domingo, 15 de diciembre de 2013

Apagón estelar

Apagón estelar

Los pastores se agrupaban delante del pesebre. Cada uno de ellos traía un regalo, traían desde un cuco hasta una garrafa de leche. De repente el agudo piar del cuco hizo silencio ante la multitud.
María dijo inquieta por el retraso:
— ¿Qué les habrá pasado a los Reyes Magos? Son las cinco de la mañana. ¿Es que no les da vergüenza hacer que pongan en la Biblia que van a llegar a las tres y media?
José dijo:
— Habrán perdido la señal de la estrella.
María agobiada salió a tomar el aire mientras José atendía a los pastores impacientes por ver al Niño. Al cabo de un rato María entró en el pesebre asustada diciendo:
— ¡No está! ¡No está! ¡Ha desaparecido!
José, sorprendido por la actuacion extraña de María, preguntó:
— ¿Qué es lo que ha desaparecido?
María asustada contestó tartamudeando:
— L-l-la-estre-lla-a.

Dibujo premiado con un Accésit (Categoría B), en el XXVIII Concurso de Tarjetas de Navidad convocado por Caja de Burgos.
María se tranquilizó.
José dijo:
— ¿Qué estrella?
María le contestó mientras cogía un pañuelo:
— La estrella fugaz que guía a los Reyes Magos, ya no le podrán traer regalos al Niño.
José se subió a una piedra para decir:
— ¿Alguien de aquí tiene un móvil?
Mariano contestó muy rápido:
— Yo, aquí está. Ten cuidado que es nuevo.
José cogió el artilugio, cogió la guía de teléfonos, hasta encontrar cielo. Entonces José empezó a marcar "003203195". Rápidamente le atendieron:
— Telecielo, ¿digame?
José contestó:
— Perdone, soy José y busco un ingeniero estelar.
Telecielo contestó:
— Ahora mismo le paso con Eugenio, espere.
Le dejaron esperando con la famosa cancioncita de : "Jingle bells, jingle bells"
De repente una voz grave le decía.
— Sí, ¿quién es?
José contestó agobiado de tanto esperar:
— Soy José y tenía un pedido, ese pedido consistía en que los Reyes Magos tenían que venir en la madrugada del día 4 de enero a las 3:30 y ese pedido no se ha cumplido, así que quisiera obtener explicaciones...
Eugenio le contestó rápidamente mirando por el telescopio:
— Perdone las molestias, pero... es que... creo que nos han robado la estrella fugaz que les guiaba.
José intentando aclarar el caso dijo:
— Eso ya me he dado cuenta, lo que quiero decir es que a una multinacional como vosotros, pueden robaros uno de vuestros bienes más preciados. ¡No lo puedo creer!
Eugenio intentó dar explicaciones:
— Creemos que el robo se ha realizado por el día burlando los sistemas de seguridad nocturnos. Hasta el momento eso es todo. Contrataremos a los mejores detectives.
José colgó inmediatamente, se puso el abrigo, cogió las llaves del coche, se montó y se dirigió a los juzgados. Allí contrató al detective que resolvió el hurto de las pajitas del Niño Jesús. Se llamaba Emilio.

Emilio y José llamaron al cielo:
— Telecielo, ¿dígame?
José dijo:
— Soy José, es muy importante. Póngame con Dios.¡Ah! No me ponga como música de espera la canción de "Jingle bells".
En un periquete Dios se puso al teléfono:
— José, ¿qué tal van las cosas por ahí?
José contestó:
— No muy bien, los Reyes Magos no llegan porque han robado la estrella que les tenía que guiar. Te llamábamos para que nos permitas subir al cielo a Emilio y a mí.
Dijo sin preocupación:
— Vale, podéis subir cuando queráis. Os he mandado una nube para que subáis.
Entonces una nube se les acercó, se montaron y subieron al cielo. Una vez arriba se dirigieron a la zona del robo. Emilio y José registraron el cielo con la ayuda de un ángel. Buscaron por todas partes y vieron una nube grande de la que salía un gran resplandor. Emilio extrañado dijo:
— ¡Mira! ¡En esa nube!
José metió la mano en la nube y sacó una brillante estrella.
El ángel dijo:
— La pobre tiene fobia a la oscuridad.
Entonces la llevaron al médico y la curaron su temor a la falta de luz. Al final el Niño Jesús recibió los regalos el 6 de enero. Por eso se celebra la venida de los Reyes Magos ese día.

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