponerse a la derecha del compañero, a la izquierda, delante y detrás. Uno de ellos siempre ocupaba la misma posición, mientras el otro cambiaba continuamente. A Temporín se parecieron curiosos los términos derecha, izquierda, delante y detrás. No paraba de probar para aprenderlos todos muy bien. Tardó bastante rato en salir de este país. Por fin se dio cuenta de que el tiempo pasaba y debía continuar. Por fin entró en el quinto país, Flexibilandia.
Todos los habitantes de este país estaban preocupados por doblar la cintura y dejando las piernas bien rectas llegar al suelo e intentaban tocar con als manos el talón, sin doblar los pies y hacían muchos más ejercicios. Le resultaron muy difíciles estos ejercicios y no tuvo más remedio que descansar un largo rato. Respiró e inspiró varias veces intentando recuperarse. Siempre pro la nariz intentando hinchar la barriga en la inspiración y luego desinflarla.
Pronto pudo entrar en el sexto país, Equilibrín. Ya le quedaba menos. En este país estaban todos los habitantes haciendo equilibrios, sobre un pie, sobre los talones, sobre las puntas de los pies, siguiendo una línea imaginaria, subiendo y bajando de un banco,…
A Temporín le gustaba mucho esto del equilibrio y se quedó demasiado teimpo en este país. Pasó al séptimo país. Este era el más importante de todos, si lograba pasar esta prueba practicamente estaría todo resuelto. Se llama Ritmilandia, en él se oía una gran música y todos sus habitantes se movían al ritmo de ésta. Cuando la música se paraba, el cuerpo de todos los habitantes se paralizaba por completo y se iba recuperando el movimiento de la siguiente manera:
Para salir de este país Temporín tuvo que investigar 5 formas diferentes de lanzar y recoger la pelota.
Por fin Temporín pudo salir de este país y por fin pudo penetrar en el último país donde estaba la tuerca mágica. En este país todos los habitantes andaban hacia atrás. Temporín comenzó a realizar el juego y cuando vió que todos los habitantes del país estaban distraídos cogió la tuerca mágica. Pidió un gran deseo, llegar rápido a Relojelandia, donde estaba seguro que lo estaban esperando. El deseo se cumplió y después de dar giros tumbado en el suelo hacia la izquierda y la derecha llegó a Relojelandia. La gente en Relojelandia estaba muy tristes, pero a medida que iba pasando Temporín con la tuerca en la mano, todos reían, saltaban y realizaban giros de alegría.
Temporín corrió en busca de Dormilón, le dió la tuerca mágica y Dormilón empezó a funcionar. El pueblo enteró aplaudía. Para celebrarlo se organizó una gran fiesta en la que todos bailaron y cantaron. Al finalizar la fiesta se fueron a dormir.
Vivía entre todos lore relojes del reino uno al que llamaban el reloj Dormilón. Porque desde su nacimiento nunca había sido capaz de marcar bien la hora y por lo tanto como el tiempo no pasaba para él, siempre estaba durmiendo.
Aquella mañana, Dormilón se despertó a las 12. Vamos a imitarle.
Comenzó moviendo el pie derecho, más tarde el pie izquierdo, movió los hombros, el cuello y por fin aunque es muy perezoso decidió levantarse.Cuando ya estaba levantado comenzó a llorar, y a pensar tristemente:
Soy el reloj más desgraciado de todos los relojes del país, todos funcionana perfectamente y pronto podrán irse al reino de los hombre, pero yo por tonto y dormilón, tendré que quedarme en mi país con todos los viejos relojes.
Y pensando en los viejos relojes comenzó a andar, siguiendo algún ritmo, todos imitamos:
- A un anciano con su joroba
- Andando a 4 patas.
- Cojeando de un pie.
- Y otras más que se le ocurrieron.
Todos estaban sentados, cuando de pronto Temporín se levantó y dijo: “El que supere la prueba será el encargado de ir a la casa de Agujín-tin-tin (el gran mago de la montaña) y pedir consejo.
La prueba consiste (hagamosla):
Como vereis hay colocados sobre el suelo 4 aros, por los cuales deberemos de pasar.
- Por el primero con dos apoyos, pero colocados dentro del aro.
- Por el segundo con dos apoyos, pero uno colocado dentro del aro y otro fuera.
