martes, 3 de marzo de 2015

El cerdito sin cola

El cerdito sin cola

Ayer, invitamos a nuestros fans en Facebook a escribir un cuento. Nosotros iniciamos con “Esta era una vez un cerdito recién nacido…” y el resto de nuestros fans se encargó de completar la historia. Fue un poco difícil al final darle coherencia a las aportaciones de todos, pero creo que el resultado es un cuento muy divertido. ¡Muchas gracias a todos los que participaron y son co-autores de este cuento ! =)
Esta era una vez un cerdito recién nacido, el cual se sentía feliz de tener a su lado a toda su familia.Aunque este cerdito era el más pequeño de toda su familia y sus hermanos no lo dejaban tomar leche, sin embargo su mamá le dijo -“Tranquilo, yo te guardaré la leche antes de que tus hermanitos vengan a tomar”. Este cerdito era el más rosadito y tenía una característica peculiar… ¡No tenía colita! eso lo hacía diferente pero a la vez especial entre los demás cerditos.
Pero un día, inesperadamente fueron visitados por el Lobo Feroz, aunque de repente llegó un pato extraterrestre que salió de una nave acuática de las profundidades del mar. El cerdito estaba tan confundido que entendía nada. -“Mámá, tengo mucho miedo”- dijo el cerdito, y se fue a recostar a aquella esquina en donde su mamá lo había parido para pensar en el porqué de esas cosas tan extrañas que le sucedían. Pensaba que el ser diferente algún propósito tendría. De repente se quedó dormido al lado de su mamá y demás hermanitos.
En su sueño, una luz del cielo lo iluminó y comenzaron a bajar chanchitos angelitos, sin embargo los pasos del Lobo y los zumbidos de la nave lo despertaron, saltó de la cama, pero cuando puso sus pezuñas en el piso, se percató de que había despertado en medio del bosque. Su corazoncito palpitaba más que nunca, no sabía qué iba a pasar, pero entonces tomó mucho valor y a la mañana siguiente, al despertar, vio que a su alrededor todos los animales del bosque lo miraban con asombro; él se sintió raro y dijo -“¿Por qué todos me miran así? ¿Qué tengo? ¿Por qué todos me miran raro?” Entonces el cerdito sufrió un cambio en su persona y pensó “bueno, no soy una persona, soy un cerdito buscando el por qué soy diferente y por qué me pasan estas cosas”. En eso, el Pato extraterrestre, muy sabio, le dice al cerdito que es diferente porque le falta su cola. El cerdito, que no se había dado cuenta de eso hasta ese momento, se puso a llorar desconsoladamente. El pato al ver esto, le pidió que no llorara más, que él le iba a solucionar su problema, y fue hasta su nave y sacó una bolsa  de la que a su vez sacó una colita que le obsequió. Pero en el interior de la bolsa sólo había esa colita y no era de cerdito, por lo que él lechón respodió -“Esa no me sirve”-y el pato le dijo “¿Te aceptas tal como eres o quieres algo que en realidad te haga diferente y cuestionado? BUSCA EN TU INTERIOR”. Pobre cerdito, no sabía que hacer, pensaba que si al ir creciendo le salía otra colita, ¿qué haría con 2 colas? Ahí sí sería muy diferente a los demás y tampoco quería eso. Por eso dijo: -“Gracias patito, pero me quedaré así. Aprenderé a ser feliz =)”.
El cerdito se dio cuenta de que, sin su colita, seguía siendo igual que sus hermanitos; eso le dio valentía e hizo que se le ocurriera una gran idea para enfrentar al feroz lobo. El pato, al ver la reacción del cerdito le dijo -“te felicito por tu decisión, y en recompensa por eso, te haré crecer tu colita” – Entonces el pato sacó una varita mágica y le dio una hermosa colita al cerdito. El cerdito al ver el regalo que le harían se puso feliz, sin embargo no quería aceptarla, por lo que el pato dijo -“¡Oh cerdito! ¡qué animal eres! pero así no quieras te la pondré y punto” a lo que el cerdito respondió -“bueno, está bien, y una vez que me la pongas, yo haré lo posible por terminar con el lobo”. Al ver la colita, el cerdito pensó -“Qué cola más linda voy a tener”, sin embargo seré feliz porque me acabo de dar cuenta que no importa ser diferente a los demás, que lo verdaderamente importante en la vida no es ser ni pensar como los demás, es tener amigos valiosos, como el pato que sin conocerme me quiso mucho y me ayudó a sentirme bien conmigo mismo, a quererme y a aceptarme tal cual soy. -El cerdito le dijo a su amigo pato.-“Ahora seré el cerdito más feliz gracias a ti”. -Le dijo que algún día le gustaría visitar su planeta para conocer a los papás de un ser tan especial.
