jueves, 5 de agosto de 2010

Caperucita verde y el lobo feroz

Caperucita verde y el lobo feroz

Alma FLORENCIA


Erase una vez una pareja de noble cuna, que por el intenso deseo de sus corazones unieron sus cuerpos en el lazo matrimonial.

La boda se realizó con toda pompa. Entre los regalos que recibieron hubo uno procedente del padrino de la novia que llenó de júbilo a la pareja, era un Terreno fértil ubicado al otro lado del Gran Mar.

Al paso del tiempo la prosperidad alborotó el hogar con cuatro sanos retoños, dos varones y dos niñas. Cada uno de ellos tenía su propia personalidad y por ende diferentes intereses.

Al mayor le atraía todo lo relacionado con las Matemáticas, el segundo hijo disfrutaba de las Bellas Artes, a la tercera le encantaba el Deporte y la cuarta hija, Caperucita Verde, amaba la Naturaleza. Siempre se le encontraba oliendo flores o contemplando las estrellas, cubierta de su capita verde; según decía, era la naturaleza quién la cubría, y por dicho motivo la denominaban Caperucita Verde.

La familia era feliz, en sus momentos libres hacían uso de su privado Airbus A380 y se dirigían a la cabaña que habían construido en el Terreno, al otro lado del Gran Mar, en la isla que denominaron Oceanía.

Los padres orgullosos del comportamiento de sus hijos decidieron repartir su Terreno, ubicado al otro lado del Gran Mar, en vida. Y fue así que lo dividieron en cuatro partes: Asia, Europa, África y América. La clausula estipulaba que los hijos al cumplir los 21 años de edad tomarían posesión de su herencia.

Pasó el tiempo y por fin llegó el día tan esperado, el mayor de los hijos, que era de tez pálida, ojos oblicuos y cabello lacio, cumplía los 21 años y respetando lo decretado se depositó en manos de él la administración de una amplia superficie, Asia.

Asia ofrecía grandes contrastes: el Norte era sumamente frío y el Sur era muy caluroso. El terreno concedido estaba provisto de mares, ríos, lagos, desiertos, selvas, montañas elevadísimas, pozos petrolíferos y piedras preciosas.

El hijo de noble realeza pronto se casó y se fue con un séquito de funcionarios a habitar y administrar sabiamente su fundo.

Ahora bien, al paso del tiempo le llegó el turno al segundo hijo de recibir su herencia. Éste era de tez blanca, cabellos y ojos claros, amante del comercio, la buena música y la belleza exterior... para su gran desgracia, puesto que se enamoró perdídamente de una mujer sumamente bella en lo físico, pero que su alma era la más horrible que pudo recorrer esos entornos. Era ambiciosa, intrigante, mentirosa y arrogante.

Pero como bien se sabe, el amor es ciego, este noble hijo no creía en la maldad aterradora que fermentaba en esa mujer. Cuando sus padres, hermanos y amigos lo orientaban y trataban de abrirle los ojos , él justificaba su unión diciendo: "Yo la cambiaré con mis caricias".

Los padres temiendo el futuro del Terreno le delegaron el pedazo más pequeño de campo llamado Europa y le informaron que la Isla Grande que es Oceanía sería de él después de la muerte de ambos.

De esa manera los padres veían protegido sus intereses de la víbora de la mujer, además; tenían la esperanza que con el tiempo el hijo despertaría del embrujo.

Europa al igual que el terreno de su hermano era fértil, provisto de mares, lagos, ríos ,islas, montañas y bosques. De minerales como el hierro, azufre y hulla.

Y así siguió transcurriendo el tiempo y de la mano del tiempo la madurez de la tercera hija. Ésta era muy hermosa: negra, delgada y alta, su belleza se asemejaba a la de una Pantera, disfrutaba del baile y el deporte.

Su terreno estaba ubicado al Sur de Europa; y también estaba bien abastecido de mares, lagos..., con campos de diamantes y minas de oro. Pues bien, a ella le correspondió poseer el terreno fértil y rico en monumentos y restos artísticos de un pasado remoto, África.

Finalmente le tocó el turno a Caperucita Verde, esta princesita era de tez cobriza, ojos oscuros, cabellos negros y bajita. Era risueña, se regocijaba con las cosas más simples de la vida; ver caer una hoja, el vuelo de un pájaro.