- Por el tercero con un solo apoyo colocado dentro del aro.
- Por el cuarto con un cuatro apoyos colocados en el centro del aro.
Todos los habitantes de Relojelandia realizaron la prueba y el más rápido de todos fue Temporín, el gran amigo de Dormilón, quien muy decidido recogió lo más importante de su casa y partió al largo viaje.
Primero iba muy rápido, dando saltos de alegría:
1º sobre sus dos pies.
2º sobre un pie nada más.
3º sobre sus talones.
Daba saltos y saltos de un lado para otro tomando al final las posturas más extrañas que puedas imaginar. Cuando se cansaba de dar saltos, continuaba dando volteretas, por todas las zonas de césped que encontraba a su paso. Daba volteretas hacia delante y hacia atrás.
Entre saltos y volteretas no se dio cuenta de que ya había llegado a casa del mago. El mago estaba en la puerta de su casa y corriendo preguntó a Temporín lo que ocurría; éste le contó el problema que tenían en el pueblo con Dormilón.
Agujín-tin-tin después de pensar un largo rato, decidió que lo mejor era ir al reino de Tuerquilandia donde había una hermosa tuerca que era mágica y que se era utilizada por Dormilón, lograría solucionar su problema.
Temporín volvía a saltar de alegría porque seguramente Dormilón quedaría curado, gracias al buen mago.
Pero para llegar a Tuerquilandia, deberá atravesar diez extraños países, cada uno de los cuales posee una enorme locura que se contagiaba a todo el que llegaba a ese país, por esto sería peligroso si Temporín se contagiaba en alguno de ellos. A pesar de esto el amigo de Dormilón optó por ir. El primer país en el que penetró fue Bambolín “El reino del balón”.
Todos sus habitantes no paraban de lanzar un balón hacia arriba parándolo cada vez con unaparte distinta del cuerpo y nombrándola. La paraban con:
- El pie.
- La mano.
- La rodilla
- La cabeza
- El codo
Pero muy pronto se dio cuenta de que tenía que continuar buscando la tuerca mágica. Y traspasó la frontera de aquel país. Se sentó un momento para descansar y poder entrar en el segundo país. Este país se llamaba Lateralilandia. En éste todos los habitantes se lanzaban pelotas, pero lo único que importanba era recoger con la mano no dominante. Porque un gran mago se había encargado de paralizar las manos dominantes a todos los habitantes. ¿Nos saldrá a nosostros?
Estuvo Temporín inmerso en esta locura muy poco rato porque le parecía muy aburrida, así es que no tuvo ningún problema para poder traspasar la frontera de salida. Después de un pequeño descanso decidió penetrar en el tercer país, se llamaba Espacilandia.
Era un país enorme, sin embargo, sus habitantes se empeñaban en desplazarse de un sitio para otro, pero sólo por el centro del país, dejando todo lo demás vacío. Hagámoslo.
Todos se desplazaban por el centro, sin embargo, lo hacían con tal cuidado que no chocaban, porque si esto ocurría caían tendidos en el suelo sin saber por cuánto tiempo. A Temporín le parecían tontos, pero poco a poco fue entrando en el juego, tuvo mucho cuidado de no chocar con nadie, porque sería un verdadero desastre, no podría recoger la famosa tuerca.
Pronto entró en el cuarto país. Era un país de nombre desconocido porque nadie había logrado salir de él. Cuando entró en él pudo ver como todos sus habitantes estaban colocados en parejas y jugaban a ponerse a la derecha del compañero, a la izquierda, delante y detrás. Uno de ellos siempre ocupaba la misma posición, mientras el otro cambiaba continuamente. A Temporín se parecieron curiosos los términos derecha, izquierda, delante y detrás. No paraba de probar para aprenderlos todos muy bien. Tardó bastante rato en salir de este país. Por fin se dio cuenta de que el tiempo pasaba y debía continuar. Por fin entró en el quinto país, Flexibilandia.
Todos los habitantes de este país estaban preocupados por doblar la cintura y dejando las piernas bien rectas llegar al suelo e intentaban tocar con als manos el talón, sin doblar los pies y hacían muchos más ejercicios. Le resultaron muy difíciles estos ejercicios y no tuvo más remedio que descansar un largo rato. Respiró e inspiró varias veces intentando recuperarse. Siempre pro la nariz intentando hinchar la barriga en la inspiración y luego desinflarla.
