viernes, 9 de diciembre de 2011

Las tortugas de caja

Las tortugas de caja

La tortuga de caja es una de las varias especies de tortugas. Se puede referir a las del género Cuora o Pyxidea, que son las tortugas de caja asiáticas, o más comúnmente a las especies del género Terrapene, las tortugas de caja norteamericanas. Están caracterizadas en gran parte por tener un caparazón en forma de cúpula, que está articulada en la parte inferior, permitiendo al animal cerrar su caparazón apretadamente para escapar de los depredadores. Además, ambos géneros son muy diferentes en hábitat, comportamiento y apariencia, y ni siquiera están clasificados en la misma familia.

Incluso, aunque las tortugas de caja se convirtieron en mascotas muy populares, sus necesidades en cautividad son complejas y la captura de tortugas puede tener serios efectos perjudiciales en la población salvaje.
La tortuga de caja vive comúnmente más de veinte años, con casos verificados de períodos de vida que superan los 40 o 50 años. Ha habido casos no verificados de tortugas de caja que vivieron cien años y más.
Las tortugas de caja norteamericanas son omnívoras. Sus ojos de lince y su sentido de olfato agudo les ayuda a encontrar alimentos tales como caracoles, insectos, bayas, fungis, babosas, gusanos, flores, peces, ranas, salamandras, varios roedores, serpientes, aves y huevos.

Durante sus primeros cinco o seis años de vida, mientras crecen, son primariamente carnívoros. Los adultos tienden a ser mayormente herbívoros, pero no se alimentan de hojas verdes.
Las tortugas de caja son conocidas por alimentarse de animales encontrados muertos en las carreteras víctimas de haber sido impactados por un auto u otro tipo de vehículo de rodaje. Las tortugas recién nacidas y jóvenes necesitan más proteína y prefieren una dieta carnívora, a la que, a medida que se hacen mayores, incorporan más y más plantas.

Un estudio reciente realizado por Davidson College reveló, entre otras cosas, que una tortuga de caja puede realizar sonidos con sus mandíbulas que superan los 75 dB. Este sonido puede ser usado para espantar a depredadores e incluso también como algún tipo de llamada de apareamiento.

Mientras que parece que la mayoría de los apareamientos de Terrapene carolina ocurren en encuentros de uno a uno, hay ocasiones en las que dos machos competirán por acceder a una misma hembra. Estos encuentros, que casi nunca llegan a ser combates mortales, consisten de cabezazos, empujones y, quizá, intentos de volcar al otro. Se presume que eventualmente uno de los machos se agota y se retira del campo mientras que el otro consigue el acceso a la hembra.
La destrucción del hábitat es el principal problema que encaran las tortugas de caja. Los bosques convertidos en tierras de labranza redujeron en gran parte la cantidad de tortugas en muchos estados.
La tierra restante es a menudo fragmentada con carreteras y proyectos urbanos, destrozando el hábitat de los animales. En un intento de cruzar adiciones hechas por el hombre, las tortugas a menudo mueren por los autos, animales, y otros peligros.
Otro trato grave a estos animales en Norte América es la captura y venta de tortugas de caja nacidas en su hábitat natural. Un estudio de 3 años realizado en Texas indicó que más de 7,000 tortugas de caja fueron tomadas de su hábitat natural para intercambio comercial. Un estudio similar realizado en Louisiana encontró que en un período de 41 meses, alrededor de 30,000 tortugas de caja fueron tomadas de su hábitat natural para la reventa. Una vez capturadas, las tortugas son mantenidas a menudo en condiciones pobres, en las cuales más de la mitad mueren. Aquellas que viven lo suficiente como para ser vendidas normalmente sufren de condiciones tales como desnutrición, deshidratación e infección.
Indiana y muchos otros estados crearon estrictas leyes contra la colección de tortugas nacidas en su hábitat natural. En muchos estados es ilegal mantenerlas sin un permiso especial. Coleccionar tortugas de caja nacidas en su hábitat natural puede causar un daño irreversible en las poblaciones, debido a que estas tortugas tienen un índice bajo de reproducción, ya que tardan mucho tiempo para encontrar una pareja.
La mayoría de las sociedades de tortugas y tortugas de mar no recomiendan el uso de tortugas como mascotas para niños pequeños a pesar de su popularidad como tal. Las tortugas de caja se estresan fácilmente si se las toca en exceso y requieren más cuidado de lo que generalmente se piensa. Las tortugas de caja pueden ser fácilmente lastimadas por perros y gatos por lo que se debe tomar un cuidado especial para protegerlas de las mascotas del hogar y de los animales del barrio. Las tortugas de caja requieren un lugar cercado al aire libre, una exposición al sol coherente y una dieta variada. Sin esto, el crecimiento de una tortuga puede ser atrofiado y su sistema inmunológico debilitado.
Encontrar tortugas de caja en su hábitat natural y tomarlas como mascotas, incluso por un corto período de tiempo, puede tener efectos perjudiciales. Las tortugas de caja quieren mantenerse dentro del área en donde nacieron. Si una es movida a más de media milla de su territorio, puede no volver a encontrar el camino de vuelta, pero puede llegar a pasar años buscándolo. Esto expone al animal al peligro y también interrumple el ciclo de reproducción del cual de otra manera hubiese formado parte.

Fuente: mascota digital.com

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