Y sucedió que al tiempo que Caperucita Verde cumplía sus 21 años falleció su padre. Ésta, al celebrar su mayoría de edad le solicitó a su madre que se fuera a vivir con ella al terreno de su herencia: América. La madre aceptó gustosa la propuesta, así que vendió y regalo parte de sus bienes.

Que felicidad; reunieron tanto dinero que asesoradas por sabios funcionarios en diferentes áreas de la existencia lograron hacer de América, de Norte a Sur, un Edén. Se establecieron selvas, desiertos, piedras preciosas como la esmeralda, hicieron galerías de cobre, oro, plata, plomo, platino, hierro, azufre, carbón. Crearon bóvedas de petróleo, un collar de volcanes, lagos, ríos, islas, desiertos; llenaron el mar al extremo de hacerlo tan grande que hasta la luna bajaba a darse placenteros baños.

La casa en la Gran Isla Oceanía le traía a la madre de Caperucita Verde grandes nostalgias puesto que su buen marido ya no estaba y decidió que su madre, o sea , la abuelita de Caperucita Verde y sabios funcionarios la habitaran y administraran.

En los acontecimientos sólo había una sombra que cubría tanta luz, y era el pensamiento negro de la esposa del segundo hijo, aquel hijo que le correspondió administrar Europa.

La bruja, enferma de envidia, trataba en todo momento inyectar veneno a los pensamientos de su marido. El buen hombre bombardeado de quejas y rendido por el dolor, decidió divorciarse; pero la arpía , astuta como una serpiente, se dió cuenta de las intenciones de su marido y solucionó el problema rápidamente... y se dejó embarazar. Pensaba que esa sería la mejor manera de tener asegurada la herencia de su marido. Y parió siete hijos, siete hijos con muy diferentes personalidades.

Los dos mayores se llevaban muy bien con su madre, eran ambiciosos como ella. Los otros cinco habían salido correctos, respetuosos y trabajadores como el padre. La perversa madre miraba con desprecio a estos cinco hijos, los consideraba inferiores; y mala por naturaleza, siempre sembraba peleas y tristezas entre los hermanos.

Los problemas en la familia, ha medida que crecían los integrantes, iban en aumento. Hasta que un buen día el padre levantó la voz y dijo: -"Qué mal comportamiento es el de mi familia. Se les ha hecho alimento diario las peleas, intrigas e injusticias. Nadie quiere escuchar al otro... ¡Qué lamentable... De la comunicación, que es un bello arte y sólo para gente civilizada, han hecho un arma que causa dolor! Temo que nuestro buen Dios nos censurará con el nacimiento de diferentes idiomas; y así, no entenderemos lo que uno quiera decirle al otro.... como en los tiempos de atrás...."

No obstante, a pesar de todo lo que el padre hizo por la Paz, la desunión continuó reinando en ese campo. Hasta que por fin el padre triste con los acontecimientos citó a sus hijos y les propuso la idea de dividir su Europa, y cada cual tomara un pedazo y administrara su herencia como bien les pareciera. Los hijos recibieron con agrado el informe.

Empezó entregando un espacio al hijo mayor; y le dijo: _"Tú siempre amas apoderarte de lo que no te pertenece, nada para ti es suficiente, tu madre ha embutido toda su maldad en ti. Tú, querido hijo, te irás a habitar, en compañía de tu intolerante progenitora, la isla en forma de dragón, ahí vivirán lejos de nuestra presencia".

Al segundo hijo, que también la madre le inyectó la desunión, lo mandó a vivir entre sus hermanos. Había aún esperanza de un cambio positivo.

Pues bien, el hijo mayor al que le correspondió habitar la isla en forma de dragón, era inescrupuloso para conseguir sus objetivos: si era necesario robar, mentir, destruir, matar... él lo hacia; para él todo era válido, al extremo que sus hermanos y parientes lo denominaban "El Lobo Feroz".

Él, insatisfecho con su isla en forma de dragón comenzó a mirar a su entorno, y asesorado por su diabólica madre clavó la vista en Oceanía, y hacia allá lanzaron llamas de fuego.