Pronto pudo entrar en el sexto país, Equilibrín. Ya le quedaba menos. En este país estaban todos los habitantes haciendo equilibrios, sobre un pie, sobre los talones, sobre las puntas de los pies, siguiendo una línea imaginaria, subiendo y bajando de un banco,…
A Temporín le gustaba mucho esto del equilibrio y se quedó demasiado teimpo en este país. Pasó al séptimo país. Este era el más importante de todos, si lograba pasar esta prueba practicamente estaría todo resuelto. Se llama Ritmilandia, en él se oía una gran música y todos sus habitantes se movían al ritmo de ésta. Cuando la música se paraba, el cuerpo de todos los habitantes se paralizaba por completo y se iba recuperando el movimiento de la siguiente manera:
- Mano izquierda dedo pulgar
- Dedo meñique
- Muñeca y brazo.
- Hombro solo
- Cuello solo
- Cintura solamente
- Tobillo solamente
- Rodilla solamente
- Brazo solamente
- Manos
- Hombros
- Hombros, manos, cuello
- Brazos, hombros.
- cintura
- cintura, hombros, brazos, manos.
- Todo el cuerpo.
Para salir de este país Temporín tuvo que investigar 5 formas diferentes de lanzar y recoger la pelota.
Por fin Temporín pudo salir de este país y por fin pudo penetrar en el último país donde estaba la tuerca mágica. En este país todos los habitantes andaban hacia atrás. Temporín comenzó a realizar el juego y cuando vió que todos los habitantes del país estaban distraídos cogió la tuerca mágica. Pidió un gran deseo, llegar rápido a Relojelandia, donde estaba seguro que lo estaban esperando. El deseo se cumplió y después de dar giros tumbado en el suelo hacia la izquierda y la derecha llegó a Relojelandia. La gente en Relojelandia estaba muy tristes, pero a medida que iba pasando Temporín con la tuerca en la mano, todos reían, saltaban y realizaban giros de alegría.
Temporín corrió en busca de Dormilón, le dió la tuerca mágica y Dormilón empezó a funcionar. El pueblo enteró aplaudía. Para celebrarlo se organizó una gran fiesta en la que todos bailaron y cantaron. Al finalizar la fiesta se fueron a dormir.
lunes, 17 de junio de 2013
El pirata Barbarroja
El pirata Barbarroja
Historia interesante y curiosa.
Jeireddín Barbarroja nació en 1475 en la isla de Lesbos bajo el nombre turco de Hızır bin Yakup, fue almirante otomano y corsario turco, sus hazañas y conquistas que sucedieron a las de su hermano Aruj, representaron una constante amenaza para el Imperio español y parte de la Europa cristiana, convirtiéndolo en un importante corsario del siglo XVI. Se inició como marino junto a sus hermanos Ishaq, Aruj e Ilias, su padre Yakup se dedicaba a la alfarería y luego de que el negocio familiar prosperara, adquirieron sus propias flotas dedicándose al comercio internacional pero pronto se tranformaron en verdaderos piratas que basaron sus operaciones en lugares estratégicos del Mediterráneo, en una lucha contra el poderío de los Caballeros de San Juan, los imperios de España y Alemania que dominaban la comercialización en la zona.
De regreso de una expedición en Trípoli, Aruj es tomado prisionero por los Caballeros de San Juan y su hermano Ilias herido de muerte. Luego de 3 años de cautiverio Hizir lo ayuda a escapar y viaja a Antalya, donde Korkud, príncipe y gobernante de la ciudad, le encomienda la lucha contra los Caballeros de San Juan a fin de fortalecer el comercio marítimo otomano. Aruj realiza una expedición a Italia, donde bombardea castillos costeros y capturar barcos y galeones. Como consecuencia del exilio de su benefactor Korkud debido a problemas con su hermano quien es el nuevo sultán otomano y a fin de evitar problemas debido a su relación con el desterrado, parte hacía Egipto y logra entrevistarse con el sultán Qansoh Al-Ghuri, quien le asigna un barco y Aruj comienza un ataque desde Alejandría hasta las islas que controlaban los cristianos en el Mediterráneo. Para 1503 captura nuevos galeras y barcos y centra sus operaciones en la zona del Mediterráneo Oriental donde se suman sus hermanos Ishag e Hizir. Pero es entre 1504 y 1510 donde adquiere una fama notable ya que traslada a los musulmanes españoles que eran perseguidos desde la España cristiana al norte de África, de allí su nombre honorífico "Baba Oruç" cuyo significado es “Padre Aruj” y que por semejanzas fonéticas se transformó en “Barbarossa”, que en italiano significa “Barba roja”.
