LEYENDA DEL SALTO DEL ENAMORADO Y UNA HISTORIA DE FAMILIA
EUGENIO EGEA MOLINA
En
la zona denominada La Galga, actual municipio de Puntallana (La Palma),
donde destacan sus imponentes riscos, vivió en otros tiempos un
valiente y osado pastor. Este, quedó prendado de una hermosa joven que
ignoraba todas sus pretensiones hacía ella. No obstante, el mancebo no
cejaba en su empeño de cortejarla; y la bella dama mantenía una total
indiferencia.
Escultura al salto del Enamorado. Puntallana (La Palma) |
Para ello, le pidió que antes de ser su esposa, debía acercarse al precipicio y, apoyando sus manos en su lanza (vara con la que los pastores canarios esquivan las dificultades orográficas), sorteara los abismos tres veces con su cuerpo sin caer.
El valor y la destreza del amante quedaron patentes en los dos primeros saltos; pero, en el tercero, cuando se encomendó a su dama, falto ya de fuerzas, no se apoyó en tierra firme, despeñándose en las profundidades del barranco.
El amor le cegó y murió por conseguirlo; su cuerpo nunca se encontró. Ella perdió la cordura y lloró todos los días que le restaron de vida.
Desde entonces, la gente del lugar para recordarlo, llaman al risco El Salto del Enamorado.