Ahora bien, urdieron un plan para ingresar fácilmente a la Isla Grande. Se vistieron, hablaron y se comportaron como ovejas, la abuelita de Caperucita Verde cayó en la trampa y les permitió el ingreso a la Isla. Ya estando dentro se sacaron sus disfraces y se mostraron tal como eran, FEROCES, e hicieron del terror su aliado.

Con sus ropas verdaderas se encargaron de hacerles a los integrantes de la Isla y a la abuelita de Caperucita Verde la vida desgraciada, al extremo de enfermarla de los nervios. El médico al ver lo mal que se encontraba la abuelita le recetó un lugar cálido para rehabilitarse y le propuso que se mudara al Caribe.

Entonces la abuelita se autoexilió, se dirigió en su Concorde a la Isla de República Dominicana, mientras en el trayecto, con lágrimas en los ojos se decía: _"Oh, me recupero o muero feliz"

Feroz y la Loba aprovecharon la ausencia de la abuelita de Caperucita Verde y escupieron desde la isla en forma de dragón suficiente fuego hasta causar desolación, se disfrazaron nuevamente de ovejas y tomaron el poder con la palabra "protectorado". Para disimular su avaricia y para dar a conocer que el testamento de los abuelos se respetaba, les dejaron a algunos integrantes de la familia una muestra de lo que les pertenecía. El padre ya en esos tiempos había muerto de vergüenza.

El hijo, asesorado por la infernal mujer, había conseguido el dominio de la Isla Grande; pero Oceanía... era el capricho de la Loba. El Feroz, tenía su interés en otro punto, el terreno fértil ubicado a su espalda, América. Encontraba que era injusto que Caperucita Verde hubiera tocado tan maravilloso terreno.

Nuevamente se disfrazó de oveja e ingresó a América. Su tía Caperucita Verde le dio la bienvenida y lo sacó a pasear por sus dominios. Feroz, haciéndose el pobrecito, le relató lo triste que le era vivir tan cerca de su cruel madre, que él deseaba una oportunidad para rehacer su vida. Y entonces, cuando Caperucita Verde lo miraba con tanta compasión, fue que el malvado suelta el llanto y se lamenta diciendo que la Isla en forma de Dragón era para su madre y que él no tenía absolutamente nada. Tras esto inesperadamente se tira de rodillas a los pies de Caperucita Verde y le solicita un poquito de su terreno.

Caperucita Verde conmovida por su sobrino, que por fin se arrepentía de toda su maldad, le otorgó una superficie de tierra; por ningún precio, en el norte de América y sólo con la condición de ser respetuoso con las leyes de hermandad.

De está manera le habló Caperucita Verde a su pariente:

_"Querido sobrino podrás habitar con tus seres queridos el territorio que corresponde al norte de América, la frontera la impondrá el río Mississipi, adquiere tu independencia, felicidad y sobre todo paz. Del Mississipi hacia el sur corresponderá mi América, en mis tierras se habla y hablará el idioma castellano y una determinada superficie se hablará Portugués. Se te prohibe que interrumpas la paz, felicidad y unidad con tus costumbres extranjeras. El lobo aceptó las condiciones, e inmediatamente tomó la superficie designada.

La tirana de su madre, ¡con que júbilo tomó la noticia, su territorio cada vez crecía desmedidamente!

Ahora bien, el trabajo principal del Feroz ya estaba hecho, había penetrado las fronteras. Ahora podía sacarse sus ropas de oveja.

Y fue así que comenzó a reinar la tristeza y el miedo en el territorio Mexicano. Este lobo acaparaba y tomaba todo lo que le apetecía a costo de cualquier bajeza...

Un día llegó a los oídos de Caperucita Verde toda la maldad de su sobrino y a la vez, lo mal que se encontraba nuevamente su abuelita.

Fue así que decidió ir a visitarla y a la vez, ir a parar el atropello de parte de su sobrino el "Extranjero". Le solicitaría que abandonara inmediatamente el terreno que se le había concedió por ningún precio, sólo con la condición de respetar la frontera estipulada para él y las costumbres de América.

La madre de Caperucita Verde le solicitó que fuera prudente, pues conocía muy bien los frutos de la perversidad de su nuera.

