miércoles, 22 de enero de 2014

La bruja Piraña

La bruja Piraña
Érase que se era en un lugar muy lejano (hace algún tiempo que esto pasó ya), vivía una niña muy dulce y hermosa, un poco traviesa y muy caprichosa que a su madre la reina, no obedecía, de todos se burlaba, a los guardias del castillo la lengua sacaba y por si fuera poco no quería comer y su pobre madre no sabía qué hacer.

Como de ninguna forma ella consiguió que la niña obedeciese y comiese mejor, al guarda del castillo se la entregó, con voz temblorosa y muy apenada dejarla en el bosque al hombre mandó.
Partió el buen hombre montado a caballo, llevando a la niña con mucho cuidado. En medio del bosque la abandonó y la niña enfadada la lengua le sacó.
Pensando muy chula en poder encontrar alguna golosina por ese lugar; andando y andando, andando sin parar, no encontraba nada y de noche era ya. Cuando de pronto una luz vio y acercándose a la casa a la puerta llamó.

Salió una anciana con gran nariz, sombrero de pico y le dijo así:

- ¿Qué buscas a estas horas, que haces aquí?

Y la niña le dijo:

- En el bosque me perdí.
- ¡Pasa, pasa, pasa, entra ya y cierra la puerta que abierta está!

La niña confiada en la casa entró y allí en el fondo una olla vio.

Teniendo ya hambre, a la anciana preguntó:
- ¿Qué tienes en la olla que da tan buen olor?

Y la anciana respondió:
- Esa es la olla de pan y cebolla donde guisa a los niños la Bruja Piraña que a todo el que abre siempre le engaña, ¡a ti te he engañado y te voy a guisar!

Y agarrándola fuerte a la olla la fue a echar. Llorando la niña se quiere escapar pero no encuentra forma de poder saltar.

Cuando de repente, por arte de magia, aparece volando la mariposa dorada, mariposa linda que un día fuera hada y le dijo así:

- ¡Esto te pasa, te pasa solo a ti!, cuando tu pobre madre el plato te pone, te burlas de ella y no te lo comes, y ahora en castigo vas a saber como la bruja ¡te va a comer! Piraña es muy mala y en este lugar siempre espera encontrar algún niño que desobedece a su buena mamá.
- ¡Por favor mariposa ayúdame a salir de aquí!, ¡que si yo salgo cualquier cosa haré por ti!

- ¡Está bien, yo te saco!, pero óyeme bien, que estando en tu casa todo te lo has de comer y con todo el mundo te portarás bien.
La volvió al castillo la mariposa dorada y durante unos días no desobedeció nada; pero al poco tiempo de todo se olvidó y de a todos desobedeció.
Enfadada la reina en el bosque la dejó, y al dejarla de nuevo Piraña apareció:

- ¡Qué tal querida amiga, que haces por aquí!¡Voy a comer el manjar que un día perdí!
Cogiendo a la niña, a su casa la llevó, mientras ella de rabia llorando va, y casi sin pensar y quitándole el vestido en la olla la ha metido. Prendiéndole fuego a la olla pronto va a hervir y la niña malcriada no podrá salir. Piraña de risa se muere, mientras la pobre niña de llorar no cede.
Piraña salió de la casa un momento a buscar más leña para el fuego y la malcriada niña sin parar de llorar a la mariposa volvió de nuevo a llamar.


- ¡Mariposa bella, Mariposa dorada, Mariposa linda que un día fuiste un hada!
Y la mariposa buena de nuevo aparece y a la niña pregunta que es lo que quiere.
- ¡Por todo lo que hice Mariposa buena perdóname, porque ya nunca lo volveré a hacer! Guisándome en la olla con pan y cebolla Piraña me ha dejado y cuando vuelva seré yo su guiso recién preparado, con sus feos dientes a mí me comerá y mi buena madre ya nunca me verá. ¡Mariposa buena sácame de aquí! Que si vuelve Piraña no podré salir.

Mariposa dorada de la niña se compadeció y de nuevo al palacio corriendo la llevó.
Tremendo el gran susto que la niña ha pasado y a todo el palacio muchos besos ella ha dado.

A su linda madre dice arrepentida:

- A partir de ahora tomaré mi comida y a todos prometo ayudar, ¡veréis qué bien me voy a portar!
Pero Mariposa dorada a la niña dijo así:

- Durante quince días algo harás por mí: comprar carne, también pescado, hacer la comida y servirla a los criados, a tu buena madre y a todo el palacio.
¡Qué días tan duros fueron para ella! Freír y cocer, limpiar y fregar y a todos con su comida tener que agradar.
Cuando el último día la cena sirvió, Mariposa dorada de nuevo apareció:

- ¡Has cumplido muy bien!- A la niña le dijo – pero no debes olvidar la lección recibida o a la Bruja Piraña servirás de comida, que esperando en el bosque con su gran olla está y con pan y cebolla a los niños que no coman guisará.

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