Cuando regresó a su casa, los papás y hermanos del cerdito lo estaban esperando con mucho amor y ganas de abrazarlo, y el cerdito feliz, ya no se sentía diferente. Después, salieron a pasear y observaron que existían muchos animalitos diferentes, con características que los hacía muy especiales, y que convivían todo el día sin que nadie los interrumpiera.
Llenos de alegría, sus padres y hermanos lo abrazaron, sin embargo… desde un recóndito lugar, el lobo estaba observando los pasos del cerdito, ya que como era muy gordito, lucía apetitoso para el paladar del lobo, y por eso sólo esperaba a que se retiraran los visitantes para así pillarlo por sorpresa. El lobo creía que al cerdito nadie lo quería que porque era muy feo, y de hecho el lobo inventó el rumor de que el cerdito había muerto al tercer día de nacido y que su familia se había puesto contenta porque ya no estaba el cerdito “feo”, sin embargo, nada de eso era cierto y él lo estaba comprobando con sus ojos.
Todos los visitantes, conscientes de que la apariencia no es un motivo para despreciar a los demás apoyaron a su familia y estos lograron ser más unidos para así luchar contra el lobo, del cual por cierto escuchaban muy cercana su respiración, y para el que le tenían una sorpresa porque no tenía idea de lo inteligentes que eran.
Como la familia del cerdito ya era muy unida, pelearon con el lobo… ¡y le ganaron! Por lo que el lobo se fue muy lejos para no volver jamás. Pero los cerditos eran también carnivoros y en su huida lo atraparon para hacerlo carnitas en un banquete que organizaron para todos los animales del Bosque, pero lo que no sabían era que el lobo ya era muy viejo, por lo que les provocó a todos una indigestión que les quitó el veterinario que solía visitar a las familias de animalitos con un jarabe amargo.
En el bosque quedaba otro lobo, y por esa razón los cerditos convocaron una reunión para ingeniar un grandioso plan, el cual no era ninguna venganza para el otro lobo, sino para tratar de convencerlo que entre animalitos no se deben de comer, y que en el bosque hay demasiadas frutitas y vegetales, por lo que se les ocurrió crear otro banquete vegetariano para el lobo, sin embargo, éste no quiso y siiguió atacándolos. El pato extraterrestre, que todavía ahí se encontraba, asustado corrió a su nave para pedir refuerzos, los cuales llegaron pronto. El lobo al ver esto, llamó a su banda con aullidos a la luz de la Luna y comenzó una guerra en el bosque.
El cerdito corría asustado gritando “Auxilio” y todos los animalitos asustados pidiéndole al pato que los llevara en su nave. Es más que obvio que los patos espaciales ganaron por su tecnología avanzada, eliminando a los lobos, y dejando al bosque, aunque devastado, en armonía.
El cerdito, aparte de la cola, al crecer fue desarrollando  otra característica que lo hacía muy especial era de color morado y siempre se hacia notar en donde quiera que iba, pero un día en la granja se topó con otro cerdo que era muy grande y feo que lo molestaba mucho, entonces el cerdito se armo de valor, decidio enfrentrarlo así que se puso una capa y un antifaz y le dijo que por ser de otro color tenia un super poder, que tenía amigos que lo ayudaban sin importar cual fuera la situación. Y de repente… aparecieron otros cerditos en el corral. Y así con la ayuda de sus amigos venció al cerdo feo y nunca más lo volvió a molestar y tiempo más tarde se murió, al menos en su sueño, otro mal sueño pues había despertado del coma de las mordidonas que le habían dado los lobitos.
Entonces los patitos se quedaron en la granja para ayudar a reparar los daños, algunas patitas pusieron huevitos y quisieron q alguien se hiciera cargo de ellos, por lo que los cerditos y los patitos unieron sus fuerzas y cuidaron ellos mismos los huevitos. Y fue así como lentamente volvió la paz al bosque y a la granja.
Pero no todo era felicidad… el cerdito sabía que aún faltaba mas, y no sería esta vez el pato quien lo ayudaría. Ni tampoco su enemigo sería el lobo. Esta vez sería algo diferente. Se tenía que enfrentar a dos cosas: a sí mismo, para luego, superar al hombre, entonces el cerdito se dio cuenta de que le faltaba mucho por recorrer en la gran aventura que era su vida. Y además, todavía tenía que encontrar una novia… descubrir el amor y muchas más cosas.