Tomó un avión que la dejó en el aeropuerto de República Dominicana, desde el aeropuerto a la casa de la abuelita debía recorrer vía terrestre unos 60 kilómetros. El sobrino, "el extranjero", como lo denominaba Caperucita Verde, a través de los satélites ya estaba al día de todos los pasos de su tía. Y se encargó de que el trayecto se le hiciera considerablemente largo, así tendría tiempo suficiente para preparar y dar nacimiento perfecto a su diabólico plan. Lo primero que hizo fue interferir en el sistema de navegación del taxi, haciéndole el camino sumamente largo... Tarde llegó Caperucita Verde a la casa de su abuelita, tocó su puerta y una voz con acento extranjero preguntó:

_ ¿Quién es?

_ Yo soy, tu nieta y dueña de todo esta hermosa superficie que compone mi América, tu buena Caperucita Verde.

_ O.K. pasa hijita.

_ Oh abuelita, qué viaje tan largo hasta llegar a tu presencia, si te contara todas las cosas que me tocó por pasar... no me lo creerías… Pero abuelita, ¿cómo te encuentras?...dime ¿Es cierto que mi sobrino "el extranjero" desea apropiarse de las riquezas de mi fundo? Sabes abuelita estoy tan preocupada porque me he informado por Internet de cosas horribles que han cometido él y su madre, la que vive en la isla en forma de dragón.¡Con decirte que hasta Lucifer está escandalizado...!

_ ¡Oh Caperucita, tu sobrinito, el pobrecito, el que nunca tiene lo suficiente... deberías hablar de él con mayor dulzura y... tratarlo con más generosidad.

_ ¡Pero abuelita! ¿Qué dices? si ya se apoderaron, él y su madre, del terreno donde tú y mis padres tenían su morada, en Oceanía. He sabido también que en África se han apoderado de las mejores tierras, y en Asia de más de la mitad del terreno ¿Lo quieren todo...? ¿Es posible tanta avaricia y bajeza?... ¡Oh, perdón abuelita que te interrumpa con mis inquietudes! Aquí te he traído una rica miel, unas flores y este mantel que mi madre bordó para ti.

_ Pero abuelita..., ¿por qué tienes esos ojos tan grande?

_Oh hijita así me han quedado después de hacer el viaje por toda tu América. Al contemplar la misteriosa Isla de Pascua, la Antártica con las reservas mundiales de agua, las islas Malvinas, las ruinas del Machu-Pichu, el caudaloso río Amazonas, las islas Galápagos, el Cañón del Colorado.

_ ¡Verdad que es maravilloso mi terreno!, pero abuelita... ¿por qué tienes esas orejas tan grandes?

_ Es porque oigo mejor Caperucita Verde, en tu superficie sólo se habla castellano y portugués. Y mi oído no se cansa de escuchar las fantásticas historias de las grandes civilizaciones que existieron en un pasado remoto en tus tierras: los Aztecas, Incas, Mayas…

_ Pero abuelita... ¿Por qué tienes esa nariz tan grande?

_ Es porque huelo mejor, pues en tus terrenos están los pulmones del Fundo, la selva virgen amazónica.

_ Abuelita, ¿por qué tienes esa voz tan rara?, te escuchó con acento extranjero.

_ Es simplemente que estoy ronca al alabar diariamente la belleza de tu América.

_ Pero abuelita... ¿por qué tienes esa boca tan grande?

_ Porque ahora como mejor, tu tierra es tan bondadosa que es un vergel de puros alimentos.

Sí, abuelita, además en mi tierra tengo la buena planta coca. Sabes la próxima semana nos reuniremos, yo y los guías sabios que me asesoran, con un grupo de mujeres indígenas quienes nos transmitirán sus conocimientos milenarios de medicina basados en la hoja de la coca, para dicho acontecimiento he invitado a los medios de comunicación. Abuelita deseo darle a la hoja un uso legal e industrial que beneficie a mi población y la de mis hermanos, pero…

_ Abuelita... ¿por qué tienes esas manos tan grandes, sucias y unas uñas en forma de garras?... ¡como las bestias!

_ Caperucita, eso es para... ¡acaparar mejor!