Consigue varias victorias y en 1516 se apodera de Argel y luego de Tlemecén, afianza su poder y se declara sultán de Argel, ampliando su territorio con la toma de Miliana, Tenes y Medea, pero en 1517 se alía al Imperio Otomano y renuncia a su titulo de sultán en Argel, ofreciéndoselo al sultán otomano quien lo acepta y designa a Aruj como gobernador, asistiéndolo con jenízaros, galeras y cañones. España ordena al gobernante de Tlemecén y Orán un ataque a Aruj por tierra, pero éste los sorprende tomando la ciudad y ejecutando a su gobernante. En 1518 las fuerzas españolas marchan desde Orán hacía Tlemecén, Aruj e Ishag hacen frente durante 20 días con sus tropas pero finalmente encuentran la muerte.
En diciembre de 1518 Hizir, que había heredado la misión de su hermano Aruj y el nombre de “Barbarroja”, al mando de un ejército turco del sultán otomano reconquista Tlemecén y continúa con la tarea de transportar musulmanes mudéjares al norte de África, asegurándose un gran número de seguidores que odiaban a España. En 1519 derrota una flota hispano-italiana que pretendía recuperar Argel, atacando el mismo año a Provenza, Tolón y las islas de Hvéres en el sur de Francia. Entre 1521 y 1530 realiza ataques en las islas Baleares, participa en la conquista otomana de Rodas y otras múltiples incursiones y ataques en territorios del Mediterráneo, capturando varias naves españolas.
Durante el año 1531 derrota las fuerzas de Carlos I comandadas por Andrea Doria, que intentaban recuperar Jijel y Peñón, en el mismo año venció a la Orden de Malta en la Isla de Favignana, desembarcó en Calabria y Apulia y asaltó Trípoli, retomando el ataque a las costas de España. En agosto de 1532 viaja a Estambul por pedido de Solimán I, y a partir de entonces ataca Cerdeña, Bonifacio, Montecristo, Elba y Lampedusa, luego atacó las costas cercanas a Calabría y después a Preveza persiguiendo la flota de Doria, la cuál escapa luego de una batalla de 7 días, de estas conquistas Barbarroja consigue capturar mas de 20 galeras. Contando con un total de 44 galeras, envía 25 de regreso a Argel y con las restantes llega a Estambul en 1533, donde es nombrado Almirante de flota de la armada otomana y Jefe gobernador del norte de África, por el sultán Solimán I, otorgándosele además el gobierno de provincias de Rodas, Eubea y Quíos en el mar Egeo.
En el año 1534 Barbarroja conquista Koroni, Patras y Lepanto del dominio español, incursiona en las costas de Calabria capturando naves enemigas y destruyendo el puerto de Cetrato, luego se dirige a Campania donde atraca las islas de Capri y Procida y bombardea los puertos del golfo de Nápoles incursionando además en otros puertos italianos. En agosto de ese año toma Túnez provocando el escape de su gobernante el sultán Mulei Asan, quien con la ayuda de Carlos I que envía una fuerza hispano-italiana, en 1535 recuperan Túnez, Bône y Mahdia. Para ese entonces, Barbarroja había abandonado Túnez navegando por el mar Tirreno, bombardea puertos y toma Capri, luego realiza incursiones en las costas de España destruyendo y asaltando los puertos de Mallorca y Menorca.
En 1536 queda al mando del ataque naval otomano contra el Reino de Nápoles y en julio de 1537 captura la ciudad de Otanto y de Ugento en Apulia, conquista las islas egeas y jónicas de la República de Venecia, asedia Corfú e incursiona nuevamente en Calabria. Fue entonces que La República de Venecia pidió al Papa Pablo III que organizara una “Liga Santa” contra los otomanos, la cuál es conformada en febrero de 1538 y derrotada el mismo año por Barbarroja en la Batalla de Preveza, asegurando el dominio turco sobre el Mediterráneo por los próximos 33 años hasta la Batalla de Lepanto en 1571.