La ratita presumida

La ratita presumida

En un bonito pueblo había una casita que tenía fama por ser la más limpia y reluciente. En ella, vivía una simpática ratita que era muy, pero que muy presumida.
Un día, mientras barría la puerta de su casa, la Ratita vio algo en el suelo:

-¡Qué suerte, si es una moneda de oro! Me compraré una cinta de seda para hacerme un lazo. Entonces se fue a la mercería del pueblo y se compró el lazo más bonito.

-Tra, lará, larita, limpio mi casita, tra, lará, larita, limpio mi casita! cantaba la Ratita, mientras salía a la puerta para que todos la vieran.

- Buenos días, Ratita dijo el señor Burro. Todos los días paso por aquí, pero nunca me había fijado en lo guapa que eres.

- Gracias, señor Burro dijo la Ratita poniendo voz muy coqueta.

- Dime, Ratita, ¿te quieres casar conmigo?

- Tal vez – respondió la ratita -. Pero ¿cómo harás por las noches?

-¡Hiooo, hiooo! bufó el burro soltando su mejor rebuzno.

Y la Ratita contestó:

-¡Contigo no me puedo casar, porque con ese ruido me despertarás!

Se fue el Burro bastante disgustado, cuando, al pasar, dijo el señor Perro:

-¿Cómo es que hasta hoy no me había dado cuenta de que eres tan requetebonita?. Dime, Ratita ¿te quieres casar conmigo?

- Tal vez, pero antes dime: ¿cómo harás por las noches?

-¡Guauuu, guauuu.

-¡Contigo no me puedo casar, porque con ese ruido me despertarás!

Mientras, un Ratoncito que vivía cerca de su casa y que estaba enamorado de ella veía lo que pasaba. Se acercó y dijo:

-¡Buenos días, vecina!

-¡Ah!, eres tú! dijo sin hacerle caso.

-Todos los días estás preciosa, Pero hoy más.

-Muy amable, pero no puedo hablar contigo porque estoy muy ocupada.

Después de un rato pasó el señor Gato y dijo:

-Buenos días, Ratita, ¿sabes que eres la joven más bonita? ¿Te quieres casar conmigo?

-Tal vez dijo la Ratita-, pero ¿cómo harás por las noches?

-¡Miauuu, miauuu! contestó con un dulce maullido.

-¡Contigo me quiero casar, pues con ese maullido me acariciarás!

El día antes de la boda, el señor Gato invitó a la Ratita a comer unas cuantas golosinas al campo, pero mientras preparaba el fuego la Ratita miró en la cesta para sacar la comida, y…

-¡Qué raro!, sólo hay un tenedor, un cuchillo y una servilleta; pero ¿dónde está la comida?

- ¡La comida eres tú! dijo el Gato, y enseñó sus colmillos.

Cuando iba a comerse a la Ratita, apareció el Ratoncito, que, como no se fiaba del Gato, los había seguido hasta allí. Entonces, cogió un palo de la fogata y se lo puso en la cola para que saliera corriendo.

-Ratita, Ratita, eres la más bonita – le dijo el Ratoncito muy nervioso. ¿Te quieres casar conmigo?

- Tal vez, pero ¿cómo harás por las noches?

- Por las noches dijo él-, dormir y callar.

- Entonces, contigo me quiero casar.

Poco después se casaron y fueron muy felices.

FIN