_ Abuelita, ¿por qué has utilizado ese término tan feo...? Me has hecho recordar a mi sobrino "el extranjero" el acaparador. Me voy a ir inmediatamente a arreglar los asuntos con él. En mis terrenos yo y los guías sabios que me asesoran ponemos las reglas, y la Bondad y Unidad es ley Divina. Y te diré, abuelita, que estoy asesorada por mi buen amigo Gandhi para no dar ningún paso en falso. Este sobrino mío está poniendo muy triste a sus vecinos y eso no lo aceptaré. Y por eso y otros motivo le diré que en un plazo determinado se retire de mi herencia la cual, él está cubriendo con una vergonzosa alfombra roja.

_Pero CAPERU...

_Abue....

El sobrino de Caperucita Verde, "el extranjero", se lanzó contra la inocente mujer y nada más se supo de ella ni de su abuelita.

Pasó un breve tiempo, "el extranjero" estaba logrando sus objetivos, primero se apoderó de gran parte del terreno Mexicano y se denominó Amerika.

América dejó de ser un gran pedazo de tierra y donde se hablaba castellano y portugués; y se escuchaba el trinar del Guaraní.

El lobo y su madre acapararon todos los medios de comunicación, escribían a su antojo la historia de los pueblos y planificaban con un año de anticipación las noticias que se pasarían cada día de la semana. Sembraron la grotesca ignorancia, mentira, lujuria e idolatría. El maravilloso terreno del Principio cada día se cubría más de luto.Y ahora Amérika era un pedazo tan pequeño de tierra donde se hablaba inglés y se tenían costumbres procedentes de la isla en forma de dragón. En la verdadera América la sombras profundas tomaron el poder.

El recuerdo de Caperucita Verde aún vivía en algunos pobladores. La madre de Caperucita Verde fue privada de toda justicia y relegada al fin del mundo: al camino junto al mar y de fronteras le impusieron una cadena de volcanes y en el otro extremo el océano Pacífico. Los que administraban el poder en esas tierras no oían su causa judicial pues eran empleados del impostor.

Para mantenerla en el silencio la acusaban de alborotadora, revolucionaria, terrorista; en muchas ocasiones fue golpeada, torturada y encarcelada. Pero no obstante salía de la esclavitud y regresaba a lo suyo, ha gritar por justicia.

Un buen día, Dios fue a su encuentro, desactivó por unos segundos el Sistema de seguridad terrestre y aéreo de los Lobos y permitió que la Princesa madre lograra ingresar a Europa y dirigirse a Bélgica y exponer su causa Judicial.

El Comité ya estaba al día de toda la maldad del impostor y contrataron a un buen cazador. La Policía Internacional de los Derechos Humanos. Estos cazadores se informaron de los últimos rastros de Caperucita Verde y de la abuela. Testigos decían haber visto en ese tiempo un extranjero rondando la vivienda de la abuelita de Caperucita Verde. Se dirigieron entonces al sospechoso principal.

Éste estaba borracho de arrogancia. Lo interrogaron, pero la lengua como una serpiente cautelosa no dejó escapar nada que le resultara peligroso. No obstante muchos testigos honestos testificaron contra él, entre los principales estaban las Leyes Divinas y la Moral.

Las Leyes Divinas decían: _El extranjero y su madre: «No aman la Unión» y «No hacen a los demás lo que a ellos les gusta que les hagan».

La Moral decía: _"El Extranjero" y su madre son de mal actuar: matan, roban, mienten, levantan falsos testimonios, son egoístas, envidiosos, idólatras, no respetan el núcleo familiar, no santifican el Presente, ni la libertad de pensamiento.

Y un hombre del pueblo levantó la voz y dijo: _Este Lobo ha sido tan perverso y cauteloso, que, para no dejar rastros de los millones de seres humanos que ha dado muerte, se le ocurrió la terrorífica idea de moler los huesos de sus víctimas y construirse con ellos su guarida, la Casa Blanca.

Y los Actos lo traicionaron, pues ellos brindaron la evidencia necesarias para condenarlo a él y a su madre.