Hacía 1540 Venecia firma un tratado de paz con el sultán Solimán I en donde reconoce las conquistas territoriales turcas, para ese entonces Barbarroja había capturado las islas Scíathos, Esciro, Andros y Serifos, recuperado Castelnuovo además de saquear fortalezas venecianas, españolas y tomar puestos cristianos en los mares Jónico y Egeo. Carlos I luego de fracasar en el intento por convencer a Barbarroja de pasar a sus filas, en 1541 realizó un ataque contra Argel pero luego de una lucha poco exitosa en tierra, decidió retirarse.
Barbarroja en 1543 conquista Niza por pedido de Francisco I rey de Francia, quien se encontraba aliado con el Imperio otomano. Luego incursionó Antibes y zonas cercanas a Cannes, saqueó San Remo y otros puertos de Liguria, Mónaco y La Turbie hasta que se estableció en Tolón junto con su flota y 30.000 soldados turcos, no obstante ocasionalmente enviaba tropas para que bombardeen las costas españolas. Finalmente en el año 1544, Solimán I y Carlos I firmaron una tregua, lo que no impidió que Barbarroja continuara con sus incursiones en distintos puertos del Mediterráneo hasta su regreso a Estambul. En el año 1545 realizar sus últimas expediciones navales por distintos puertos de la costa española, desembarcando en Mallorca y Menorca. De regreso a Estambul construyó un palacio en el Bósforo y dejó a su hijo Hasas Pasha como su sucesor en Argel. Dictó sus memorias las que fueron compiladas en 5 volúmenes manuscritos los cuales se exhiben actualmente. Murió en el año 1546, sus restos se encuentran en un mausoleo ubicado en el lado europeo de Estambul donde en 1944 se levantó un monumento en su honor.
domingo, 16 de junio de 2013
¡Qué calor!
¡Qué calor!
El camello Amadorpasa mucho calor.Es que, entre duna y duna,no hay corriente ninguna.Está el pobre hasta el gorrode sudar siempre a chorros,y hasta la coronillade utilizar sombrilla.Es que a cincuenta gradosno hay bebidas ni heladosque alivien el bochorno.¡El desierto es un horno!Se refresca el hocicomoviendo el abanico.Y, cuando se le antoja,se moja y se remoja.Mas al atardecer,sin saber ya qué hacer,abre un libro que un díale regaló su tía.
Y conoce a Manolo,un pingüino del Poloque patina en el hielocon su hermano gemelo.Se lo pasa genial,porque un niño esquimala ver su iglú lo invita.¡Qué casa tan bonita!Descubre de repenteque puede, con su mente,volar a Terranovasin mover la joroba.
Divertido, Amador,
se olvida del calor.
Hace viajes
librescos
a lugares muy
frescos.
Se echa junto a un
arbusto
y está la mar de a
gusto
con un libro
delante.
¡Leer es fascinante!
(Carmen Gil, www.poemitas.com)
¿Los perros sienten envidia?
¿Los perros sienten envidia?
"Un reciente experimento de la Universidad de Viena mostró que los perros expresan envidia en situaciones en que un igual recibe una recompensa mayor por realizar una tarea idéntica a la que ellos mismos han realizado.
Los científicos enseñaron a un grupo de perros a 'dar "la pata", y cada vez que hacían bien este gesto, se les daba una un pedacito de pan o salchicha. Sin embargo, en un momento dado los investigadores empezaron a tratar a algunos de los perros con mayor generosidad que a otros: a algunos se les seguía dando comida cada vez que daban la pata, mientras que otros dejaron de recibir esta recompensa.
Los perros tratados de esta manera empezaron a mostrar resentimiento por recibir menos que los demás. Cuando veían que otros recibían una recompensa que se les negaba a ellos, empezaban a lamerse y a rascarse, una señal de que estaban sintiendo estrés.
Además, después se negaron a seguir dando la pata al investigador cuando se les requería que repitieran este gesto". (La nota completa aparecidoa en El Mundo de España la pueden leer aquí)
Personalmente tengo algunas apreciaciones que hacer sobre este estudio. Y es que ¿podemos demostrar que era envidia lo que sentían estos perros o se trataba de un estatus social natural?
