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abía una vez en un terreno abandonado vivían muchos animales.
Entre ellos vivía un gusanito que no tenía casa.
Un día el gusanito decidió ir a la casa de otros animales
para pedirle que lo dejaran vivir con ellos.
Primero fue a un hormiguero y dijo:
"Hormiguita, yo no tengo casa. ¿Me dejarías vivir contigo?"
la hormiguita contestó: "Bueno, si quieres te puedes quedar, pero te prevengo
que te a las hormigas nos gusta comer gusanitos".
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El gusanito, espantado, se fue al estanque de los peces y dijo:
"Pececito, yo no tengo casa. ¿Me dejarías vivir contigo?" el pececito contesó:
"Bueno, si quieres te puedes quedar pero te prevengo que a los peces nos gusta comer gusanitos".
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El gusanito, espantado, se subió a un árbol. y vio un agujero de ardillas.
Entonces se acercó y dijo: "Ardillita, yo no tengo casa ¿Me dejarías vivir contigo?"
la ardillita dijo: "Si quieres te puedes quedar, pero te prevengo que a las ardillas nos gusta comer gusanitos".
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El gusanito, espantado, siguío subiendo al ábol, llegó a un nido de pájaros y dijo:
"Pajarito, yo no tengo casa. ¿Me dejarías vivir contigo?" contestó el pajarito:
"Bueno, si quieres te puedes quedar, pero te prevengo que a los pájaros nos gusta comer gusanitos".
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El gusanito, espantado, se cayó del árbol, se encontró con un duendecillo y dijo:
"Amiguito, yo no tengo casa ¿Me dejarías vivir contigo?" el duendecillo contestó:
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"Ven aquí hay muchas casas vacías, pero son redondas, mete primero la cola y deja tu cabeza
afuera, así puedes llevar tu casa a donde quieras".
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Y así, desde aquel día el gusanito se trasformó en caracol.
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