Se logró averiguar la ubicación de Caperucita Verde y de la abuelita, quienes fueron encontradas con vida en una cueva, donde, según ellas, la naturaleza las alimentaba con zanahorias, papas y cebollas; y de agua tenían una vertiente de aguas cristalinas, y de sol unas hermosas luciérnagas. Se veían más bellas que antes, la abuelita gozaba de excelente salud, Caperucita Verde tenía un extraño brillo en sus ojos, a la vez... que extrañas ropas las cubrían...

Y llegó el Día del juicio del Lobo Feroz y la Loba.

El sistema les dijo: _"Van a cosechar todo el daño que han sembrado".

El lobo suplicó que no.

Caperucita conmovida solicitó que no le hicieran tanto daño a sus parientes, que sabiduría es rehabilitarlos.

Los seres que administraban la justicia dijeron que ellos eran sumamente peligrosos en el planeta, que sólo tal vez la muerte rápida de ambos sería la mejor y la más rápida solución.

Caperucita fue muy enérgica al decir: -¡Está prohibido matar!, justicia es actuar de la mano de la Bondad, sabiendo que Dios es Amor, Unión.

Y propuso la siguiente idea: _ Lo que haremos, así nuestro Terreno estará libre de la ferocidad de ambos, "los enviaremos al exilio, fuera del ambiente terrestre, se irán a habitar un satélite que esté girando en torno a nuestro planeta. Los proveeremos de buenos libros que hablen de moral, un computador para que escriban sus pensamientos, y puedan por Internet tener contacto con sus seres queridos, una gigantesca cámara de televisión donde recibirán cursos de acuerdo a los interéses que cada uno demuestre tener, los equiparemos con buena música; eso y más será la medicina para el Alma; y de medicina para el cuerpo, los abasteceremos de aire puro y el aprendizaje de una correcta y consciente respiración, además enviaremos diariamente agua fresca, ricas frutas y verduras de la bella y gigantesca América, la Verdadera. Pues bien, cada tres años bajará el satélite y veremos los avances que se han logrado en la conducta de ambos personajes».

Y Caperucita Verde se despidió diciéndoles: "Aprenderán mis queridos parientes que opulencia es: Vivir en comunicación y hermandad, con sólo una meta que se llama Progreso".

y colorín…

Alma Florencia

Heilbronn- Alemania

EL CUENTO MAS CORTO DEL MUNDO

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEid9haUQSDqXcZxUolKvITT4KbrTgf73oTtSGpRo8LL2lKCaVNOetUfg9QFNgG7-owyuFJpfgIKcVMcSljegXkGk4NJVZEZ3Y7LyqsceSGSnUHnqBnzHBsgd1_ARdAD7lKW22TxOElhv6E/s320/dinolector2.jpg

Hola, les comparto que encontré al que se considera el cuento más corto del mundo con tan sólo 7 palabras:

Título: El dinosaurio

Texto completo: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

Autor: Augusto Monterroso

Ahora encuentro que hay otro cuento todavía más corto:

Título: El emigrante

Texto completo: -¿Olvida usted algo? - Ojalá.

Autor: Luis Felipe G. Lomelí.


¿Qué opinas de esos cuentos?

En lo personal creo que el del dinosario es genial porque me permite ser imaginativo tratando de adivinar todo lo que sucedió alrededor de esas palabras.

EL CUENTO DE LA BUENA PIPA

EL CUENTO DE LA BUENA PIPA

Me figuro que "el cuento de la buena pipa" existirá en casi todos los países del Mundo aunque cambiando de nombre y posiblemente de forma, ya que las tonterías no tienen fronteras. -De todas formas aclaro que eso de "la buena pipa" por aquel entonces sólo tenía la connotación del fruto del girasol.

Hace muchos años, los mayores nos contaban este absurdo y estúpido cuento:

Persona Mayor: ¿quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?

Niño (con alegría, porque entonces no había ni TV, ni Internet, ni siquiera sabíamos quién era el Bush de entonces):¡Síiiiiiii!

Persona Mayor: No te he dicho que digas Síiiiii, sólo te he preguntado si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.

Niño (dubitativo suelta un lacónico): no

Persona Mayor: Vamos a ver, yo no te digo ni que SI ni que NO, sólo quiero saber si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa.

.... y así una y otra vez... hasta que el niño terminaba llorando o enojado por no poder escuchar ese cuento y notar que se mofaban de él.