Los perros tienen jerarquías marcadas pues en todo grupo de canes hay uno que manda. En esta especie animal no existe la democracia, sino una pirámide social en la que uno domina. Los perros en un estatus inferior siempre quieren escalar pues saben que hacerlo implica alcanzar mayores satisfacciones como son: tener dominio sobre los otros, comer más y comer primero.
En este caso del estudio, ¿el perrito tenía envidia porque le daban de comer al otro o se sentía confundido porque le estaban alterando su pirámide social?. Con esto me refiero a que si yo soy jefe de un grupo y observo que le están dando de comer a otro lo que me corresponde a mí, me sentiría afectado, pero si se trató de sentimientos de envidia o resentimiento, nunca lo sabremos. En lo personal tengo mis dudas.
Un descuadre que la mayoría de personas generamos en los perritos se da, por ejemplo, cuando tenemos dos perros en casa, llamémoslos Bofi y Tim. Llegó el momento de su alimento y Bofi se come toda su comida, luego se acerca a Tim, que está comiendo pero este se retira y deja que Bofi se coma la suya también. Una vez que Bofi se siente satisfecho se va y Tim se come los restos que quedaron en el plato.
Ante una escena como esta, ¿qué hacemos los humanos? Pensamos, ¡qué abusivo y malo es Bofi por comerse el plato de comida de Tim!, inmediatamente después procedemos a separarlos y hacemos que Tim coma primero lo suyo y Bofi lo haga después.
En estos casos generamos confusión en ambos perros, en Bofi porque se sabe superior a Tim y no entiende por qué este come primero; y en Tim porque no entiende por qué un superior a él no puede alimentarse antes.
Y es que muchas veces las personas queremos humanizar a los animales con sentimientos nuestros que ellos no sienten.
La doctora Catalina
La doctora CatalinaLa doctora Catalinaes como un hada madrina.Sin necesitar varita,cura a quien lo necesita.Catalina es pelitiesa,con labios color de fresa.Luce bata y pantalonesde estampados muy chillones.Su sonrisa luminosaparece una mariposa.Volando en la habitación,se posa en tu corazón.Con cariño y con ternura,Lina te cuida y te cura.Con ciencia, magia y amor,te alivia cualquier dolor.
Lina lleva en el fonendoa su mascota Rosendo:un simpático dragónde color verde limón.Este dragón carichatocanturrea todo el rato,se te cuela en el pijamay baila sobre tu cama.Si te ausculta Catalina,el dragón verde terminadando saltos divertidosal ritmo de tus latidos.Cuando nos pongamos buenos,la vamos a echar de menos.Esta médica es genial.¡El hada del hospital!
Carmen Gil
David y el Real Madrid
Un pequeño guiño, unos versos simpáticos y
desenfadados para hacer disfrutar a los niños y niñas aficionados al fútbol
y entusiastas del Real Madrid
David y el Real Madrid
Sueña a menudo David
con jugar en el Madrid
y está la mar de contento:
¡va a ver un entrenamiento!
David sonríe orgulloso:
el Bernabéu es grandioso.
Es inmenso de verdad:
¡cabe dentro una ciudad!
Casillas, un gran portero,
el mejor del mundo entero.
Aunque la pelota vuele,
no hay nadie que se la cuele.
Y si hace una palomita,
¡qué parada tan bonita!
Despeja de rechupete,
¡incluso un obús del siete!
Y toda la afición piensa
que con Pepe de defensa
no hay quien llegue hasta la malla
ni se pase de la raya.
El defensa brasileño,
sencillo, afable y risueño,
con su juego extraordinario,
hace temblar al contrario.
Ficha, y no a precio de saldo,
al as Cristiano Ronaldo,
que levanta expectación
y le da bien al balón.
Gran goleador y maestro
lanzando a diestro y siniestro.
Cuánto disfrutan sus compis,
pues marca hasta con el pompis.
De Brasil llega Kaká.
Regatea aquí y allá.
No creo que en la Tierra exista
más hábil centrocampista.
Xabi no es moco de pavodirigiendo el juego. ¡Bravo!Hace un trabajo muy serio.¡El chico vale un imperio!
El Madrid baila de euforia
cuando obtiene una victoria,
gana la liga o la copa.
¡Ya tiene nueve de Europa!
Mas si pierde, es elegante:
felicita al contrincante.
¡Qué feliz está David
viendo entrenar al Madrid!
(Carmen Gil, www.poemitas.com)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)