Había una vez, cerca de las costas de Reino Unido, una casa, muy, pero muy antigua donde vivían dos niños, Juan y María.
Era día de limpieza, y tocaba ordenar el sótano. Antes de hacerlo María
dijo:-¡No terminaremos nunca!. Este sótano es muy antiguo y no se sabe
lo que podrías encontrar aquí. Juan le respondió: -No te preocupes. Lo
vamos a solucionar, y aunque este muy sucio, ¡vamos a terminar! -Bueno,
dijo María. Y empezaron a limpiar. Mientras María estaba limpiando uno
de los muebles viejos Juan dijo: -Ven María, mira lo que encontré. Y
María fue a ver qué pasaba. -Mira María, he encontrado un pergamino que,
por lo que se ve, es muy antiguo, dijo Juan. Este pergamino estaba
escrito en un lenguaje raro, que no era conocido en la Tierra. El
pergamino decía así: "...a avell euq ocigam ejasap un otreibucsed la
adeuq aniloc al de acrec soña lim adac" Los niños pasaban el texto a
todas las lenguas pero no descifraban nada, lo único que les quedaba era
voltear el texto desde le final hasta el principio.
Juan y María llegaron a la conclusión de que el pergamino decía: "Cada
mil años cerca de la colina queda al descubierto un pasaje mágico que
lleva a..." Los niños no sabían a dónde llevaba ese camino y consultaron
en la biblioteca unos libros de leyendas para tener más información.
Los niños no pudieron saber a dónde iría a terminar el camino, pero
descubrieron que la última vez que se abrió el camino fue hace mil años y
el camino se abriría dentro de un mes exactamente.
Un mes era suficiente para prepararse. Los niños se habían quedado con
ganas de saber a donde llevaba este pasaje. Ya estaban en la colina. Y
según lo que decían los libros, ya se tendría que haber abierto el
camino, pero... el camino no se abría. -¡Estos libros deben decir
mentiras!, dijo Juan. Los niños decidieron irse a casa. Cuando se
alejaban empezó a sonar algo así como un temblor, era el dichoso camino
que por fin se estaba abriendo, los niños, sin pensarlo, corrieron hacia
él.
En el camino se encontraron con un murciélago que no los dejaba pasar.
El murciélago estaba por morder a María pero Juan los alejó con una
antorcha que estaba en las paredes. Ya más adelante se encontraron con
una parte donde se dividía el camino en tres partes. Los niños no sabían
por dónde ir. Y cuando avanzaron aparecieron unos espejos que
confundían el camino y parecía que le camino se dividía en seis.
María eligió el camino de la izquierda. - ¿Llegamos? -dijo Juan-. Juan y
María habían llegado a una parte del camino tapada por una nube. Los
jóvenes dieron un paso y pisaron tierra firme. Cuando vieron el paisaje
vieron una isla fría, oscura y destruida completamente. -¿Que habrá
pasado? -Dijo María- Y una voz le respondió: "Mi pueblo ha sido
hechizado por un fantasma malvado y envidioso que vive en un castillo
que se encuentra en una montaña y tiene un murciélago de aliado. Ha
convertido a todos mis amigos en piedra y la única forma de romper el
hechizo es destruyendo al fantasma con una luz que fue encerrada en una
cueva por el malvado fantasma"
Juan después dijo: -No creo que sea muy difícil derrotar al fantasma y
además vale la pena derrotarlo después de tan largo viaje. -Tienes
razón. Vamos a derrotar al malvado fantasma y a salvar a la isla,
exclamó María. -Muchísimas gracias, respondió el unicornio esa voz y
apareció entonces un hermoso unicornio convertido en piedra. Después los
niños se fueron a buscar la luz para derrotar al fantasma. El unicornio
les había dicho que la cueva se encontraba en el extremo Este de la
isla.
Juan y María habían llegado a la cueva. María trató de entrar pero un
campo de fuerza protegía la cueva y la niña quedó muy dañada. Juan
volvió con el unicornio y le preguntó como podía atravesar ese campo de
fuerza. El unicornio le dijo que la única manera de entrar era si
estabas tranquilo y no pensabas en nada. Siguiendo las instrucciones del
unicornio Juan se fue a la cueva. Juan trató de entrar y sin pensar en
nada logró entrar a la cueva y encontró la Sagrada Luz. Cuando salió de
la cueva Juan iluminaba todo a su paso y también logró restablecer las
fuerzas de María.
Los niños se dirigieron al palacio donde se encontraba el malvado
fantasma. Él, desde el interior del castillo presentía que Sagrada Luz
se acercaba y trató de huir. Los niños lograron encontrarlo y, apenas
vio la luz, el fantasma se desintegró por completo y todos los
habitantes de la isla convertidos en piedra volvieron a la vida.
El unicornio les agradeció a los niños lo que hicieron y como regalo les
dio un mapa donde encontrarían un tesoro que habían enterrado los
antiguos habitantes de la isla. Los niños se fueron a buscar el tesoro
y, cuando lo encontraron y abrieron el cofre una luz brilló y los niños
aparecieron es sus camas. ¿Habrá sido un sueño? Los niños no estaban
seguros pero igual tenían el cofre con el tesoro en su casa. Los niños
nunca contaron nada de esto a nadie. ¿Quién les creería?
Y Colorín Colorado…
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