
Como tampoco se ponían de acuerdo en eso, pensaron
que lo mejor sería empezar a jugar al completo, con todos los
elementos, e ir eliminando lo que cada uno había traido para ver si se
podía seguir jugando y descubrían qué era verdaderamente
imprescindible. Así que comenzaron a jugar, y primero eliminaron el silbato,
pero quien hacía de árbitro pudo seguir arbitrando a gritos. Luego
dejaron a los porteros sin guantes, pero paraban igual de bien sin
ellos; y tampoco se notó apenas cuando quitaron los banderines que
definían los límites del campo, ni cuando cambiaron las porterías por
dos papeleras...; y así siquieron, hasta que finalmente cambiaron
también el balón por una lata, y pudieron seguir jugando...
Mientras jugaban, pasó por allí un señor con su hijo, y viéndoles jugar de aquella forma, le dijo al niño:
-"Fíjate, hijo: aprende de ellos, sin tener nada son capaces de seguir jugando al fútbol, aunque nunca vayan a poder aprender ni mejorar nada jugando así"
Y los chicos, que lo oyeron, se dieron cuenta de que por su exceso de orgullo y egoísmo, lo que se presentaba como un partido increíble, había acabado siendo un partido penoso, con el que apenas se estaban divirtiendo. Así que en ese momento, decidieron dejar de un lado sus opiniones egoístas, y enseguida se pusieron de acuerdo para volver a empezar el partido desde el principio, esta vez con todos sus elementos. Y verdaderamente, fue un partido alucinante, porque ninguno midió quién jugaba mejor o peor, sino que entre todos sólo pensaron en divertirse y ayudarse.
Mientras jugaban, pasó por allí un señor con su hijo, y viéndoles jugar de aquella forma, le dijo al niño:
-"Fíjate, hijo: aprende de ellos, sin tener nada son capaces de seguir jugando al fútbol, aunque nunca vayan a poder aprender ni mejorar nada jugando así"
Y los chicos, que lo oyeron, se dieron cuenta de que por su exceso de orgullo y egoísmo, lo que se presentaba como un partido increíble, había acabado siendo un partido penoso, con el que apenas se estaban divirtiendo. Así que en ese momento, decidieron dejar de un lado sus opiniones egoístas, y enseguida se pusieron de acuerdo para volver a empezar el partido desde el principio, esta vez con todos sus elementos. Y verdaderamente, fue un partido alucinante, porque ninguno midió quién jugaba mejor o peor, sino que entre todos sólo pensaron en divertirse y ayudarse.
Moraleja: cuando algo se hace entre todos, lo importante es que al final todo salga bien y no contando quién ha aportado más o menos.
Autor: Pedro Pablo Sacristán.
Autor: Pedro Pablo Sacristán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario